El 4 de marzo renunció a su cargo el ministro de Desarrollo Social Martín Lema cumpliendo una gestión exitosa en materia de implementación de buenas políticas públicas en beneficio del país y, en este caso de la población más vulnerable. Montado sobre una estructura llena de trampas dejada por los 15 años de (mala) administración del Frente Amplio, que había creado ese ministerio en 2005, Lema demostró capacidad de liderazgo para conducir a su equipo, valentía para terminar con los curros de las organizaciones amigas de la izquierda y conocimiento en la materia para aplicar nuevos y mejores planes para la población objetivo.
El principal logro del ministro Lema fue realizar un cambio copernicano en el enfoque de las políticas sociales de nuestro país. Mientras que los jerarcas del Frente Amplio confesaron incluso públicamente que la población más vulnerable era un botín electoral en una actitud que los pinta de cuerpo y alma, la nueva gestión del Partido Nacional demostró que se puede poner a la persona en primer plano sin dar a nadie por perdido, procurando que supere la situación en la que se encuentra. Coraje, por cierto, no le faltó al ministro Lema en varios episodios sonados en que demostró que tenía toda la razón, como con el fin de las ollas populares.
En términos de concreciones vale la pena resaltar las nuevas líneas de acción que potenciaran el círculo virtuoso Estado-empresa-sociedad para alcanzar más oportunidades laborales. El plan Accesos pautó un cambio de paradigma importante, los planes de inserción laboral del Mides son un buen ejemplo.
Se amplió sustancialmente la presencia territorial con diversas medidas como la reciente inauguración del segundo Centro de Referencias en Políticas Sociales en Casavalle, que cuenta con la presencia de 16 instituciones estatales, un centro de salud de ASSE, comedor de INDA, UTU con ciclo básico y bachillerato deportivo, sala informática, BPS, un cajero del BROU, oficinas de Antel, UTE y OSE, oficina territorial del Mides, entre otros servicios.
En materia de alimentación se creó el Plan de Alimentación Territorial, una política pública pionera en este país y que resignifica la presencia del Estado en el territorio en términos de alimentación. Para la población que busca reinsertarse en la sociedad luego de estar en prisión se instrumentaron nuevas políticas, como la transferencia al Mides de la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado y planes concretos como la Creación de la Red de Oportunidades actualmente formada por 110 instituciones y la apertura del Espacio de Capacitación y Oportunidades Sociolaborales (ECOS).
Se realizaron avances notables en cuanto a los problemas de salud mental y adicciones en el eje de las políticas sociales con la creación de respuestas habitacionales, diurnas y ambulatorias para personas con problemas de salud mental y adicciones y nuevos programas como el llamado Ni Silencio Ni Tabú para jóvenes entre 14 y 24 años.
Un punto especialmente crítico es la mejora en la atención a las personas en situación de calle que luego de tres lustros de desdén fueron tratados como sujetos de derecho, ampliándose sustancialmente la respuesta a estas situaciones, consiguiendo atender el 100% de las solicitudes. Nadie que solicitó un lugar confortable para pasar la noche se quedó sin respuesta mientras que en el gobierno anterior se afirmaba con frialdad despreciable que dormir en los espacios públicos era un derecho.
Que la gestión de Martín Lema fue extraordinariamente exitosa lo reconocen los propios frentistas que nunca lo interpelaron ni lo llamaron a sala porque no existió absolutamente nada que cuestionar y no se animaron a llamarlo para felicitarlo. Luego de haber volteado al directorio de ASSE en el gobierno anterior con denuncias concretas y fehacientes, evidentemente si no le pegaron fue porque no pudieron.
El ministro Lema, por tanto, deja su cargo con la satisfacción de haber hecho una gran tarea por su país, como reconoció el presidente de la República. Seguramente lo esperan nuevas responsabilidades como una candidatura a la Intendencia de Montevideo que se pide desde diversos sectores políticos y sociales. Con un futuro prometedor por delante el ministro Lema deja la vara muy alta para sus sucesores, demostrando que se puede ejercer la función pública con honestidad, resultados y una enorme vocación de servicio.