@|Hace años que ronda en la cabeza de una mayoría ciudadana un pensamiento que lastima, el hecho injustificable del otorgamiento, por parte del Estado, de una pensión reparatoria; a quienes, creyéndose iluminados por designio divino, atentaron contra un gobierno democrático, provocando un daño incalculable, quebrando la convivencia de una sociedad en paz por una veleidad ideológica inaceptable.

La aparición en la escena urbana, aglutinando caprichosos rebeldes de dispares ideas revolucionarias, socialistas, maoístas y anarquistas unidos a diversos actores de ignota enjundia de la izquierda vernácula y ociosos, oníricos universitarios, conjuntó una banda guerrillera que robó, secuestró y asesinó y fue la causa del llamado a actuar a las FFAA.

Durante 8 años delinquieron con total impunidad hasta llevar al hartazgo al gobierno democráticamente electo, con las consecuencias sabidas.
El poder represivo del país actuó, y con la esperable diferencia de fuerzas, en corto lapso acallaron a la injustificable guerrilla urbana siendo apresadas sus principales figuras.

Mientras esto ocurría, una inmensa mayoría de uruguayos mantuvo, estoicamente, con su trabajo y su respeto, al indeseado orden imperante, el país en pie. Ese país que intentaron avasallar los tupamaros y sus secuaces de la guerrilla urbana.

Muchos cayeron presos o desaparecidos y algunos huyeron al sentirse vencidos… pero “todos en su ley” siendo indiscutiblemente la “causa de la intervención militar y sus indeseadas consecuencias. No fueron héroes como el mito que intentan forjar. Fueron traidores a la Patria, simples guerrilleros urbanos que aterrorizaron a un pueblo en paz, atentando contra la democracia y provocando irreparables daños en vidas humanas, derechos de propiedad, violando los poderes del Estado y alterando la convivencia social por un lapso de 20 años.

Sin embargo, demagógicamente, un falaz presidente, fiel intérprete de una izquierda vengativa, escudado en mayorías circunstanciales, optando por su “rencor” antes que la conciliación “social” que Uruguay requería, refrendada inequívocamente por 2 consultas ciudadanas, consigue, con artimañas legislativas, una Ley interpretativa y 2 leyes reparatorias, premiando contra toda lógica de justicia; a quienes atentando contra las instituciones democráticas, llevaron al Uruguay a un caos institucional durante largos años.

Fue injustificable la aparición y las acciones del movimiento terrorista; fue injustificable la populista actuación legislativa del FA al asumir el poder; y es injustificable que hoy, sabida la historia que intentaron tergiversar, mintiendo sin pudor intentando disfrazarse de Robin Hood, 1935 terroristas, sigan cobrando, extensible a sus herederos, una “Pensión Reparatoria Injustificable”.