Preocupado por la suba de la carne el ministro José Mujica reveló a El País que estudia la posibilidad de importar el producto para abaratarlo o, incluso, gravar sus exportaciones para subsidiar el consumo interno.
Sólo este mes la carne registró un alza en su precio al consumidor de 12,8%, el doble de lo que lo haría la inflación en los primeros siete meses del año.
Si se cumpliera la proyección de los analistas de que los precios subirán 0,38% en julio, el alza acumulada en el año sería de 5,91%. Sólo el aumento de la carne representaría un piso de 0,5% de inflación en julio asumiendo que el resto de los precios se mantuviera incambiado, lo que no ocurrirá.
Mujica confió a El País que por ese motivo encargó sendos estudios a Opypa e INAC "para ver si la suba (de la carne) es proporcional a la falta de ganado". Aseguró que "en dos o tres días vamos a estar en condiciones de contestar si el aumento es real o hay un poco de hiperinflación".
Al comparar la evolución del precio de la vaca gorda -la que se destina al consumo- al productor y el de la carne en gancho desde enero se advierte que el precio al consumo ha subido más que al productor.
"Estamos estudiando algunas medidas heterodoxas. Capaz que aplicamos detracciones para subsidiar el consumo", dijo el ministro tras participar del almuerzo mensual de ADM en el que disertó el presidente del Banco República, Fernando Calloia. La detracción es un impuesto que se le cobra al exportador por vender su producto al exterior. Con la propuesta de Mujica el producido del gravamen se destinaría a abaratar el precio interno de la carne.
Pocas horas ante, en una charla con periodistas, el ministro había dicho que se mantiene abierta la posibilidad de importar carne como forma de frenar el alza del precio en el mercado interno, aunque aclaró que para ello se debe dar una relación de precios con la región que por el momento no hace viable este mecanismo.
La opción de traer carne desde Argentina -donde es más barata- se ve entorpecida por las trabas a la exportación en ese país y la presión para asegurar el abastecimiento interno. En Rio Grande do Sul el kilo de novillo está en torno a U$S 1,29, cuando en Uruguay cuesta entre U$S 1,15 y U$S 1,18. En San Pablo está igual o más barato que en Uruguay pero los costos de importación lo hacen inviable. En Argentina está en torno a U$S 0,82.
Mujica recordó que el sector ganadero está en la poszafra con falta de forraje y pocos animales preparados, por lo que la demanda no guarda una relación con la oferta. "Este es un invierno muy duro y el negocio del ganadero es transformar pasto en carne", señaló el ministro, agregando que "se está esperando la primavera y el que tiene animales preparados está aprovechando esa ventaja y cobra un poco más".
Por su parte, el dos de Ganadería, Ernesto Agazzi, dijo ayer al programa Tiempo de Cambio de radio Rural que "al mercado no se le puede dejar suelto, hay que seguirlo y analizarlo" y se le puede ir agregando "la voluntad de acordar precios", en este caso con los frigoríficos.
Agazzi, admitió que "el precio de la carne sube en todo el mundo, y todos los indicadores apuntan a que las carnes rojas sigan aumentando".
En tanto, fuentes de los frigoríficos dijeron a El País que "no hay nada escondido" tras la suba de precios. "Es lo que vale. Dos más dos es cuatro", dijo un industrial que citó el alza "histórica" en el precio del ganado y el aumento de los costos laborales debido a la reimplantación de los aportes patronales.
Los empresarios destacan también la rebaja de la reducción de la tasa de devolución de impuestos indirectos a la exportación de 5,5% a 2,5%, aunque se dará recién a partir de octubre. Esto indicaría que ya están adelantando ese efecto sobre los precios, aunque los industriales destacaron que el valor del ganado subió más en los dos últimos años que los precios al consumidor.
Efectos de devolución de tributos
Fuentes técnicas de Ministerio de Ganadería dijeron a El País que la baja en la devolución de impuestos llevará a hacer más atractiva la venta al mercado interno y que eso se podría trasladar a los precios en el mercado doméstico.
El productor dejaría de recibir un 3% menos de reintegro a partir del 1° de octubre haciendo menos atractivo que ahora el precio de exportación que recibe el industrial.
Fuentes industriales negaron a El País que pueda haber un efecto sobre los precios internos. "En los últimos años la exportación ha subsidiado el mercado interno y eso ahora se terminaría", dijo el director de un frigorífico.
Tanto funcionarios como industriales dijeron que en la suba al público influyó el aumento de costos de las carnicerías. "Si existe menor demanda y los costos aumentan el carnicero debe cobrar un poco más para cerrar las cuentas", dijo un industrial.