Esquivando el bulto

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No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Sabio refrán que se puede aplicar a varios gobernantes.

Las copiosas lluvias del pasado viernes caídas en la capital, dejaron en evidencia la falta de previsión del gobierno de Montevideo.

A su titular no se le ocurrió invocar una peor excusa, en su intento de justificar las inmediatas inundaciones que hicieron colapsar la circulación e inundaron numerosas viviendas, que atribuirle al cambio climático el caos vivido durante horas en la ciudad, y a que el sistema de las bocas de tormenta es vetusto. Olvidó añadir el aporte realizado al evento por la basura no recogida que taponó y redujo la capacidad de drenaje de varias calles y avenidas.

Las alarmas mundiales por el calentamiento global sonaron hace mucho tiempo. Tan así es que en 1988 (hace 35 años) dos agencias de Naciones Unidas crearon el reputado Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para que mantuviera informado al mundo sobre la evolución del problema. Cuatro años después, en la Cumbre de Río’92 las naciones del planeta firmaron la Convención de Cambio Climático. La gravedad del problema condujo a que en 1995 dieran inicio las cumbres climáticas conocidas como COP (Berlín-COP 1) -ahora en Dubái se está desarrollando la COP 28.

Queda claro que en 33 años de gobiernos frenteamplistas en Montevideo, disponiendo de todo este aprendizaje mundial, así como de la vasta experiencia compartida entre los pueblos del mundo, todo eso parece haber pasado desapercibido. Son los mismos que sin ningún atisbo de vergüenza “culparon” al actual gobierno nacional de no haber tomado las precauciones necesarias para afrontar la histórica sequía que soportó especialmente el área metropolitana, a tan solo dos años de asumir la conducción de la nación, y luego de 15 años con mayoría parlamentaria frentista y bonanza económica incluida y sin encarar ese problema que ya estaba presente.

Si algo ha quedado demostrado en los hechos y reafirmado por el mundo académico es que los eventos naturales extremos vienen aumentando en frecuencia e intensidad. En buen romance, lo del viernes volverá a suceder y posiblemente con mayores registros pluviométricos.

¡Claro que hay que modernizar lo que está perimido! ¡Desde luego que deberíamos tener en Montevideo -y el resto del país- una política proactiva que impida la existencia de asentamientos irregulares sobre las cañadas que se desbordarán, una y otra vez, cuando ocurran lluvias importantes! Y sin duda hay que mejorar bastante la limpieza.

La ampliación de los drenajes urbanos de escorrentías de lluvias, ya debería estar hecha o por lo menos encaminada, comenzando por las zonas más problemáticas de la ciudad. El costo económico es solo un factor a considerar, como ocurre en todas las obras municipales. Y lo subrayamos sin hacer un racconto de los millones de dólares salidos de los bolsillos de los contribuyentes que se han malgastado en proyecto fallidos como el Corredor Garzón.

En definitiva, ¿se trata de desinformación o de esquivar las responsabilidades? Cada uno sacará sus conclusiones.

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