Atraso cambiario

El Ciudadano | Montevideo
@|La trampa económica que el Frente Amplio profundizará.

El atraso cambiario es una de las herramientas más perversas de control inflacionario. Consiste en mantener un tipo de cambio artificialmente bajo para frenar el aumento de precios internos en dólares, pero su costo lo pagan los exportadores, la agropecuaria y, en última instancia, toda la economía. Durante el gobierno de Lacalle Pou, esta política ya castigó al sector productivo. Ahora, con Yamandú Orsi al frente del gobierno y con un equipo económico que apuesta por más gasto y más Estado, la situación solo puede empeorar.

El Frente Amplio hereda un Uruguay caro, un país donde producir cuesta más que en la región. Pero en lugar de corregir este problema con menos impuestos y menos regulaciones, profundizará la política de atraso cambiario como único sostén de su relato de estabilidad de precios. Para bajar la inflación sin tocar el gasto público, optará por un dólar planchado, condenando a los exportadores a trabajar a pérdida, a los productores a la desesperación y al empleo a una lenta asfixia.

Sin competitividad real, el agro y la industria perderán mercados, cerrarán empresas y la economía se frenará. El costo de este modelo lo pagarán los trabajadores con menos empleo y peores salarios, los pequeños empresarios con márgenes de ganancia cada vez más reducidos y el país entero con un estancamiento del crecimiento.

Pero la trampa económica del Frente Amplio tiene una paradoja: su propio programa es el mayor enemigo de su equipo económico. Mientras los técnicos intentan sostener el relato de estabilidad, el ala más radical del FA presionará por más gasto social, más subsidios, más burocracia. Y cuando la realidad choque con la ideología, solo habrá dos caminos: o rompen con su base política o terminan por disparar el déficit y la deuda, abriendo la puerta a una crisis de proporciones.

¿Quién ganará esta pulseada? No lo sabemos. Lo único seguro es que todos vamos a perder.