HIDRÓGENO VERDE

El gobierno uruguayo busca dar pasos hacia la descarbonización como parte de lasegunda transformación energética y para ello la gran apuesta es la producción y exportación de hidrógeno verde. Para desarrollar este ecosistema, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) ha avanzado en la creación de proyectos productivos (en el transporte de larga distancia y de carga y la industria) que tienen al hidrógeno verde como gran puntal y potencial vector energético.

En este sentido, las autoridades delinearon una hoja de ruta que incluye por un lado, la estrategia H2U que busca posicionar a Uruguay como exportador a gran escala de hidrógeno verde a nivel mundial y por otro lado, un proyecto piloto que estará orientado a descarbonizar el transporte de carga y de larga distancia a nivel local. El objetivo es atraer inversiones del sector privado con este fin.

La apuesta del gobierno parte del entendido de que por el camino recorrido en términos de transformación energética, Uruguay tiene una oportunidad que aprovechar en el nuevo mundo pospandemia, relacionada con la economía verde, el cambio climático y el fuerte impulso que las grandes economías a nivel mundial le están dando a la descarbonización económica. Sin embargo, para saber cómo está posicionado el país y qué posibilidades reales tiene de adentrarse en el ecosistema del hidrógeno verde, el MIEM realizó un estudio de prefactibilidad de exportación elaborado junto con Port of Rotterdam (el puerto más grande de Europa ubicado en los Países Bajos), que fue luego analizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En el informe “Hidrógeno verde: un paso natural para Uruguay hacia la descarbonización”, el organismo multilateral afirma que el país cuenta con varias ventajas competitivas para el desarrollo del ecosistema de hidrógeno verde, entre las que destacó aspectos como la “buena estabilidad sociopolítica”, el grado inversor y la transformación de la matriz energética que atravesó Uruguay en los últimos 10 años que permitió que en la actualidad el país tenga el 97% de su energía eléctrica de origen renovable.

El estudio de prefactibilidad concluyó que Uruguay podría producir hidrógeno a un precio de aproximadamente unos US$ 1,68 por kilogramo (kg) y podría colocarlo en Rotterdam a unos US$ 2,80 por kg, lo que es considerado como “resultados más que promisorios”, indicó el informe del BID.

Asimismo, para poder desarrollar el ecosistema de hidrógeno verde, el país necesitará de grandes inversiones para las cuales será necesario impulsar acciones que fomenten la atracción de capitales.

En este sentido, el estudio del MIEM concluyó que en un escenario conservador (considera un consumo local de hidrógeno bajo y que la mayor parte del hidrógeno producido tendría como destino la exportación) se requerirían inversiones en de un total acumulado de US$ 6.474,44 millones al 2050, de los cuales un 30% deberían ser realizados durante esta década, un 25% en la década de 2030 y el restante 45% en la de 2040.

“Estas inversiones corresponden a las infraestructuras para la generación de energía renovable, electrolizadores y poliductos con comprensión para hidrógeno. Se deberán sumar inversiones vinculadas al almacenamiento del hidrógeno, la producción y almacenamiento del carrier y los requisitos a nivel portuario”, explicó el informe del BID.

En un escenario medio (toma un uso considerable de hidrógeno a nivel nacional, aunque la exportación superaría la demanda interna), las inversiones requeridas ascenderían a US$ 13.777,8 millones al 2050, correspondientes un 27% a la década del 2020, un 24% en el transcurso de la próxima década y un 49% de cara a la década del 2040.

En tanto, al considerar un escenario ambicioso (implicaría que Uruguay lograría condiciones para liderar la economía del hidrógeno verde en América del Sur, con un alto consumo local, así como exportaciones hacia Europa y Asia), la inversión requerida en el país sería de unos US$ 50.406,57 millones al 2050, con un 86% de ese monto concentrado en la década de 2040, mientras que en este escenario las inversiones en los próximos 20 años coinciden en monto con las previstas para el escenario medio.

El informe reflejó además que en cualquiera de los tres escenarios de demanda de hidrógeno verde (conservador, medio y ambicioso) se incrementará “considerablemente” la demanda de energía eléctrica. La hipótesis conservadora señala que la demanda actual se duplicaría al 2050, en el escenario medio se triplicaría y en el ambicioso se multiplicaría por ocho.

En términos de demanda de hidrógeno verde, el escenario conservador implicaría duplicar la demanda nacional proyectada para producir 0,4 millones de toneladas por año de hidrógeno verde; mientras que el escenario medio triplicaría la demanda de energía e implicaría producir 0,8 millones de toneladas por año de hidrógeno verde y en el escenario ambicioso la demanda de energía (que se multiplicaría por más de ocho veces) implicaría producir en el orden de 3 millones de toneladas por año.

El análisis también evaluó cuáles pueden ser los principales riesgos y sus posibles mitigaciones. Entre los más relevantes señaló la madurez de la tecnología; la escala de los proyectos, para lo que recomendó comenzar con proyectos piloto de poca escala; la logística relativa a la infraestructura de exportación y el riesgo político relacionado a futuros gobiernos y posibles cambios de prioridades.

Por último, desde el BID afirmaron que “Uruguay cuenta con varios atributos que lo posicionan positivamente como productor de hidrógeno verde” y que el desarrollo de este ecosistema “contribuiría con la recuperación económica” del país y la generación de nuevos empleos.