Dice que no hay diferencias entre públicos y privados.
En el último tramo de la reunión de la Comisión de Presupuesto que trató ayer lo relativo a Educación y Cultura, la ministra María Julia Muñoz fue consultada por la situación derivada de la renuncia del subsecretario Fernando Filgueira y el cese del director nacional de Educación Juan Pablo Mir.
El de ayer fue un día de mudanza para las oficinas en la Ciudad Vieja del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP). Pero el despliegue fue poco. Irupé Buzzetti, exconsejera y desde el pasado viernes directora, se mudó a la oficina que utilizaba el exdirector y ahora consejero Héctor Florit.
La Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) resolvió que en el marco de la lucha por el presupuesto se llevarán a cabo unas 100 asambleas en los 19 departamentos y un paro nacional en un día a definir de la última semana de mayo.
La montaña de informes sobre el estado de la enseñanza producida durante la última década, parece haber sido devorada por algún agujero negro de las galaxias.
La desigualdad económica es perjudicial para los países. Desigualdades importantes son éticamente objetables y conspiran contra la armonía social y la vida comunitaria.
Casi al final del año 2014, los miembros del Codicen aprobaron un protocolo que reúne un conjunto de medidas orientadas a combatir ese drama llamado deserción, desafiliación o abandono estudiantil. La decisión dice mucho sobre lo que podemos esperar en el futuro. No debemos olvidar que, según ha sido anunciado, el Codicen seguirá siendo presidido por la misma persona que lo presidía cuando se aprobó ese documento.
Pasó la elección y aún sale humo de sus rescoldos. El Frente Amplio rumia sus estrategias electorales, mientras el Dr. Vázquez resuelve en solitario sobre su gobierno. Los partidos tradicionales todavía no han asumido la responsabilidad clara de inflar el velamen de la Concertación y resolverse a dar batalla en un Montevideo que es difícil pero no inaccesible. “A las cosas, señores”, como le dijo en su tiempo Ortega y Gasset a los argentinos.
La calidad de vida de cada uno, está condicionada por el modo de ser de los demás (Robinson Crusoe no existe); y el modo social de ser, depende en gran medida de la educación. En el Uruguay actual, el drama de la formación de la gente, se remonta a varias décadas. Pero bien puede elegirse para marcar el punto de inflexión, las primeras verificaciones de resultado, que mostraron las pruebas de Pisa.
Una de las tareas pendientes que tenemos los uruguayos es aprender a discutir en términos estratégicos sobre educación. En general nos limitamos a debatir sobre poder o dinero, sin que quede claro para qué los queremos. No estamos habituados a razonar en función de metas, ni a evaluar los caminos que pueden conducirnos a ellas.