Publicidad

Hamás el odio

Compartir esta noticia

No es la primera vez que pasa.

El terrorismo islamista (que nada tiene que ver con el pueblo islámico) comete un acto criminal incalificable, y esto no solo es festejado de manera insultante por activistas que viven en Europa. También es relativizado por dirigentes políticos de nuestro país.

La red X fue elegida por un partido del FA y un número no menor de dirigentes de sus distintos sectores, para complementar su solidaridad con las víctimas israelíes, con un “pero”, calificándola de acción de guerra y cuestionando al Estado atacado.

El comunicado que divulgó el Partido Comunista tiene un inquietante primer párrafo: “Las acciones de esta madrugada realizadas por Hamás y la declaración de guerra del gobierno de Israel ponen en peligro la vida de decenas de miles de personas”. Ya de arranque habla de “acciones”, delicado eufemismo de “masacre terrorista”, y pone en pie de igualdad una agresión artera a la sociedad civil con la respuesta institucional del país agredido, un lugar común que se viene dando en estos sectores desde mucho tiempo atrás.

Así, los uruguayos asistimos repugnados a esos videos divulgados por los mismos terroristas de Hamás donde mostraban como trofeos a personas vejadas, torturadas y asesinadas, y tuvimos que soportar las opiniones de compatriotas que ocupan importantes cargos electivos, jugando a un equilibrismo relativizador que evidenciaba cero empatía con la desgracia ajena. Reivindican la “causa de pueblo palestino” como si los repugnantes carniceros de Hamás representaran de veras a esa nación, cuando no son más que una organización criminal que la somete en forma ilegítima, financiada por otras dictaduras escabrosas. Una banda de asesinos que no mata por la supuesta liberación palestina, sino con la explícita finalidad de provocar un genocidio.

Es muy triste e indignante que dirigentes políticos que han padecido la arbitrariedad y la violencia de una dictadura, ahora privilegien sus prejuicios ideológicos por sobre la solidaridad con quien sufre lo mismo, por el solo hecho de ser ciudadano de un país que a ellos no les agrada.

El colmo del asco lo sentí al asistir a la primera declaración de la candidata argentina Myriam Bregman en el debate del domingo: “nos duelen las víctimas civiles”, (pero) “esas víctimas civiles ocurren en un conflicto que tiene como base la política del Estado de Israel, de ocupación y apartheid contra el pueblo palestino”. No solo relativizó la masacre sino que dio un paso más: la justificó. Es un insulto a sus propias raíces, semejante a que yo justificara el abominable bombardeo nazi-fascista a Guernica, diciendo el disparate de que los vascos se lo merecían.

Son progres que alcahuetean a una organización criminal de extrema derecha, olvidando que si vivieran bajo su égida no durarían vivos ni cinco minutos. Contradicción solo comprensible por su inocultable judeofobia.

Omiten hipócritamente que esos criminales hacen gala de sus vejaciones, filmándolas y subiéndolas a las redes, con la sola finalidad de sembrar el terror en democracias occidentales que podrán tomar decisiones equivocadas, pero tienen legislaciones que garantizan el respeto irrestricto de los derechos humanos.

Como se dijo por ahí: siempre del lado equivocado de la vida.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad