Apareció el "Pelusa"

| Regresó tras diez años de ausencia; ver las camisetas de Peñarol le dieron ganas de jugar

 Magallanes 20120103 720x500

SILVIA PÉREZ

Federico Magallanes volvió a Uruguay tras diez años de ausencia. Se instaló en Osvaldo Cruz en la casa de sus padres y anda para todos lados con su hija adolescente, como queriendo recuperar el tiempo perdido.

Tiene pasaje de vuelta para Santander, donde tiene su vida armada, para mitad de mes. Pero volver a Uruguay y ver tanta gente con camisetas de Peñarol por la calle, le hizo picar el bichito de volver a jugar. No niega que le gustaría retirarse con la camiseta de sus amores.

Dejó de jugar hace dos temporadas, a los 33 años. Tras haber pasado por Peñarol, Atalanta, Real Madrid, Racing de Santander (en dos oportunidades), Defensor Sporting, Venecia, Torino, Sevilla, Eibar, y Dijon, su último equipo fue Mérida. "Dejé de jugar porque estaba aburrido. Aburrido de aguantar las cosas que se dan en el fútbol. De la mentira, de la hipocresía. De la falsedad que hay en el fútbol. Cosas que no van con mi estilo de vida, con mi forma de pensar. Y eso me aburrió porque yo jugaba al fútbol para divertirme. Ni por el dinero ni por fama, por más que muchas veces se dijeran tonterías. Pero hay mucha gente envidiosa. Viste como es el dicho: si tenés una mujer guapa sos cornudo; si andás en un buen coche lo robaste y si te vestís bien sos maricón. Es así y eso cansa, aburre", explicó "Pelusa" con acento cantábrico.

Hoy a los 35, podría seguir jugando, sobre todo en Uruguay. "Me han llamado de Defensor y hace dos años me habían llamado de Peñarol, pero no tenía ganas. Sin embargo, ahora que he venido aquí me entró un poquito el gusanillo de volver a jugar. Si lo hiciera en el único equipo que jugaría sería en Peñarol, para despedirme bien del fútbol. Es mi equipo, vamos, el que quiero", reconoció.

LO MEJOR. Por algo al pedirle que eligiera el mejor momento de su carrera, piensa en Peñarol. Y aún recuerda la tarde en que debutó en Primera División, con sólo 18 años de la mano de Gregorio Pérez. Fue en el estadio, frente a Progreso y ganaron por 3 a 0.

"Peñarol fue lo máximo porque es mi equipo. Gané un quinquenio, debuté muy pequeño y todo eso te queda grabado. Europa es otra historia, ya vas con otra mentalidad, a otra movida. Hay más profesionalismo y menos sentimientos. Acá sentía los colores, me crié en Peñarol y me inculcaron muchas cosas. Para mí Peñarol es el mejor equipo del mundo. Estoy siempre en contacto con mi hermana que va mucho al estadio. Y lo que han hecho últimamente, es increíble. La cantidad de gente que llevan al campo, la bandera gigante que hicieron, y llegaron a la final de la Copa".

"Por eso te digo si tuviera ganas de volver a jugar al fútbol, me gustaría que fuera en Peñarol. Venir a jugar un año o dos, pero a ganar, Quiero ganar títulos. Para que los guachos que vienen de abajo aprendan a ganar porque Peñarol tiene que ganar siempre".

selección. La selección también lo marcó y es otra de las experiencias destacadas de su carrera. "Jugar por tu país también es lo máximo. Yo llegue a pagarme los billetes de avión para venir a jugar con la selección. Y un día le pagué el billete a un chico que habían mandado a Madrid a juntarnos a nosotros y el pobre chico no tenía ni para volver. De esas cosas la gente no se entera. Y hasta el día de hoy no me pagaron ningún billete, ni la Asociación ni nadie", relató.

También se refirió a aquella jugada en el partido frente a Francia en el Mundial del 2002 cuando no le pasó la pelota a Recoba, que estaba bien ubicado. En aquel momento se dijo que no se la había pasado porque estaban peleados con el "Chino". "¿Qué no se la pasé a Recoba? ¡Si jugué 10 minutos contra Francia! Si quedé mano a mano con el arquero, como no iba a tirar. Si había alguno peleado tendrías que preguntarle a los demás. Yo nunca estuve peleado con nadie. Nunca fui de discutir con mis compañeros. Si juego al fútbol me dedico a eso: a jugar".

Como cualquier otro uruguayo, Federico disfrutó de los últimos éxitos de la celeste. "Ví el Mundial en Santander. Nos juntábamos con unos amigos, todos españoles, a ver los partidos. Yo gritaba los goles como si estuviera en el estadio. Golpeó una vecina a pedir que no gritáramos tanto. Es que mis amigos se contagiaron y gritaban los goles conmigo. Se hicieron hinchas de la selección uruguaya. Aunque después el Mundial lo ganaron ellos. Jugaron muy bien. Pero te digo una cosa, si Uruguay no hubiera perdido en semifinales con Holanda, no sé que hubiera pasado", enfatizó.

"Seguramente la selección ha cambiado, eso dicen. Sé que ahora todos quieren venir, pero cuando se gana todo el mundo quiere estar. Yo siempre quise estar, ganara o perdiera", agregó.

LO PEOR. Pero la carrera no se nutrió solo de buenos momentos, también hubo de los otros. "El momento más duro fue cuando me rompí la rodilla. Tenía solo 19 años y recién había llegado al Atalanta de Bérgamo. Tuve seis meses fatales. Primero me hice un esguince de tobillo y después me rompí la rodilla. Y la pasé muy mal. Estaba recién llegado, era muy joven, hacía un frío terrible y caía la nieve. Tuve que venir a Uruguay a recuperarme porque no mejoraba. No sé si era por la cabeza, pero vine aquí y me recuperé".

SANTANDER. Actualmente vive del dinero que hizo en el fútbol y a veces le da una mano a algún amigo. "Me han ofrecido un montón de cosas, de negocios, pero me gusta vivir tranquilo. Como vivo en Santander, con mis amigos y mi gente. Estoy con el fútbol lindo del Racing de veteranos, allí entrenando un poquitín y a veces muevo alguna cosa de fútbol. Ayudo a algún amigo representante, hablo con algún entrenador de los equipos donde he jugado. Esas cosas. He pensado dedicarme a eso, pero es un mundo complicado. No sé si es para mí. No quiero discutir por dinero".

Aseguró que nunca tuvo problemas con sus representantes, aunque se dijera lo contrario. "Acá se han hablado muchas cosas! Historias que inventa la gente. Nunca vine a buscar ningún dinero. Nunca tuve problemas por dinero ni por nada. Me hablo con Casal sin problemas y allá en España tengo mucha comunicación con `Zalazar".

Y admitió que aún no sabe que va a hacer de su futuro. "Estoy pensando qué hago. Hay días en que quiero volver a jugar, otros en que quiero ser técnico y otros en que quiero ser representante. Tengo que bajar la pelota un poco y decir `a ver Federico para un lado o para el otro`", reconoció.

ESTUDIO. Dejó el liceo a los 16 años para dedicarse al fútbol. Hoy no lo haría. "Fui tonto. Tuve la suerte de irme a Europa joven, conocer otras culturas y convivir con gente de diferentes niveles. Empezás a ir a comer a un restaurante, a vestirte bien, conocés otro mundo y te vas educando poco a poco. Pero si volviera atrás no dejaría de estudiar. Haría una carrera. Hay noches en que me pongo a pesar qué hubiera sido de mí si no hubiera jugado al fútbol. ¿Hubiera hecho una carrera o sería un vago?", dijo riendo.

"Hoy veo a los padres y las madres de los chicos que se vuelven locos. No mandan a sus hijos al colegio porque se piensan que van a tener a un Maradona en su casa, y es un error grandísimo. Lo que tienen que hacer los niños es jugar, estudiar y educarse con principios. Se está perdiendo todo".

Tras diez años sin regresar a Uruguay, encontró cosas positivas y también de las otras. "Veo más movimiento, más programas de televisión. Pero vas por las calles, por los barrios y te da pena. La gente no tiene para comer. En Europa no pasa a pesar de la crisis. Montevideo está carísimo. Acá 100 dólares no valen nada. Me lo dice gente que tiene, imagináte los que no tienen".

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar