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Empezó el rebote

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IGNACIO MUNYO
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En el segundo trimestre del año la actividad económica dejó de caer y hay señales de que ya empezó el rebote desde el fondo del pozo.

La semana pasada se conoció que el Índice Líder de Ceres (ILC) subió luego de ocho meses de caídas consecutivas. El ILC es un indicador que se elabora desde hace más de veinte años, por parte del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social. La suba del ILC es un primer indicio de que la fuerte caída en la actividad económica experimentada en Uruguay -iniciada en el segundo semestre del año pasado y profundizada como consecuencia de la irrupción del COVID-19 en Uruguay- habría llegado a su fin en el tercer trimestre del año.

El ILC es un indicador adelantado del nivel de actividad, diseñado para anticipar cambios en el ciclo económico. Por lo tanto, está compuesto por variables que tienden a cambiar de dirección antes de que lo haga el PBI. Constituye así una alerta temprana del estado de situación actual de la actividad económica. Téngase presente que el Banco Central del Uruguay (BCU) publicará a fines de setiembre la información del PBI del segundo trimestre (abril-junio) del año y recién en diciembre los datos del tercer trimestre.

Los indicios de recuperación que se observan en la economía son generalizados: la mayor parte de la multiplicidad de variables que componen el ILC se comportaron de manera expansiva. La base de sustento parece ser amplia porque en todos los sectores se ven síntomas de mejora.

El sector agropecuario y forestal nunca paró. La faena de bovinos crece desde abril y se encuentra arriba de los valores de un año atrás. Las exportaciones agrícolas suben, así como también las exportaciones de madera. La remisión de leche a plantas industriales también mira para arriba.

La construcción fue el primer sector en volver a la actividad y crece sostenidamente. Hay buenas perspectivas para los próximos años al impulso de las obras asociadas a la tercera planta de celulosa.

La producción industrial se comienza levemente a recuperar. También se recupera la venta de energía eléctrica al sector. En la industria el piso es profundo porque el estancamiento y caída se arrastran desde hace varios años.

El comercio abre las cortinas metálicas. Las ventas en los shoppings se recuperan, también las ventas de autos, aunque aún se encuentran bastante por debajo de los niveles del mismo mes del año pasado. Las ventas de supermercados fueron las que menos se vieron afectadas.

El transporte se mueve con la salida del confinamiento y el repunte productivo. La intensidad en el tránsito tuvo su punto más bajo la última semana de marzo y luego se observa una progresiva recuperación, aunque todavía se encuentra 20% abajo de los niveles previos al COVID-19. El tráfico de ómnibus en Tres Cruces presenta una fuerte suba en junio y julio. La venta de combustible también presenta un crecimiento destacado. Se intensifica la carga de contenedores en el puerto de Montevideo.

Si bien el panorama empieza a mejorar, es claro que todavía no salimos del pozo. El volumen de actividad económica está muy lejos de los niveles observados previo al comienzo de la recesión en setiembre del año pasado. La escalada va a ser complicada, se van a necesitar cambios para llegar a donde estábamos. Y ni que hablar, si pretendemos seguir ascendiendo.

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