Publicidad

Jess T. Hopkins, el pionero que trajo el deporte en sus valijas

Compartir esta noticia

Jess T. Hopkins llegó al Uruguay en agosto de 1912 para crear el Departamento de Educación Física de la Asociación Cristiana de Jóvenes. Y además del básquet y el vóley, trajo las últimas tendencias en materia de educación física. En 1914 pasó a trabajar también para el Estado en un proyecto fundamental para el desarrollo de la actividad física y los deportes en el país: la creación de plazas de deportes. "Hasta ese momento, la educación física se enfocaba con una metodología cercana al entrenamiento militar; Hopkins trajo el concepto de los playgrounds de Estados Unidos", comenta Agustín Silva, director general de la ACJ.

Antes de su arribo, la ACJ tenía una sección de "intereses físicos", según un folleto interno que la institución preserva. Allí se practicaban ejercicios con mazas y manubrios, boxeo, fútbol y "primera ayuda para los heridos", curiosamente presentado junto a los deportes. Además, había billar, ajedrez y damas, se organizó un coro, una orquesta y fotografía para aficionados y se realizaban "paseos de observación" por museos, fábricas y empresas. Eso se complementaba con estudios de moral y religión, círculos de lectura y debates para practicar discursos "en cualquier idioma".

El objetivo de las plazas era sacar a los jóvenes de la calle y permitirles practicar deportes en un lugar con comodidades y seguridad. Así, la Plaza N° 1, en la Ciudad Vieja, fue otro gran centro de difusión del básquet. A la vez, las familias de esos jóvenes se hacían responsables de las instalaciones. "Para las plazas del siglo XXI, en un proyecto que hicimos a pedido del Ministerio de Deportes, se propone reincorporar a la comunidad a su administración", explica Silva.

En 1928 Hopkins dejó el país con sus siete hijos, algunos de ellos uruguayos, para atender nuevos destinos profesionales.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad