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¿Qué miran los inversores institucionales al poner su dinero en el mercado financiero uruguayo?

Expertos destacaron la relevancia de las inversiones en la economía real del país al capturar retorno de varios sectores productivos.

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Getty Images

En un contexto en el que, por un lado, se discute la falta de crecimiento económico de Uruguay y, por otro, el plebiscito contra la reforma de seguridad social, que entre sus impactos estaría la eliminación de las AFAP, el factor inversión cobra una mayor trascendencia. ¿Qué es lo que miran los inversores de gran escala a la hora de colocar los fondos?

Si bien el mercado de valores privados local es aún incipiente, en el que en 2023 —a través de la Bolsa Electrónica de Valores (Bevsa)— se registraron emisiones por US$ 477 millones, explicados principalmente por las emisiones realizadas en diciembre por la Corporación Vial del Uruguay (CVU), que alcanzaron los US$ 166 millones, y las de UTE, que alcanzaron los US$ 213,9 millones; los inversores institucionales son los grandes participantes en estas inversiones, así como en las emisiones realizadas por actores públicos.

Para comprender qué aspectos son los que tienen en cuenta los inversores a la hora de evaluar la conveniencia de un proyecto, El País consultó a expertos en la materia, que destacaron su relevancia en la economía real, ya que invierten en proyectos de gran escala en diversos sectores.

Los inversores institucionales —entre ellos las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP), fondos de inversión, aseguradoras, entre otros—, según explicó la socia del Equipo de Asesoramiento Financiero e Infraestructura de KPMG Uruguay, Magdalena Perutti, deben administrar los fondos que gestionan procurando maximizar la rentabilidad que los fondos generan para el nivel de riesgo que están dispuestos a asumir, siempre cumpliendo con la normativa vigente.

De este modo, el dinero puede ser invertido en activos que coticen en una bolsa de valores, tanto emitidos por actores públicos x—como bonos, letras emitidas por el Banco Central, entre otros— o actores privados —como acciones de empresas, obligaciones negociables, certificados de participación representativos de deuda y otros—, así como mantener efectivo.

Asu vez, el portfolio manager en Gletir Corredor de Bolsa, Gabriel Genta, señaló que suelen tener horizontes de inversión de largo plazo, por lo que buscan aquellas que den apreciación de capital en periodos de 10, 20 y 30 años.

Los consultados explicaron que las inversiones en la economía real del país capturan retorno de varios sectores productivos, como los proyectos forestales, agrícolas, inmobiliarios, de infraestructura, energéticos, entre otros.

Genta puntualizó en que algunos sectores “atractivos”, con un horizonte de largo plazo, son los que tienen como subyacente la compra de tierra —como los forestales—, que puedan capturar la apreciación de la misma, contribuyendo al mismo tiempo a la diversificación de los portafolios y a reducir su volatilidad.

Estructuración

Para la estructuración de proyectos de inversión, el socio de Ferrere, Federico Lemos, explicó que uno de los aspectos clave que analizarán los institucionales, es la viabilidad financiera del negocio subyacente.

Esto implica analizar, dependiendo su encare si se trata de un proyecto de deuda o de equity (participación en la empresa), entre otras cosas, los modelos financieros, estados financieros, flujo de caja, niveles de endeudamiento y capacidad para generar ingresos y crecimiento sostenible a largo plazo.

Asimismo, señaló que otro aspecto que se destaca es el track record, es decir el historial del administrador o gestor de inversiones, que es quien usualmente acude a los fondos institucionales para obtener financiamiento. Este historial, incluye su desempeño pasado en la gestión de activos y la capacidad demostrada para generar retornos consistentes y superar los índices de referencia.

Sostuvo que otro aspecto importante es la participación del administrador con capital propio, ya que muestra que este también está invirtiendo en el fondo que administra, alineando las intereses de ambas partes.

Nueva tendencia

En los últimos años los intereses de los inversores ha variado, viéndose nuevas tendencias y preocupaciones al momento de elegir los proyectos de inversión.

Por ejemplo, Genta señaló que 15 años atrás, los fondos de las AFAP eran mayormente inversiones de títulos del gobierno uruguayo, mientras que “actualmente los portafolios se han diversificado significativamente, teniendo un porcentaje importante de inversiones en los diferentes sectores productivos del país, así como inversiones en títulos internacionales”.

Por su parte, Perutti señaló que la tendencia, en general, de la industria de los fondos de inversión ha sido la de incrementar la inversión en activos alternativos a los activos tradicionales, permitiendo mejorar el perfil de riesgo–retorno de los portafolios de inversión, ya que permite proteger la rentabilidad en momentos de crisis.

Tanto Lemos como Perutti destacaron que el cumplimiento de normas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) ha ganado una importancia creciente en la toma de decisiones de dónde poner el dinero por parte de los inversores institucionales uruguayos, volviéndose relevante la incorporación del “propósito” en las decisiones de inversión.

Lemos afirmó que “las empresas que demuestran un compromiso sólido con estas áreas tienden a ser vistas como inversiones más sostenibles y éticas a largo plazo”.

Crowdfunding: la oportunidad de acercar a los minoristas

Si bien los inversores institucionales dominan el mercado, también está el segmento minorista (pequeño inversor), el cual aún no se ha desarrollado plenamente pero que recientemente incorporó una innovación.

Así como los institucionales, los minoristas buscan generar retornos pero sus inversiones difieren en términos de escala, enfoque estratégico y recursos, según Lemos. Estas suelen ser más pequeñas, individuales y pueden implicar un mayor grado de riesgo y volatilidad.

En enero de este año, el Banco Central aprobó Crowder la primera plataforma de crowdfunding (financiamiento colectivo), forma de financiación con la que se busca captar un gran volumen de inversores que coloquen montos de menor cuantía. En esta plataforma se podrán registrar emisiones de oferta pública con algunas limitaciones fijadas por la normativa. Sobre este suceso, Lemos señaló que si bien la legislación actual tiene “desafíos importantes para estos jugadores” (como la obligación de ser entidad representante de los inversores), es “muy positivo” que un actor “haya decidió transitar el camino de obtener la licencia”.

Sobre la posibilidad de éxito de la licencia, dijo que va a depender de la “creatividad de estos emprendedores” para cautivar el mercado minorista, pudiéndose lograr a través de la estructuración de productos que conlleven riesgos bien diversificados, plazos de repago no tan largos, periodicidad de repago más cortos. “En definitiva, fijar condiciones que hagan sentir al inversor retail un poco más seguro”, agregó.

Por su parte, señaló que para su éxito se requiere educación, transmitir confianza y casos de éxito. “En la medida que el mercado se vuelva más dinámico, permitirá recuperar una característica de los activos cotizados como es la liquidez”, agregó.

En tanto, Genta sostuvo que es un “muy buen paso para el mercado de valores local, y un desafío para la primera empresa”, pudiendo “ser una buena oportunidad para acercar al mercado formal a inversores minoristas”.

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