Publicidad

El éxito de la Coalición Republicana

Compartir esta noticia

Estamos a cuatro semanas de conocer los resultados de las internas partidarias. Y, a pesar de las tempranas actas de defunción que desde el mundo académico y de la mayoría de los comentaristas políticos se labraron en torno a la Coalición Republicana (CR), ella sigue vivita, coleando y con un enorme saldo favorable en su accionar político.

Hay que recordar la campaña de críticas que recibió la CR al inicio de este gobierno. Para empezar, la izquierda salió a decir por el mundo que se instalaba en Uruguay un gobierno de derecha con aliados de extrema derecha antidemocráticos y pro-militaristas. En realidad, nada de eso reflejó la realidad de lo que es la CR, que ha llevado adelante un gobierno reformista y de centro, con acentos socialdemócratas en algunas dimensiones y otros más liberales en otras áreas, pero que nunca perdió el norte de su legitimidad democrática en el poder.

En efecto, la CR cumplió con lo sustancial de su programa pactado entre octubre y noviembre de 2019, a la vez que se preocupó por mantener con criterio político de representación amplia su mayoría en el Parlamento. Y lo hizo de tal modo que lo segundo que se dijo con vehemencia desde la izquierda académica y política, que es que la CR estaba llamada a romperse más temprano que tarde, nunca ocurrió. Y no es porque no hubiera momentos críticos para que esa ruptura pudiera producirse: vivimos en estos años una de las crisis sanitarias más graves de la historia del país con el Covid-19, cuyas consecuencias sociales y económicas también fueron un enorme cimbronazo para todo el país.

Así las cosas, no solamente no ocurrió que fuimos gobernados por una pérfida derecha antidemocrática o que sufrimos de una ingobernabilidad crónica por falta de acuerdos partidarios de coalición, sino que esta CR se animó a llevar adelante y concretó reformas sustanciales que el país tenía pendiente desde hacía lustros. La más importante fue, sin duda, la de la reforma de la seguridad social, tantas veces reconocida por los líderes de izquierda, por ejemplo, pero nunca planteada por ellos para no contrariar a sus bases sindicales. Además, la CR reformó con vigor la educación, al punto de que ya se empiezan a ver los primeros resultados positivos en torno a una mayor cantidad de estudiantes que terminan la enseñanza secundaria en tiempo y forma.

Hubo también, claro está, otros cambios muy relevantes que forman parte del mejor activo de la CR en el poder. Están, por ejemplo, los resultados económicos y sociales más trascendentes: una economía que crece a pesar de los golpes de la pandemia; una inflación controlada que ha sido puntal para poder aumentar los salarios reales a niveles que hace medio siglo que no se veían; una disciplina fiscal que en momentos de zozobra no fue ciega al esfuerzo necesario para ayudar a los más desprotegidos; y una credibilidad internacional institucional muy importante, que hace que el Uruguay sea reconocido en su manejo macroeconómico -tenemos el menor riesgo país de Sudamérica-, a la vez que logre seguir abriendo puertas a una mayor inserción comercial (a pesar de las dificultades conocidas que siempre se generan en el entorno del Mercosur).

La CR llegó para quedarse. Ese es un dato muy importante que todos debemos tener claro. En unas semanas, cuando se conozcan las fórmulas de los principales partidos políticos, también sabremos que la carrera a octubre será muy diferente de parte de los que conforman la CR con relación al Frente Amplio. En efecto, los partidos de la CR van a marcar sus perfiles distintos y van a señalar sus énfasis programáticos con convicción. Pero todos ellos están llamados a converger en un acuerdo común para enfrentar en el balotaje a la izquierda. Desde ya, incluso, se pueden encontrar temas de concordancia entre sectores diferentes de los distintos partidos que conforman la CR: es natural que así sea, ya que en definitiva estamos ante partidos y candidatos que comparten un rumbo sustancial para el país. Es un rumbo hecho de liberalismo político, solidaridad social y respeto democrático que sin duda fue transitado en todos estos años de gobierno.

Uruguay tiene sólo dos caminos para tomar en la próxima primavera. El que marca la CR no será algo desconocido por los votantes. Allí está en efecto su balance, con el ejemplo de mayor diferencia posible con relación a la izquierda: mientras que la CR no encerró a nadie en la pandemia, el Frente Amplio propuso encierros obligatorios y apagar todos los motores de la economía.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad