@|Recibimos con gran sorpresa la noticia de nuevo escrache al tradicional y emblemático templo del Cordón.
Una acción de elevada cobardía ya que se realizó en una jornada de gran festejo como lo fue el Día Internacional de la Mujer.
Lamentablemente no lo supieron aprovechar quedando como recuerdo capital actos violentos, manifestaciones políticas de orden antidemocrático, participantes con atuendos y signos inentendibles y actitudes poco feministas cargadas de un agnosticismo contra una Institución como es la Iglesia Católica en Uruguay y en el mundo.
Tristeza, indignación y al mismo tiempo lástima no sólo por la profanación realizada sino por ser ellas (las mujeres) las que cegadas por la acción cayeron sin cuenta.
Sorpresa también por la ausencia de una declaración de repudio por parte de las autoridades pertinentes.
Fue un día para levantar la voz de los grandes consejos que hacen a la función de la mujer en la sociedad.
Ausencia de consejos rectos en su contenido como lo es la moral política, la ética, la educación en su formación y transitar por la vida, ausencia a los valores que tiene la familia cuyo eje central es la mujer, ausencia de ese amor incondicional que no necesita de gritos ni banderías sino de acciones bien intencionadas.
Si hay una voz que nunca se apaga es aquella que en su silencio interior mantiene viva la antorcha que ilumina la consciencia de toda mujer.
Faltó la Paz que quedó dormida en el bullicio y herida en las puertas de la Iglesia.
Me vino a la mente en estos momentos homenajear a todas las mujeres de esta querida tierra dejándoles este humilde recuerdo de otra mujer grande en su bondad: “Si tus ojos son positivos amarás el mundo. Pero si tu lenguaje es positivo el mundo te amará. El amor de una mujer está en sus acciones, ella mira con su corazón y siente con sus ojos. Una mujer es el banco donde cada miembro de la familia resuelve las preocupaciones, las heridas y la vida. Una mujer es el cemento que mantiene unida a la familia y su amor durará toda la vida”. Teresa de Calcuta.