Su irrupción en la política no estuvo exenta de polémica y acusaciones. Su campaña electoral como precandidato a la Presidencia por el Partido Nacional, aún más. Se dijo que había contratado a un publicista argentino y que fue este el que puso en práctica chicanas y lanzó a diestra y siniestra fake news. Lo cierto que Juan Sartori, un exitoso empresario con trayectoria en el extranjero y completamente desconocido en el ámbito político local, logró cosechar 96 mil votos en los comicios de octubre de 2019. Entonces se convirtió en el senador más joven de la Cámara Alta, al tiempo que logró también para su sector dos bancas en Diputados.
Desde que se constituyó el nuevo Parlamento, (febrero 2020) y asumió el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou, su actuación no ha tenido ningún destaque. Se dice que son más las veces que falta a las sesiones del Senado y de las comisiones que integra que las ocasiones en que asiste. Salvo algún que otro twit su actuación parlamentaria viene transcurriendo sin pena ni gloria.
Sin embargo, en los últimos días su nombre saltó a las primeras planas de los diarios ante un pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), que declaró constitucional un dictamen de la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep), que le exige la presentación de la declaración jurada de los bienes de su mujer, la rusa Yekaterina Rybolóvleva.
Sartori sostuvo este jueves que cuenta con separación de bienes y calificó de “inadmisible” que la SCJ desatienda la existencia de su declaración jurada ante la Jutep donde el matrimonio y la separación de bienes está reconocido y no fue cuestionado “en ningún momento”.
“Claramente hay un ensañamiento hacia mí” afirmó Sartori y agregó: “Hay cientos de directores de entes, de intendencias, fiscales, alcaldes y concejales, que no presentaron nada y no veo la misma indignación. Yo presenté mi declaración jurada, pero no puedo obligar a mi esposa a hacerlo”.
Desde el Frente Amplio se ha pedido hasta su expulsión del Senado. Es lógico que así sea, estamos en campaña electoral y un tema así es un bocato di cardenale, para quienes desde que asumió el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou, han hecho una oposición cerril.
Pero más allá del manejo político que se haga del tema, hay algo muy claro, el senador Sartori está cometiendo una omisión muy grave. El jueves último, la Jutep lo intimó a que presente la declaración jurada de bienes de su esposa y le dio un plazo de 15 días hábiles.
Sartori es un senador de la República y fue electo por el Partido Nacional. Tal vez su desconocimiento de la historia le esté jugando una mala pasada. Sería bueno que estudiara un poco y se enterara quiénes fueron y cómo se condujeron en la vida política Manuel Oribe, Bernardo Berro, Leandro Gómez, Aparicio Saravia, Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira.
No me imagino a ninguno de estos prohombres blancos negándose a presentar una declaración jurada de bienes y mucho menos a cuestionar un dictamen de la Suprema Corte de Justicia.
Quien no quiera entenderlo, debería marcharse; porque la patria sigue siendo dignidad arriba y regocijo abajo.