La disputa respecto del lugar de nacimiento de Carlos Gardel no se da en el caso de otro gran rioplatense como lo es Jorge Luis Borges. Ninguna duda hay de que Borges nació en lo que hoy es el microcentro de la ciudad de Buenos Aires y que su niñez la pasó en el antiguo barrio de Palermo, poblado en aquella época por compadritos y malevos, a los que más de una vez hizo referencia en sus cuentos. No obstante, el gran escritor tenía mucho de uruguayo o, como a él le gustaba decir, de oriental. La relación del autor de “El Aleph” con Uruguay es contada por Roberto Vázquez Ferreyra en “Leamos a Borges”, libro de reciente publicación en Argentina; y es por ello que nos parece propicio recordar ese vínculo.
Nos cuenta el autor que el propio Borges se consideraba concebido en Uruguay, más concretamente en Paysandú. Por Uruguay sentía un cariño especial y consideraba que su historia es indisoluble de la historia argentina. Borges visitaba asiduamente a su amigo Enrique Amorim en su finca Las Nubes sobre el río Uruguay, y pasó muchas de sus vacaciones infantiles en la quinta de su tío Francisco de Haedo, sobre la orilla oriental del Río de la Plata. En diálogo con Osvaldo Ferrari, Borges cuenta que su infancia se reparte entre recuerdos de la Ciudad Vieja de Montevideo, y la quinta de Francisco Haedo, en Paso Molino.
La importancia de Uruguay en la vida de Borges se pone de manifiesto cuando comprobamos que, en el libro de Diálogos con Osvaldo Ferrari, todo un capítulo lleva el título “Sobre el Uruguay”. Tan es así que la primera pregunta que le formula el entrevistador se refiere al particular afecto con el que Borges siempre habla del Uruguay.
Cuenta también Vázquez Ferreyra en su libro que la abuela materna de Borges nació en Mercedes y que su abuelo, el Coronel Francisco Borges Lafinur, era oriental, y que éste había hecho sus primeras armas en el sitio de Montevideo teniendo tan sólo 14 años. Como si fuera poco, la madre de María Kodama -esposa de Borges- era uruguaya. Queda demostrada, sin lugar a dudas, la íntima relación de Borges con los Orientales. Relata el propio Borges que se llama Luis por su tío Luis Melián Lafinur. Y de Montevideo dice que siempre lo impresionó el Cerro, aún más que los Alpes, y ello porque venía de Buenos Aires, una ciudad edificada en la llanura.
Es que esta relación se ve reflejada también de manera prístina en la obra misma de Borges. Uno de sus más lindos cuentos, “Funes el Memorioso”, transcurre en Fray Bentos, y en “El Aleph” se menciona un zaguán de esa misma localidad. También escribió una milonga para los orientales. El cuento “El Muerto” -que se incluye en El Aleph- se basa en un hecho que Borges presenció en la localidad de Salto. En dicho cuento, Borges toca el tema del contrabando y los gauchos. El personaje Benjamín Otálora es un porteño que huye a Montevideo tras cometer un crimen y se une a la banda de un caudillo oriental. Se citan estos escritos solamente como algún ejemplo de la presencia del Uruguay en la obra del gran escritor.
Sólo resta agradecer al autor de “Leamos a Borges” por recordar con detalle el fuerte vínculo existente entre uno de los más grandes escritores de la literatura universal con la República Oriental del Uruguay. Borges nació en Argentina, pero tiene y tendrá siempre mucho de Oriental.