La bandera uruguaya era utilizada por los españoles

| En el pasado la bandera mercante uruguaya era prestigiosa, conveniente y atraía a los vascos y catalanes

Emilio Cazala

Sin duda la bandera uruguaya era codiciada por los españoles —dice Jimmy Carrau— y para confirmarlo trae a la memoria correspondencia confidencial de un tiempo pasado que guarda cuidadosamente en un aromático mueble de cedro de antaño. Abre una carpeta y comienza a darnos pistas a través de su lectura: "El cónsul inglés en Bilbao a fines del siglo XIX, señalaba que bandera uruguaya se estaba convirtiendo en mayoría en la Ría de Bilbao: nada menos que 106 buques con 137 mil toneladas entraron en 1908 que comparados con los 92 y 117 mil toneladas de 1907 mostraban claramente una tendencia preferencial firme de los armadores españoles por la bandera uruguaya. Aclara nuestro entrevistado porque lo sabe, que si bien daba generosos beneficios para el abanderamiento, no era menos cierto que se trataba la uruguaya de una bandera prestigiosa, ordenada y bien arreglada .

Y extrae de aquellos documentos referidos al abanderamiento nuevos datos que aclaran aun más aquellas ventajas; "el reciente abanderamiento de un buque que acaba de ser adquirido, al ponerle bandera de Uruguay, los armadores se ahorraron 118 mil pesetas en derechos y gastos de consulado e intervención de abogados, en un barco que había costado 150 mil pesetas. De los marinos catalanes y vascos y sus conexiones con Montevideo hay mucho más pero Jimmy Carrau retoma el hilo de la historia sobre la marinas mercante española en el Río de la Plata. Las mayores compañías que tenían sus buques bajo bandera uruguaya eran Sota y Aznar, Echeverrieta, Larriñiga y Artasa, Marítima del Nervion, Anglovasca de Navegación, Marítima Uriarte, estos fueron nombres muy conocidos en Uruguay a finales del siglo XIX que en su mayoría eran armadores vascos. Y me atrevería a decir —agrega Carrau— que los barcos embanderados con nuestra bandera fueron numerosísimos.

Por nuestra parte agregamos que también los armadores independientes se acogieron a la bandera uruguaya como el caso de la bricbarca "Port Sonachan" propiedad de los Ferrés y de los Roig cuya foto publicamos y que algunas veces estuvo en Montevideo. Era una nave de casco de hierro de construcción inglesa de un poco más de 1.700 toneladas de desplazamiento. En la popa se puede leer Port Sonachan y debajo Montevideo y esto lo hemos leído en una publicación antiquísima impresa en San Joan de Vilasaar de donde sacamos la foto.

Todas estas novedades —sigue diciendo Carrau— comenzaron por el 1880 y tal inclinación o vocación se prolongo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918. Como siempre las cosas cambiaron de un lado para el otro, aclara nuestro entrevistado.

COMUNICACIONES. Ahora es de preguntarse como se informaron los armadores españoles de las grandes ventajas que ofrecía Uruguay por aquellos años, para embanderar barcos bajo condiciones de preferencia y según Jimmy Carrau para dar respuesta a esta atractiva oferta de la bandera uruguaya, no tenemos que imaginar grandes misterios sino la comunicación normal y tradicional del mundo naviero, que éste ha existido siempre a través de los mares y las edades y esto ha sido así desde los fenicios o antes. "Yo he leído cartas —dice nuestro entrevistado— de armadores cubanos aunque en realidad eran españoles propietarios de veleros de 400 toneladas que consultaban a Carrau la conveniencia o no de venir a Montevideo a cargar tasajo y la respuesta honesta, seria y transparente, era que para cargar ese pequeño tonelaje, la quiebra estaba asegurada pues no compensaba flete, gastos y tiempo".

A lo largo de la entrevista siempre aparece de alguna manera la anécdota folklórica de esta extendida familia oriunda de San Joan de Vilasaar, que por cierto había dado buena cuenta de su vida de emprendimientos navieros, marítimos y de otras artes, que en cada puerto de esta Sudamérica y aun de Cuba, Islas Canarias o las Filipinas siempre había un primo Carrau que estaba emparentado con los armadores o con los capitanes dueños de barcos, lo cual aseguraba una buena y confiable cadena de contactos tan importantes para el comercio marítimo. De esta forma uno de los parientes, escribía una cartita informando de la situación económica, como venía tal o cual cosecha, el informe político y el de comercio en su puerto respectivo y bien, se iba al puerto al encuentro del primer correo marítimo que iba para Montevideo, tenía estafeta postal a bordo, pagaba lo obligado y así Montevideo se informaba de lo que estaba pasando en el mundo. Y esto funcionaba a la inversa. Y ese era el tradicional método que utilizaban mis viejos tíos, abuelos catalanes para informarse que al fin y al cabo todos salimos de Vilasaar, lo mismo que los Puyol, los Mir, Ferrés, Roig, y otros. Vilassar fue el pueblo que más bravos y dedicados marinos dio a España y algunos famosos. No era demasiado tiempo entonces, esperar una carta a los 40 días. Pero en Montevideo estaban bien informados de lo que pasaba en Europa y también a la inversa ellos sabían de las inestabilidades políticas en el Río de la Plata y de las ventajas que ofrecía esta nueva república. Mas memoria que papeles y documentos que pone sobre la mesa, enriquecen esta entrevista con Jimmy Carrau

INMIGRANTES. "Hablamos naturalmente en este racconto del movimiento inmigratorio de los españoles hacia Sudamérica y Jimmy Carrau admite que alcanzó su mayor intensidad poco después de la II Guerra Mundial pero muchos de ellos se han vuelto a España y bien lo sabemos porque es historia conocida. A fines del siglo pasado, vinieron ciertamente muchos inmigrantes pero venían a trabajar durante la cosecha que se extendía a unos tres o cuatro meses. Ciertamente les pagaban mejor que en España, al cabo de cuyas tareas se volvían a su tierra con buenos pesos oro que les permitían sobrellevar los restantes seis meses del año considerando los dos meses de viaje entre ida y vuelta. En España no había trabajo y estaban en la miseria. Hay que decir ciertamente de estos inmigrantes, que muchos se quedaban y otros retornaban a su terruño. Pero ellos tenían buena información que por esos años había muchas revueltas políticas y militares en el Uruguay y eso hacia que al menor indicio de irregularidades se volvieran a España. Fíjese, la historia nos está diciendo que entre 1947 y 1960 nos invadió la inmigración española e Italiana. ¿Cuantos fueron los repatriados? que se alejaron del Uruguay. Miles. Y esto mismo pasaba a fines del siglo XX.

En 1865, durante el gobierno de Pereira hubo una enorme crisis económica y política y no eran muchos los inmigrantes que se aventuraran por estas tierras, más aun la Transatlántica Española mandaba un barco cada 60 días y si bien la mayoría iba a Buenos Aires eran inmigrantes que al final de cada cosecha volvían a España.

¿Cual fue el fin de la Transatlántica Española que había absorbido al armador Jover Serra y comenzó a venir con su flota para el Río de la Plata con sus mejores barcos, el Infanta Isabel de Borbón y el Reina Victoria Eugenia en actividad hasta los años 30? Pues bien, estos barcos amarraron en Barcelona y la flamente república le cambió los nombres y pasaron a llamarse "Uruguay" y "Argentina" hasta que finalmente fueron hundidos durante la revolución frente mismo a Barcelona por la aviación de Franco. Con esta acción la Transatlántica dejo de venir al Río de las Plata pero siguió con sus líneas a Venezuela, Jamaica y Canarias con cuatro o cinco barcos entre ellos el Guadalupe. Hay que decir que el Río de la Plata estaba atendido por líneas alemanas, inglesas, francesas e italianas pero los servicios marítimos de prestigiosas lineas marítimas españolas siempre estuvieron presentes y España siempre hizo los mayores esfuerzos para competir con aquellas porque además era cuestión de principio estar presente en Sudamérica, en los puertos de Uruguay, Argentina y Brasil. Y queda para otro capítulo referirnos a las compañías marítimas españolas sus buques y su cronología vinculada al Uruguay la reanudación del tráfico marítimo luego de finalizada la revolución Española, y durante la II Guerra Mundial.

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