Miguel Baz

Fue oficial nada menos que del coronel Pampillón, y eso solo le significaba una credencial de valor. A las órdenes del legendario lancero, se inscribió en las acciones de Severino, Corralito y Manantiales durante la revolución de 1870 que liderara Timoteo Aparicio.

Durante la jefatura política del general Burgueño en Canelones, el comandante Baz fue nombrado comisario de la Sección Migues.

Las revoluciones Tricolor y del Quebracho contaron con su presencia en primera línea, así como la de 1897 en la que ascendió a teniente coronel, y las de 1903 y 1904 en las que formó en la División Nº 3 que comandó el coronel Bernardo G. Berro, hijo del presidente blanco Bernardo Prudencio Berro.

En determinado momento, se envió a órdenes del coronel José F. González una fuerza hacia el norte del Ejército que actuaba al sur, con el cometido de alcanzar al coronel Abelardo Márquez portador de un importante armamento enviado por el Comité de Guerra desde Buenos Aires —que finalmente se perdió ante el adversario. Esta fuerza se integró con unidades de distintas Divisiones y Baz comandó los 233 hombres destacados a tal fin por su División Nº 3. Este solo hecho indicaba a Baz como el segundo jefe de la valiente División, pero aunque lo fue en realidad, no aceptó el cargo.

En la paz se dio por entero a la organización partidaria y fue en Migues, 9a. sección del departamento de Canelones, el jefe indiscutido y el activo propagandista de los principios del Partido Nacional.

Dicha 9a. sección fue el más firme baluarte blanco de Canelones y ello no podría llamar a sorpresa por cuanto durante la jefatura política del general Burgueño en Canelones, según ya expresamos, Baz ocupó la titularidad de la Comisaría de Migues, dejando honda huella por su coraje ante quien había ocupado anteriormente el cargo con ínfulas de creerse el dueño y señor. Baz lo puso en su lugar pese a los incidentes que provocó como queriendo reasumir la Comisaría. Tan peligroso era este sujeto que cuando posteriormente llegó a ocupar el cargo titular de la Comisaría don Fermín Callero apenas transcurridos dos días y siendo Callero del mismo partido que el ex comisario, igual lo atacó en horas de la madrugada a balazos cuyas detonaciones fueron escuchadas por Baz que vivía en las cercanías, y asomándose a su ventana vio como Callero era atacado por dos personas, una de ellas el ya descripto. De inmediato Baz salió a la calle poniéndose de parte del nuevo comisario al que no conocía, reduciendo ambos a los dos pendencieros. Este hecho hizo que Baz y Callero iniciaran una muy buena amistad pese a que ambos pertenecían a distintos partidos, lo que en aquella época era, en general, motivo para ni siquiera saludarse.

Miguel E. Baz nunca faltó al cumplimiento de los deberes cívicos, haciéndolo con envidiable entusiasmo, al igual que sus hermanos, Ramón y Angel, también nacidos en Santa Lucía y que como Miguel, estuvieron en primera fila tanto en el campo de batalla como en las luchas cívicas.

Existe de Miguel Baz el recuerdo sobre una de las últimas elecciones en las que recorriendo el electorado en los tradicionales actos preparatorios, sufrió la fractura de una pierna. Dos días después tenía lugar el acto electoral y Baz contrariando la voluntad médica y la de sus familiares más cercanos, se hizo trasladar en una camilla para emitir su voto, cumpliendo así con el ineludible deber del ciudadano.

Miguel E. Baz falleció el 13 de octubre de 1928.

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Fuente: Archivo Angel Baz Robert.

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