EMILIO CAZALA
El puerto de Montevideo y todos los que atinamos a pasar por las cercanías del muelle 5, fuimos sorprendidos y hasta asombrados por la inesperada presencia del barco "Octopus", un enorme yate tipo crucero, que pertenece nada menos que al socio del famoso y opulento Bill Gates.
Nunca antes se había visto por el puerto de Montevideo y aun en Punta del Este, un yate tipo crucero de estas dimensiones y se afirma que es el cuarto más grande del mundo con capacidad para 130 pasajeros y 126 metros de eslora, o sea más grande que algunos de los cruceros de línea que nos han visitado. Se dijo que su costo fue de 200 millones de dólares.
Ahí estaba amarrado en el muelle 5 del puerto, a la popa del crucero "Aurora" que el miércoles nos visitó por primera vez.
El yate, o más apropiadamente el crucero, es llamativo por todos lados y su sola imagen externa hace crecer en quienes nos acercamos la idea que se trata de un lujosísimo yate de algún gran magnate del mundo y la verdad que pensamos en los señores de los petrodólares. La novedad que nos sacó del misterio es que según los mejores informes, el yate pertenece a Larry Ellison, presidente de Oracle, empresa asociada estrechamente a Bill Gates, un socio minoritario, dicen, cuya fortuna según informes recogidos en internet, oscila en muchos miles de millones de dólares. Es posible pensar que hasta el propio Bill Gates sea socio en este yate. Una ojeada al barco por fuera, muestra metro a metro que en la sofisticada construcción no se escatimó nada, y más aún, lo construyó un astillero alemán que sólo asume compromisos sin presupuesto. En la cubierta más alta aparecen los apéndices de los instrumentos electrónicos de comunicación satelital (Inmersat) y las antenas protegidas por dos enormes globos de plástico. Tiene una extraña y moderna popa muy funcional por cierto para sus servicios. Los últimos 35 metros de su eslora hacia la popa, se aprecia una cubierta expuesta y un galpón cubierto donde se ven dos helicópteros sobre la pista, por cierto pequeños para tres o cuatro personas.
MINISUBMARINO. Debajo de esa cubierta hay otra donde esta estacionado un minisubmarino -así lo dice Internet- para cuatro o cinco personas. Seguramente son de las nuevas naves que se están construyendo en el mundo para uso turístico con la finalidad de incursionar en fondos marinos a profundidades no mayores de los 25 metros, por lo menos los que nosotros conocimos en Vigo hace 10 años, para navegar en lugares del mundo donde las aguas son muy claras y donde predominan los arrecifes de coral, anémonas, actinias y también los siniestros marítimos que tienen su atractivo en aguas no muy profundas. Por diez minutos nos perdimos cuando este mini se lanzó a las aguas de la bahía para probar su flotabilidad, hecho que fue presenciado por numerosas personas que estaban en el puerto. Se asegura que también en esa cubierta, hay una pequeña embarcación para deporte y pesca. El yate, crucero o enorme barco, atracó en el muelle cinco de nuestro puerto y ahí estuvo dos días recibiendo servicios de todo tipo. Todo lo que sabemos es de afuera, buenos informes de fidedignos enlaces, que algo dejan filtrar. Pues bien, el yate de 126 metros, ¡Impresionante!, es una construcción de primerísima calidad alemana y desde afuera, se ve por todos lados acero inoxidable. Hacia popa vimos una pista de aterrizaje y esos dos helicópteros. Hacia popa y por estribor se abre una puerta en su casco, un poquito más arriba de la línea de flotación que parece ser un pequeño puerto de embarque. Luego viene como dijimos el habitáculo para el minisubmarino. Sus lineas exteriores son muy estilizadas y la popa de un diseño muy especial responde a exigencias turísticas y funcionales. En otra parte leímos que esta embarcación gasta por año unos 340 mil dólares de combustible. Desde afuera se intuye que todo a bordo es de primera, la mejor calidad náutica del mundo y según los expertos, éste sería el cuarto crucero más grande del mundo. Pues bien, vino a Montevideo únicamente para aprovisionarse, realizar operaciones de ajuste, combustible y otros servicios. El barco no lleva ahora ningún pasajero y para nosotros, su presencia en Montevideo además de ser el primer contacto con un producto de la opulencia y la riqueza personal, lo vemos más bien como parte de una infraestructura comercial. Supimos que en este barco viajan los clientes de Ellison y también de Bill Gates y ocasionalmente acompañan ellos. Frente a este barco, parece oportuno una reflexión de admiración y también de agradecimiento a este magnate Ellison porque de alguna manera estaba distribuyendo sus riquezas: cuando se construyó el barco en el astillero alemán, luego dando trabajo permanente a casi 50 tripulantes, el mantenimiento de la nave y ahora en Montevideo donde compró muchos servicios y favoreció al propio puerto y a empresas privadas. A la salida del barco vimos unas cuatro jóvenes mujeres rubias, a la distancia atractivas, tomando los cabos para el desamarre y aunque no lo crean, eran miembros de la tripulación. El "Octopus" va para Punta Arenas donde embarcaran amigos y clientes.