Alberto Rodríguez Genta | Montevideo
@|Uruguay, el agua gratuita que producimos y desperdiciamos.
No se conoce el origen de la frase o proverbio popular (del título), ni determinar su época, más allá de su popularización a través cantantes como Lola Flores o Sara Montiel. Y es que, de alguna forma, tiene mucho que ver con esta crisis hídrica que vive hoy Uruguay. Porque, por ejemplo, según datos de las Encuestas Continuas de Hogares (ECH) en 2022, 46,1% de los hogares uruguayos tenían equipos de aire acondicionado. Y a su vez, según SEG Ingeniería, “los equipos de aire acondicionado tipo split o bombas de calor, presentan un mejor rendimiento que cualquier otro sistema de calefacción disponible y son la opción de menor costo en energía para calefaccionar un hogar en Uruguay”.
Ahora bien; consideremos que el agua por condensación que sale de los aires acondicionados, y que frecuentemente vemos caer hacia la calle desde los edificios, produciéndonos una molestia y un desperdicio por ignorancia, es destilada, sin nutrientes, que podemos reutilizar en tareas de limpieza o para el riego de nuestras plantas (ya que no contiene químicos agregados), para limpiar los pisos del hogar, las veredas, cristales, baños, llenar el depósito del limpiaparabrisas del coche, para agregar a la plancha de vapor, pues no genera manchas de cal ni tapa los conductos, entre otros. Hay decenas de posibilidades. Tengamos en cuenta, a su vez, que esta agua no es potable para la vida humana ni para los animales.
Yo no he podido ubicar datos acerca de la cantidad de agua que se utiliza en Uruguay para estas actividades que nada tienen que ver con el consumo humano y, sin embargo, se llevan buena parte de ella.
Porque en OSE el 90% del agua que se produce proviene de fuentes superficiales y apenas el 10% restante de fuentes subterráneas.
Lo cierto es que nos damos el lujo de utilizar la misma agua potabilizada, tratada mediante procesos especiales para hacerla bebible, que para lavar el auto, las veredas, los pisos y los baños, además de regar las plantas.
Por ello, personalmente, me he dedicado a recoger el agua producida por mi equipo de aire acondicionado en estos crudos días de invierno, insertando la manguera de desagüe a un bidón vacío de 6 litros de agua mineral embotellada. Y he llegado a juntar más de 5 bidones por mes; o sea más de treinta litros. Normalmente, en nuestro país, desperdiciados.
En apenas estos primeros dos meses del año, tengo ya más de 60 litros acumulados. Que los vamos utilizando en el hogar, para todo lo anteriormente detallado.
Y entonces me pregunto: si los resultados finales del Censo 2011 arrojaron un total de 1.166.292 hogares relevados, y se asegura que el 46,1% de los hogares uruguayos utiliza aire acondicionado, ¿cuántos litros de esa agua podrían reutilizarse para esas tareas indispensables de los servicios de higiene y mantenimiento de los hogares? ¡Deben ser como 500.000 hogares, produciendo 60 litros mensuales! Por lo menos.
No quiero hacer la cuenta. Háganla ustedes; teniendo en cuenta, además, que en cada uno de esos miles de hogares uruguayos, hay más de un aire acondicionado (¿dos, tres, más?). Sería importante también, a estos efectos, relevar el total de edificios y oficinas de organismos públicos y empresas privadas que utilizan aire acondicionado.
¿Pueden imaginarse la magnitud de los miles y miles de litros de agua aprovechable que simplemente desperdiciamos, por no tener conducta de aprovechamiento de recursos que producimos y no valoramos?
Por aquello de “agua que no has de beber, déjala correr”.