Flexibilidad cambiaria no es una "panacea absoluta"

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El presidente del Banco Central dijo en diálogo con El País que la libre flotación del dólar "no es un tema de recetas, ni de cosas milagrosas, ni de panaceas absolutas" ya que los gobiernos en "este mundo de volatilidad" son "activos en los mercados cambiarios". Señaló que los uruguayos se han acostumbrado a que el dólar suba y baje, y afirmó que hoy el mercado en pesos es una "realidad" que hace 10 años no era.

-¿Es la panacea tener un régimen cambiario flexible?

-Nosotros no damos recetas, no es un tema de recetas ni de cosas milagrosas ni de panaceas absolutas. Yo creo que cuando uno habla de flotación cambiaria no quiere decir que los gobiernos, los ministerios de Hacienda, los bancos centrales sean totalmente pasivos porque no lo son ni lo han sido en este tiempo. Todos los gobiernos y los bancos centrales en este mundo de volatilidad e incertidumbre y en regímenes de flotación cambiaria han sido activos en los distintos mercados cambiarios pero siempre con el criterio de suavizar fluctuaciones, no de ir en contra de los fundamentos. Por otro lado, yo no hablaría de panacea o de recetas milagrosas, pero sería muy difícil que alguien pudiera plantear en el contexto latinoamericano y dados los resultados de estos procesos que estábamos hablando, un retorno a regímenes de banda de flotación cambiaria o de tipo de cambio fijo sin tener que dar muchas explicaciones antes con respecto a cómo podría funcionar esos regímenes para enfrentar shocks externos que lamentablemente se hacen cada vez más frecuentes en la economía global.

-¿Por qué cree que el uruguayo todavía no se acostumbra del todo a tener el tipo de cambio flotando?

-Los uruguayos sí nos estamos acostumbrando a ver flotar el dólar. Si ves lo que ha sido el tipo de cambio nominal en los últimos años, hemos pasado de $ 35 a $ 18,50, de $ 18,50 a $ 24, después volvimos a $19 y pico, ahora estamos de vuelta en $ 21 y pico. Incluso rápidamente también los uruguayos se han acostumbrado a que el tipo de cambio puede subir y bajar. Antes con el tipo de cambio fijo uno tenía prácticamente la certeza de que lo único que podía pasar con el dólar era subir. Ahora se incorpora la tónica de que en un mercado fluctuante y con el contexto internacional y doméstico que tenemos, con economía desarrolladas débiles pero economías locales más sólidas los tipos de cambio pueden moverse en todas las direcciones. Lo que sí, el elemento cultural que obviamente es una cuestión que no cambia rápidamente, que está muy internalizada en los distintos agentes, es que siempre se razona en términos de que alguien asegure los tipos de cambio. Cuando se manejaban los tipos de cambio fijos se daba la sensación de que uno aseguraba un tipo de cambio para siempre, cuando en realidad esa inflexibilidad, esa rigidez a la corta o a la larga iba a traer los problemas que siempre trajo, la incapacidad de amortiguar shocks y de ajustarse razonablemente a los shocks externos.

-¿El Banco Central (BCU) piensa en hacer algo más para impulsar la desdolarización?

-El BCU ha tenido un compromiso claro y un impulso evidente en la conformación y consolidación de los mercados en moneda nacional a nivel doméstico, que a su vez en determinado momento se ha pasado a nivel internacional cuando el país comienza a emitir títulos en moneda local. O sea que tiene un rol fundamental como impulsor de mercados que ayudan al manejo cambiario en contextos de flexibilidad cambiaria así como para el desarrollo de los mercados domésticos en moneda nacional que por suerte son una realidad en el Uruguay y que no lo eran hace 10 años. El rol del Banco Central en la consolidación de un régimen de flotación cambiaria es sustancial así como de todos los ingredientes que rodean pero que a su vez son soporte de un funcionamiento razonable de los mercados que, hacen a la credibilidad en la moneda local y al desarrollo de instrumentos y mercados domésticos en moneda local.

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