JUAN ORIBE STEMMER
La Intendencia Municipal de Montevideo insiste en adoptar logos -símbolos- cada vez más elementales, para identificarse. Entretanto deja de lado el escudo de la Ciudad, que reúne los símbolos de una historia que deberíamos conocer mejor y de la que podemos estar justamente orgullosos.
En 1885, el Presidente de la Junta Económico Administrativa de Montevideo se dirigió a Andrés Lamas informándole que "acariciaba el pensamiento de adoptar como timbre oficial" tomando como punto de partida el que había servido a los cabildos de la dominación española y considerando que con "sus signos y divisas se recuerda, como se sabe, el origen de los pueblos, o los antecedentes más prominentes de su evolución histórica".
Poco se conoce sobre el escudo original de la ciudad. Pero ya en las medallas de Montevideo acuñadas para conmemorar la jura del rey Carlos IV, en 1789, la de Fernando VII, en 1808, figura el cerro coronado por un castillo.
En 1807 la Corona aprobó una Real Cédula concediéndole a Montevideo distinciones por el papel que había cumplido durante las Invasiones Inglesas incluyendo el título de Muy Fiel y Reconquistadora, y la autorización para añadir a su escudo de armas las banderas inglesas abatidas, "con una corona de Olyba sobre el cerro Atrabesada con otra de mis Reales Armas Palma y Espada". En América, solamente el escudo de armas de Cuzco tenía banderas (y el título de "muy noble, leal y fidelísima gran ciudad del Cuzco").
El 17 de febrero de 1809 el Cabildo, habiendo tomado conocimiento de la Real Cédula, resolvió que "debía mandar este Cuerpo construir quanto mas antes" las armas nuevas "pintadas en Tabla para ponerlas por ahora de este modo sobre las Puertas". Se hizo comparecer "en esta sala en el acto a los maestros de mejor habilidad existentes en la Ciudad para tratarse con ellos la formación de dichas obras y costo de ellas poniéndoles al efecto de manifiesto los diseños que se han sacado". Se presentó el Maestro de Pintura Don Luis Conti, quien estimó el costo del trabajo de pintar las armas al óleo en "solo la cantidad de cuatro onzas". La obra se ha perdido aunque sobrevive un escudo de Estandarte del Cabildo, que suministra una idea aproximada de cual fue el escudo de armas de nuestra ciudad en los últimos años del período colonial.
Luego, aquel escudo fue reemplazado por el de la Provincia Oriental, que incorporaba en su contorno la leyenda "Con libertad ni ofendo ni temo" y que también era el utilizado por el Cabildo de Montevideo. Con la independencia, se aprobaron los nuevos símbolos nacionales que, con cambios, continúan en la actualidad.
Como resultado de la iniciativa de la Junta Económico Administrativa se aprobó un proyecto de escudo de armas para Montevideo (aunque lamentablemente sin las banderas inglesas abatidas). El mismo incluye la espada, que recuerda las luchas de Montevideo, tanto en la época colonial como en las de la Independencia; la palma que indica que no fue ella la vencida; el laurel que es el premio a la gloria, el Cerro y su fortaleza que representan la Ciudad de Montevideo y el lema de Artigas, que constaba en el escudo de la Provincia Oriental.
Es un emblema hermoso con un profundo y rico significado que debemos rescatar en homenaje a quienes nos precedieron y como un legado a quienes nos seguirán.
Especialmente ahora que se cumplen los dos siglos de las Invasiones Inglesas.