El gato cruza al trote

JUAN MARTÍN POSADAS

Da un poco de pereza atender asuntos viejos. Pero sucede que, una vez más, uno de los profesores de historia designados por el gobierno para redactar una historia reciente, ha reincidido en presentar una versión poco informada (o deformada) de los sucesos. El Profesor Demasi, con el auspicio del CODICEN, acaba de exponer en el Colegio S. José de la Providencia sobre "El Uruguay de la Transición". Quiero referirme a dos aspectos de su exposición. Uno es la afirmación que en el Club Naval no se pactó la impunidad y el otro es un juicio derogatorio sobre la actuación de Ferreira Aldunate. El primer punto, el que refiere al Club Naval, es tratado, como veremos, con inexplicable ignorancia de los hechos. El segundo, el que refiere a Wilson, con exquisita mala leche.

Dice Demasi que en el Club Naval no se pactó la impunidad. "Del tema no se habló, no está en el debate periodístico de esos días de agosto del 84; nadie lo menciona, no es tema de discusión. ¿Qué se entiende del hecho de que el tema no haya estado en el debate? Y, se entiende que no se pactó". La realidad es que el tema estuvo meses en el debate periodístico y basta tomarse el trabajo de revisar la colección de diarios de la época (tarea mínima para cualquier investigador serio). Voy a referirme a un solo episodio en el que me cupo participación y salió en todos los diarios. En el mes de mayo de 1984, en una de las muchas tratativas preparatorias de la salida (ya había fecha fijada para las elecciones) los militares hicieron llegar a los partidos políticos un texto más con sus propuestas y condiciones. D. Juan Pivel me pidió que fuera al Comando de la calle Garibaldi en nombre del Directorio a una reunión con los tres Comandantes donde se me leyó y entregó un documento escrito como borrador de propuesta. Allí se postulaba la continuidad de la justicia militar como ámbito donde irían a parar (en todo el significado del término) las acusaciones contra el personal militar. Esa misma noche, en la televisión, Gonzalo Aguirre trituró la propuesta.

En los días en que transcurría el Acuerdo del Club Naval hubo discusión e intercambio de propuestas sobre la permanencia de la justicia militar y sobre la continuidad en el cargo de los Comandantes en Jefe de las tres fuerzas. No hay que caer en la estupidez de pensar que la impunidad se iba a discutir bajo nombre tan crudo: se cobijaba en conseguir la continuidad del ámbito de la justicia militar y en la garantía que podía ofrecer al personal subalterno la continuidad de los mismos Comandantes. Y, por supuesto, hubo una serie de acuerdos tácitos que estaban subyacentes o sobrevolantes. Esta frase ya entró en la historia popular (aunque no en la historia de Demasi).

En cuanto al otro tema: la actuación de Wilson y del Partido Nacional, está tratado con tal grado de tirria que llega a caerle por la cabeza al Senador Larrañaga quien no fue actor de esos acontecimientos ni pudo serlo por razones de edad. A esta altura ¿no será mejor no darle corte a este señor?

El país se encuentra ante un embate de apropiación del relato histórico y de la memoria colectiva; no se busca registrar la historia reciente sino reescribirla (y con impunidad equivalente a la que se denuncia). Si omisiones y tergiversaciones como estas aparecen en los dichos de uno de los más encumbrados profesores, ¡cómo será la actuación en las aulas de los que siguen para abajo! Como decían allá en Treinta y Tres: cómo será la cañada cuando el gato cruza al trote.

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