En estas páginas no saldrán acusaciones ni insinuaciones sobre la honestidad de nadie, sin pruebas que las respalden. La historia del diario nos ubica, sin jactancia, en el periodismo serio. No habrá de verse pues en lo que sigue a continuación, el más mínimo intento de echar sombras sobre la personalidad de un dirigente político que milita en altas posiciones de tiendas que no son las nuestras.
Se habla de tres factores que pueden accionar en contra de la candidatura presidencial de Danilo Astori para atraer votantes. Uno, el fuerte incremento del gasto público que toleró como ministro de Economía y Finanzas. Es posible que nunca en su historia, el país haya gozado de los beneficios de un contexto internacional tan favorable como el que tuvo este gobierno, que hizo posible un crecimiento económico sostenido -hasta ahora por lo menos - y a tasas importantes.
Pues bien, esa fuerte inyección de dinero que recibieron las arcas del Estado, no se ha salvaguardado debidamente. La situación de excepcional bonanza siempre debió entenderse como cíclica, más allá que las turbulencias que están ocurriendo en el mundo hagan suponer, con razón, que la fiesta se va a terminar antes de lo previsto y que habrá que capear el temporal, para lo cual, el aumento del gasto implica una dilapidación innecesaria que no va a pasar inadvertida. Ya se empieza a sentir, y duramente. Será entonces que el tan mentado, pero aparente, buen manejo de la política macro económica, y a su hora, la calesita de la deuda pública, habrán de desdibujarse el uno y ponerse en evidencia la otra. Esto, insistimos se intentó disimular con un tapujo previo a las elecciones, pero la dinámica de la crisis universal que ya nos está golpeando, puede determinar que no sea así. Y como se ha dicho, falta absorber la inexorable crisis argentina.
El segundo factor es la reforma tributaria. Su Impuesto a la Renta a las Personas Físicas se descolgó hasta con furia en un principio, para ponerle remiendos de piedad después, antes de retirarse del Ministerio, pero lo que queda de la clase media uruguaya -si de tal todavía puede hablarse- y los pasivos , a cuyos ingresos se les ha dado el mismo zarpazo porcentual que al de un salario de actividad, no olvidarán jamás quién fue el que impulsó su castigo económico, como tampoco podrá olvidarse la falacia en que quedó la prédica de tono evangélico, de acuerdo con la cual "pagarán más los que tienen más", cuando en realidad, quienes más pagan son los que trabajan más, o ganan mejores retribuciones, lo cual no significa una mayor capacidad tributaria que la del que trabaja, o gana menos.
El pre candidato nacionalista, el Dr. Luis Alberto Lacalle, le auguró a Astori que el IRPF será una lápida para sus aspiraciones presidenciales, y no lo hizo antojadizamente.
El tercer inconveniente de la candidatura, fue la defensa a todo trance que hizo al hoy procesado por acumulación de graves cargos en su gestión al frente de Casinos Municipales, Sr. Juan Carlos Bengoa. Volvemos a lo del principio. Bengoa está procesado y goza del privilegio de estar alojado en la cómoda Cárcel Central, a diferencia de otros imputados de delitos económicos a quienes se les encarceló en el Comcar, en donde se sabe que arriesgan su vida.
El propio Presidente de la República, en reciente reportaje periodístico, admitió que Bengoa debió cesar, antes en el nuevo cargo de Director General de Casinos a donde fue designado por Astori, pero que éste "jugó muy fuerte" para defenderlo. Ahora, se sabe que a Bengoa lo sucedió un señor Ozano, también designado por Astori, a quienes los funcionarios acusan de haber sido la mano derecha de Bengoa, y Vázquez ha anunciado que habrán cambios en esa Dirección.
Astori, también designó al Sr. Luis Salvo como Director de Aduanas, pero éste justificó públicamente las coimas que recibieron los funcionarios aduaneros, como si fueran propinas. Tampoco le gustó eso al Presidente, y Salvo cesó en su cargo.
Mientras tanto, continúa el culebrón de quien será el candidato por el Frente Amplio. No hay día que en algún medio de prensa no se diga que si Astori, que si Mujica y la cuestión es que con este tira y afloje, ocupan un constante espacio mediático que distrae la atención de otros temas importantes, aunque también se va notando el hartazgo, en mucha gente.