@|¿Qué sucedería si un grupo de profesores liceales publicara una foto de un pequeño grupo rezando un rosario o encendiendo velas a Iemanjá fuera del horario de clases, pero dentro del local?
Creemos que la repulsa y el pedido de expulsión del sistema serían unánimes. El “incendio de la pradera” sería terrible y ya se hubieran producido interpelaciones a ministros, así como pedido de responsabilidades y exigido renuncias varias. Y es así como surge la duda que motiva nuestras preguntas.
¿Se considera violación de la laicidad a un hecho religioso en tanto se da vía libre a uno político? Es la religión el único elemento que se tiene en cuenta al definir el término laicidad.
A nuestro juicio es no solo un absurdo la defensa del grupo de profesores de San José que se manifestó a favor de la LUC, sino que es algo tremendamente peligroso.
El simple uso del sentido común indica que las normas deben ser respetadas en todas las ocasiones independientemente de nuestros gustos o inclinaciones, dado que si no estamos de acuerdo con algunas, existen mecanismos legales y constitucionales para su modificación.
Si hay sectores que desean modificar el concepto y alcance de lo que conocemos como laicidad, sería éste el momento de presentar un proyecto de ley.
Si ponemos por delante nuestras simpatías ideológicas frente a las normas de ética y respeto mutuo, estamos ante un grave problema de convivencia.
Los referentes sociales y políticos deberían ser mucho más cautos a la hora de manifestar sus opiniones sobre tales temas, guardándose para sí sus simpatías personales ya que lo contrario solo contribuye a polarizar una sociedad ya de por sí muy estresada y evitar casos como el de referencia que solo contribuye a crear divisiones y tensiones.