DE ATRÁS Y EN LA HORA
La (posible) salida de Agustín Canobbio al Athletico Paranaense sacudió a todo Peñarol. Con un tercio del Torneo Apertura ya jugado y a tres semanas de hacer su debut en la Copa Libertadores, el equipo está a punto de quedarse sin su mejor jugador.

Peñarol está molesto con la situación y, en parte, es entendible. Le abrió nuevamente las puertas del club, lo potenció, lo acompañó durante todo el proceso legal ante Conembol por la aparición de una sustancia prohibida y esperó en verano a que se cierre el período de pases europeo para no incorporar a nadie en su lugar. Claro que eso fue acompañado luego del exuberante nivel de juego que mostró el volante, hecho que incluso lo depositó en la selección uruguaya mayor por primera vez.
¿Pero con qué derecho “hinchas” con seudónimos en redes se atreven a recriminarle a un jugador aceptar otra propuesta? ¿Quién son ellos para tildar de “traidor” a un futbolista por firmar un contrato que le puede salvar económicamente la vida? Estaría bueno verlos a ellos en la misma situación. Hay mucho hipócrita en la vuelta y es muy fácil hablar con la plata de otro.