LUIS CABRERA
Con una sonrisa inocente y una derecha temible, Teófilo Cubillas escribió su leyenda en la década del setenta.
Los años dorados de la selección peruana están ligados al "Nene", como fue apodado por Pedro "Perico" León, uno de sus compañeros en la formidable delantera de Alianza Lima, conocida a su vez como el "rodillo negro".
En una época fecunda para la posición de enganche, Cubillas demostró ser capaz de colocar su nombre junto al de los mejores del mundo. "En México 1970, nuestro técnico, Waldir `Didí` Pereira, me dijo: `Teófilo, por tu condición física y por tu juventud, no podemos desperdiciarte y que te quedes solo delante. Prefiero que partas de atrás. Quiero que seas el cuarto atacante y el tercer medio`. Y eso hicimos: defendíamos con un 4-3-3 y atacábamos con un 4-2-4", recordaba hace un tiempo el "Nene" en una entrevista.
Mientras Johann Cruyff deleitaba a Europa con su "Naranja Mecánica", Cubillas orquestaba la ofensiva del mejor Perú de todos los tiempos, con Juan Carlos Oblitas y Hugo Sotil en la delantera.
Tamaños goleadores no mermaron la capacidad anotadora de Cubillas, un volante ofensivo tan capaz de generar espacios para otros como para sí mismo. Y cuando el "Nene" encontraba el hueco, su precisión se encargaba del resto. "Waldir era famosísimo en el cobro de los tiros libres (y) él fue el responsable de mis goles de falta, de mis remates de larga distancia", comentó Cubillas. "A base de entrenarme me hice ambidiestro".
Debutó en la primera división del fútbol peruano en 1966, cuando tenía 17 años, y cuatro años más tarde en la selección, durante las Eliminatorias para el Mundial 1970.
Con su talento escribió las mejores páginas de Perú en las Copas del Mundo, pero, más importante, devolvió al país la alegría de un título mayor, con la Copa América de 1975.
El torneo continental siempre le ha resultado difícil al seleccionado peruano que lo ganó por primera vez en 1939, pero sólo ha podido subirse al podio en 6 de las 42 ediciones.
Sin embargo, la Copa de 1975 los encontró en el momento justo, con una generación espectacular encabezada por el habilidoso volante.
La fase de grupos colocó a Perú en la llave B, junto a Chile y Bolivia. El duelo con los transandinos -quienes un año habían aprovechado la ausencia de Cubillas para eliminar a Perú del Mundial de 1974, en un desempate jugado en Montevideo- se anticipaba clave.
La Copa América de 1975 es una de las tres ediciones que se disputó sin sede fija -las otras dos fueron las siguientes, en 1979 y 1983- por lo que Perú se vio forzado a visitar Santiago de Chile en el debut. Un empate 1-1 sirvió como buen primer paso y las victorias por 1-0 y 3-1 ante Bolivia le dieron más aire.
Así se llegó al juego decisivo ante los transandinos en Lima, donde el local, con un tanto de Cubillas, venció 3-1.
Ya en semifinales llegó el desafío de enfrentar a Brasil y la mayor sorpresa de la Copa: una victoria por 3-1 sobre el "scratch" en Belo Horizonte.
Con el partido igualado 1-1 y a falta de ocho minutos para el final, el "Nene" haría una de sus travesuras. Una falta a un metro del área le sirvió un tiro libre que Cubillas aprovechó a la perfección: su `comba` fantástica superó al arquero Raul y la pelota ingresó al arco por el ángulo izquierdo, pegada al travesaño.
Con Brasil lanzado al ataque llegó el 3-1 y la serie parecía cerrada. Sin embargo, Roberto Dinamita y compañía vencieron 2 a 0 en Lima. Sin el valor doble de los goles de visitante, el finalista se decidió por sorteo y Perú, que mereció mejor suerte, la tuvo.
La final lo enfrentó a Colombia, que en semifinales había despachado a Uruguay por un global de 3-1.
Los "cafeteros" ganaron en casa 1-0 pero sucumbieron en Lima por 2-0. Una vez más Perú sufrió el reglamento de la época -dado que tampoco corría la diferencia de goles- por lo que se necesitó un tercer partido en Venezuela.
El duelo se jugó el 28 de octubre en el Olímpico de Caracas y tuvo como condimento increíble la presencia de Hugo Sotil, quien había abandonado sorpresivamente los entrenamientos con su club, Barcelona, para participar de la tercera final. Como no podía ser de otra manera, él anotó el gol del triunfo.
Pese a fallar un penal en el último partido, Cubillas fue sin duda la figura del torneo.
El volante continuaría deleitando a los incaicos -es el máximo goleador de su selección con 26 tantos en 81 partidos- hasta 1989 cuando, con 40 años, decidiría poner fin a su brillante y extensa carrera.
Por el futuro
"Estoy apostando por el equipo peruano, porque Sergio Markarián como técnico ha conseguido darle al equipo la actitud que hace bastante rato no tenía", opinó el crack sobre su selección.
Dos cuartos y un gran tiro libre
Cubillas lideró a Perú a la segunda fase (cuartos de final) de México 1970 y Argentina 1978. El volante anotó cinco goles en cada torneo con lo que es el volante más prolífico de la historia de las Copas del Mundo. De todos sus tantos, el más recordado es el tiro libre que marcó ante Escocia en Córdoba. Su remate a tres dedos por fuera de la barrera es considerado uno de los mejores goles de la historia. "Cuando vi el gol de Cubillas a Escocia decidí que yo también quería patear tiros libres", declaró en su momento José Luis Chilavert.
Heredero del "rey"
"No se preocupen, ya tengo sucesor y es Teófilo Cubillas". Con esa declaración realizada en 1970, Pelé se encargó de enviar un mensaje que quedaría en la historia. El "Nene" había demostrado su talento en México y el brasileño no dudó en nombrarlo su heredero. Cubillas no llegó a las glorias del "Rey" pero hizo suficiente para probar que la comparación no era absurda.
Su generación
El "Nene" fue la cara más visible de una exitosa selección peruana que contó con otras formidables figuras como Hugo Sotil -quien llegó a jugar en el Barcelona- y el "Ciego" Oblitas.