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Pobreza y delincuencia

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@|Quiero compartir un pensamiento en voz alta, dejo a su consciencia determinar su validez...

El gobierno entrante, antes de ingresar esta pandemia mundial, tenía temas muy importantes para resolver y mejorar: educación, trabajo, salud, seguridad, la situación de la mujer y la reactivación económica del país.
Pero ingresó este virus, que es mundial, y produjo una brecha aún más significativa a nivel social.

Las carencias abundan, la economía está estancada, las empresas trabajando con el mínimo de personal, mucha gente sin trabajo, en seguro de paro, con pronósticos poco alentadores, vendiendo sus pertenencias y efectuando changas eventuales para sobrevivir.

Esto ha llevado a mucha gente a vivir en zonas periféricas, tomando campos baldíos, aumentando los asentamientos irregulares, con viviendas muy precarias.

No es difícil suponer que los niños que nacen en este contexto, lo hacen con muy pocas posibilidades: enfrentan hacinamiento, promiscuidad, carencias totales, desnutrición, ignorancia, y sobre todo desintegración familiar, donde generalmente la figura de referencia, padre o madre, no está.

No generalizo, porque dentro del mismo contexto hay familias con ganas de superación y trabajo.

Pero esto supone también delincuencia; la falta de oportunidades y vivir así, es fuente de cultivo para la ilegalidad.

Un niño que nace en la miseria, crece con hambre, sufre agresiones físicas y sexuales en su ambiente diario, sin recibir la protección familiar ni la transmisión de valores, ¿puede convertirse en algo mejor?

Es por eso que pido al gobierno nacional compromiso y empatía para luchar contra esta desigualdad y falta de oportunidades.

Porque la lucha contra la pobreza y la delincuencia deben darse en paralelo y es obligación del Estado.

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