Las 10 plagas de Egipto

El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, dijo que el FMI no asuste a su país con que si no paga la deuda externa caerán sobre ellos las siete plagas, —que también se ensañaron tiempo atrás con nuestro país— antes de confirmarse que no pagaría al organismo 2.900 millones de dólares. La oportunidad es propicia para traer al tapete las diez plagas, y no siete, que el Señor dejó caer sobre los egipcios para poner de manifiesto su divinidad y reducir el orgullo del Faraón sacando al pueblo de Israel de su esclavitud. La primera se produjo al ordenar Moisés, por mandato de Dios, a Aarón, que tocara con su vara las aguas de Egipto convirtiéndose todas en sangre y muriendo todos los peces que en ellas había. La segunda fue castigo del Señor al Faraón por no permitir la salida de los israelitas, y consistió en una invasión de ranas. La tercera fue una inmensa nube de mosquitos que salió de la tierra en cuanto Aarón tocó con su vara el suelo de Egipto. La cuarta consistió en una invasión de moscas, de la cual advirtió Moisés al Faraón que se produciría si no dejaba salir al pueblo de Israel. La quinta fue la declaración de una peste en los animales que produjo la muerte de todos los asnos, corderos, etc., pero solamente de aquellos que se hallaban en el campo, no alcanzando a los que los egipcios tenían en sus viviendas. La sexta plaga fue producida por Moisés y por Aarón, quienes por orden del Señor tomaron cenizas del horno y echándolas hacia el cielo se desarrolló una enfermedad en la piel de los hombres y animales.

La séptima fue una tempestad de granizo que destruyó las cosechas y cuantos animales y personas fueron sorprendidos en el campo. La octava consistió en una invasión de langostas que cubrieron toda la superficie de la tierra. La novena fue envolver Egipto por espacio de tres días en densas tinieblas, excluyendo los lugares en que había israelitas, donde brilló la luz. La décima fue la muerte de todos los primogénitos de los egipcios por la sangre del cordero pascual.

Ante la persistencia de tanto mal, el Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les permitió que salieran de Egipto con todos los hijos de Israel.

Andando los tiempos, cabe aguardar ahora que Nuestro Señor, Bush, llame al Fondo Monetario Internacional para que mitigue la peste de la deuda latinoamericana, que bien equivale a las diez plagas que asolaron Egipto.

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