Publicidad

Entrevista a Diego Alonso: el mensaje de Lacalle, el gesto de Aguirre y lo mejor del legado Tabárez

Compartir esta noticia
Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.
Angel, Asteggiante

SELECCIÓN

"¿La selección un fierro caliente? No. Es un desafío espectacular, fierro caliente de ningún tipo", dijo el nuevo entrenador Celeste en una charla mano a mano con Ovación.

-¿Intuiste que podías ser candidato en ese momento?

-Una vez que el cargo quedó disponible para cualquier entrenador pensé que podía llegar a tener la posibilidad. Jamás, a veces es difícil resistir el archivo, pero al menos desde que estaba el maestro Tabárez yo no dije nunca que quería entrenar la selección. Entiendo que cuando hay alguien trabajando hay que respetar.

-Te llama la AUF y empezás a conformar tu cuerpo técnico con Darío Rodríguez y el profe Ortega, entre otros. ¿Por qué los elegís a ellos?

-En una selección tienen que estar los que yo considero mejores. Armé un buen staff de trabajo con gente que anteriormente venía trabajando (el preparador físico Guillermo Souto, el fisiólogo Guilherme Rodrígues y Gabriel Raimundi como asistente técnico) y le agregué a Darío Rodríguez y Óscar Ortega. Con el profe veníamos hablando y me decía que en algún momento iba a dirigir la selección. Yo le decía que si me tocaba él iba a venir conmigo. Esto arrancó hace dos años. Él se reía y yo le decía que era verdad. Cuando llegó la oportunidad, le dije que quería que sea el preparador físico de la selección. Me explicó que era muy difícil que pudiera salir del Atlético de Madrid, pero le dije que lo podíamos hacer en estas condiciones y aceptó.

-¿Con Darío era algo planificado o surgió ahora?

-No estaba planificado. Lo conozco a nivel personal, pero mi decisión con Darío es a nivel profesional. Tiene experiencia en Eliminatorias, en Mundial, fue capitán de la selección, jugó a nivel local e internacional en equipos grandes y ya es un asistente técnico con experiencia. Además es ganador, con una gran personalidad. Entendí que era ideal para esta situación.

-En las reuniones que el Ejecutivo tuvo con los tres candidatos a DT, siempre salían impresionados de tu poder de convencimiento. ¿Qué les decías?

-(Risas) Es difícil hablar de mí. Yo hablo siempre desde el corazón y el convencimiento. Es muy difícil convencer a alguien si vos no lo estás. Lo mismo pasa cuando uno habla con los jugadores. Si vos le vas a decir algo y no estás seguro, se van a dar cuenta. Cuando me tocó hablar con los directivos lo único que hice fue expresar algo de lo que estoy convencido: cómo tiene que ser el programa de trabajo, el proyecto, cómo tiene que jugar la selección.

Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.
Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.

-¿Nunca pensaste que agarrabas un fierro caliente?

-No, no, no… ¿La selección un fierro caliente? No. Es un desafío espectacular, fierro caliente de ningún tipo. Ponerse la camiseta de la selección, en este caso el buzo de entrenador, cómo va a ser un fierro caliente. Es el placer y el orgullo más grande que puede tener un entrenador de dirigir la selección de su país. Pensándolo en los cuatro partidos, es un desafío impresionante.

-El día de tu presentación reconociste que habías hablado con el maestro Tabárez. Con los otros dos candidatos que manejaba la AUF, Diego Aguirre y Alexander Medina, ¿te comunicaste?

-Diego me mandó un mensaje. Lógicamente que le contesté, nosotros tenemos una relación de hace mucho tiempo y nos tenemos un cariño especial. Con el Cacique nos conocemos y más allá de que hace algún tiempo que no conversamos, tenemos mucho vínculo en común (Julio Ribas). Tenemos un cariño entre los dos también y cada vez que nos cruzamos nos damos un abrazo como si hubiéramos jugado juntos, pero no me tocó hablar con él. Sí Diego tuvo el detalle de mandarme un mensaje después de mi designación.

-¿Qué Uruguay vamos a ver el 27 en Asunción?

-Es difícil saber con lo que nos vamos a encontrar porque también dependemos de lo que haya enfrente. También es difícil hablar de táctica cuando no hablé antes con los jugadores. Lo que sí te puedo decir es que vamos a ir a buscar el partido y esos tres puntos. La forma la tenemos que ver. Los entrenadores podemos hablar, pero generalmente por los entrenadores hablan los equipos dentro de la cancha. Eso es lo que espero yo.

Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.
Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.

-El otro día dijiste que tenías el 90% del equipo definido. ¿El sistema táctico?

-En un ideal lo tengo. El problema es que el ideal en esta situación es muy difícil. Habitualmente es difícil, en este contexto más. Hago más ejercicios en mi cabeza de lo que nos puede llegar a pasar, que es mucho más probable, que el ideal. El covid-19 puede ser que no nos toque, y ojalá, pero puede ser que no elija solo a jugadores diferentes sino a jugadores en una sola posición y tengas que cambiar.

-¿Pero tu impronta se va a poder ver?

-Espero que sí. Se puede ver lo que va a ser un equipo de Diego a lo largo del tiempo, creo que es difícil. Ahora, la impronta siento que sí. Las variantes y lo que los entrenadores puedan aportar creo que sí, en una selección no necesitás un año para que suceda. Los jugadores están ávidos y uno también puede ir dándole forma a lo que vos necesitás.

-¿Qué cosas son innegociables y no transás?

-(Piensa) Hay varias, pero la más importante es que el equipo sienta que puede ganar en cualquier lugar. No siento que haya un lugar donde no se puede ganar. Es innegociable para mí. En el fútbol se pueden dar los tres resultados, pero es impensado para mí preparar un partido pensando que no se puede ganar. Siento siempre, y más con la camiseta de Uruguay, que se puede ganar en cualquier escenario.

Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.
Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.

-Se dice que sos un obsesivo del fútbol. ¿No te falta la adrenalina del día a día que te da un club y no una selección?

-El trabajo es distinto. La esencia no se cambia, pero el método de trabajo es diferente. Ahora eso no quiere decir que no puedas estar en los detalles. Las formas de trabajar cambian, pero yo me preparé durante mucho tiempo porque sabía que en algún momento podía dirigir una selección. Preparando el método que uno cree que tiene que tener una selección: optimización de tiempos, el control de los jugadores que están fuera. ¿Estás mirando solo los partidos o tenés los datos? ¿Conocés su comportamiento, su familia? El jugador de selección es jugador de selección los 365 días del año. Eso es clave. Pueden cambiar de club, religión, partido político, pero no de selección. Tenemos que estar disponibles para ellos, atentos y que se sientan observados en el buen sentido. Que se sientan atendidos si tienen algún problema a nivel personal o profesional o si el club donde están no les da el servicio que ellos creen, brindárselo. Es eso. No lo tomo como una obsesión, me gusta estar en todos los detalles.

-En tu época de jugador estuviste cerca de jugar el Mundial de Corea y Japón 2002. ¿Esto es una revancha?

-No. Me quedé con las ganas del Mundial, sin dudas. Durante algún tiempo tuve mis camisetas colgadas, mis trofeos, pero después de que me retiré las saqué. Me siento jugador, pero no vivo del recuerdo. Vivo del presente y lo que viene. Está bueno tener un pasado, pero vivo de lo que viene. La verdadera herencia que les puedo dejar a mis hijos es el apellido de su padre. No me refiero a lo deportivo: sí a lo humano y los valores. Hice lo mejor que pude como futbolista, pero vivo de lo que viene. Fue un orgullo enorme representar a la selección, pero no tengo rencor hacia nadie. Lo que viene va a ser mejor seguro. Siempre voy para adelante, para atrás ni para tomar impulso.

-¿Qué buscás en las charlas mano a mano con los jugadores? ¿Motivarlos o hacer hincapié en aspectos tácticos?

Somos un grupo y lo más importante es conocerse. No es llegar y te voy a motivar, no se trata de eso. No creo que sea lo más importante. Tampoco lo táctico. Lo más importante es cuando juntás cada una de las piezas que tenés. Lo primordial es conocerlos y que me conozcan. Los que trabajamos con gente te das cuenta enseguida quién te mira a los ojos, si es frontal, si es leal, si está mintiendo o si te habla con el corazón. Lógicamente que las charlas después derivaron en situaciones de juego, lo que yo sentía de ellos, pero todo eso es secundario. Lo más importante es conocer a la persona, allanar el camino y que no sea la primera vez cuando nos veamos aquí el 23 o 24. Que no tengamos que presentarnos y podamos darnos un abrazo.

-De los 50 reservados van a quedar 25 o 30 convocados. ¿Cómo les mantenés la llama encendida a los demás?

-Son jugadores de selección. Me imagino que el que queda afuera de esa lista entiende que el entrenador lo está observando y que la que viene puede estar o no. Hay oportunidades para todos, depende de los rendimientos y las circunstancias. Dimos una lista de 50, pero monitoreamos entre 60 y 70. El saber que estás perteneciendo a un lugar, que estás en ese grupo de élite, ya es un privilegio. Yo le que les voy a dar es igualdad de condiciones. Yo garantizo eso, los voy a mirar a todos. Con el staff nos dividimos para que todos veamos partidos.

-¿Qué cosas que dejó establecidas Tabárez no tocarías?

-Muchas, pero primero el sentido de pertenencia de los jugadores. Es impresionante y vale la pena destacarlo. Eso uno lo siente y es mérito de Tabárez. A los jugadores y en este caso también al maestro.

Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.
Diego Alonso. Foto: Leonardo Mainé.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad