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¡Venezuela libre!

Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|El crepúsculo de la dictadura: un llamado a la dignidad y libertad del pueblo venezolano.

Venezuela, cuna de libertad y heroísmo, se encuentra hoy arrodillada bajo el yugo de una dictadura que ha traicionado los principios fundamentales de la democracia, la justicia y los derechos humanos. La reciente asunción de Nicolás Maduro marcada por el fraude, la represión y el desprecio por la voluntad popular, constituye un atropello no solo para el pueblo venezolano sino para toda América Latina y el mundo que observa con indignación este teatro autoritario.

Maduro no es un presidente; es el rostro visible de un régimen que ha sumido al país en la miseria económica, el exilio masivo y una crisis humanitaria sin precedentes. Sus manos están manchadas con el sufrimiento de millones de venezolanos que hoy enfrentan hambre, falta de medicamentos, represión y miedo. Cada día que Maduro se aferra al poder es un día más de injusticia, de dolor y de traición al legado de quienes lucharon por una Venezuela libre.

El mundo ya ha hablado: Maduro no es legítimo. Desde las democracias del hemisferio occidental hasta las voces de Europa y organismos internacionales, el mensaje es claro y contundente: Venezuela merece un futuro mejor, uno construido sobre la base de elecciones libres, instituciones fuertes y el respeto a la dignidad humana.

Es hora de actuar. Hacemos un llamado urgente a los venezolanos dentro y fuera del país, a los ciudadanos libres del mundo y a los gobiernos democráticos a unirse en una sola voz. Manifestemos nuestro rechazo total al régimen de Maduro. Movilicémonos en las calles, en las redes sociales, en las plazas públicas, y exijamos lo que por derecho pertenece al pueblo: la renuncia inmediata de Nicolás Maduro.

Este no es el momento para la indiferencia ni el silencio. Es el momento de la unidad, de la valentía y de la esperanza. Los dictadores caen cuando los pueblos se levantan, y la historia nos enseña que ninguna tiranía, por más férrea que parezca, puede sobrevivir al poder de un pueblo decidido.

A los líderes democráticos del mundo les decimos: no basta con condenar, es necesario actuar. Las sanciones deben ser contundentes, la presión diplomática debe intensificarse y el apoyo al pueblo venezolano debe ser inquebrantable.

Y a los hermanos venezolanos les recordamos: ustedes son los herederos de una tradición de libertad que no puede ser extinguida. Su lucha no es en vano, y su voz resuena en todos los rincones del mundo. Levántense con fuerza, con dignidad y con la certeza de que un futuro mejor es posible.

Hoy comienza el fin de la dictadura. La renuncia de Maduro no es una esperanza, es una exigencia moral, política y humana. ¡Que el mundo se una en este clamor! La historia está de su lado, y la justicia prevalecerá. ¡Viva Venezuela libre!

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