Dice Max Weber que “el poder es la posibilidad de imponer la propia voluntad aun contra toda resistencia”. Yo agregaría: “Aun cuando esa resistencia provenga del propio gobierno. Los gobiernos -teóricamente-mandan pero hasta donde se les permite.
Agregaría que en nuestro país se instaló un gobierno multicolor hace 4 años que es probable haya tomado el timonel de un barco ajeno.
Lo tomaron prestado por un tiempo. Lo entregaron en bandeja para entretenernos 5 años haciendo algunas reformas y obras que ellos (el FA) no pueden, no saben o no quieren hacer.
En cualquier país normal tanto descalabro administrativo en 15 años, tanta corrupción y tanto desprecio por el erario público hubiera ameritado una derrota contundente.
Pero no. Es Uruguay.
Un país que respira por los poros un batllismo malaprendido. Compraron la idea de un socialismo light tergiversando la historia de hace más de 100 años, para camuflarse hoy sin confesarlo en meros voceros del Foro de Paulo. Y sus seguidores compran el cuentito.
Con gente que quiere que carguen de impuestos a su vecino (que lo suponen próspero) y lo exoneren a él porque se autopercibe miembro de algún colectivo desfavorecido.
Quiere ser emprendedor pero que lo rescate el Estado si se cae.
Quiere ser empleado inamovible y si puede, faltar los lunes alegando dolor de espalda con certificación expedida por médico complaciente.
Y vas sumando y agregás a muchos docentes que entienden que su función es formar rebeldes sin causa y no ciudadanos aptos para realizarse en el mundo del trabajo.
Y seguiría sumando “colectivos” que van formando paulatinamente nuevas mayorías. Todas esas personas sumadas son justamente las que no arriesgan emigrando. Están prendidas a la “teta” del Estado, del gremio, del colectivo, etcétera. Y esa gente sumada fue el sostén de una votación que casi le gana a Lacalle Pou en 2° vuelta.
Estos 5 años serán solo una muestra de primavera multicolor si no nos enfocamos a mostrar logros. Salvo que convenzamos a cada uruguayo de que es una irresponsabilidad devolverles el gobierno. Volverán a ganar.
¿Y todo por qué?
Porque el poder ya lo tienen. Nunca lo perdieron. Lo respirás en el sistema judicial penal, en lo que comunican muchos canales de TV o radios, en la “cultura” y los sindicatos.
Conseguir la patriada de “una renovación de votos” multicolor es tarea que requiere de un enorme esfuerzo mostrando logros y refrescando la memoria. La tarea es ardua pero no imposible. Ayudaría y mucho un éxito liberal en la vecina orilla. Allá por suerte tocaron fondo los progres K y la gente se hartó. Acá zafamos por poco del hambre y la hiperinflacion.
Queremos ganar y nos olvidamos de mostrar la colosal obra pública de estos tiempos, la baja de la inflación o el aumento del salario real combinado con 70 mil empleos más que antes de la pandemia. País con menor corrupción de las Américas y la más perfecta democracia regional con el menor riesgo país.
Pero no lo comunicamos bien.
Nos marea Carolina con la bicisenda y los 300 años de ficcion. La excusa perfecta para su acostumbrada compulsividad en el gasto.
Por ahí no.