Ceres y su Director Ejecutivo, Ignacio Munyo, presentaron a las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas, el resumen de lo que recogieron de variadas inquietudes de actores de la vida protagónica del país, en economía y otros aspectos.
Resume algo tan determinante como reza el título de la nota.
Leíamos artículos referidos a los países nórdicos, a Nueva Zelanda, a Islandia, donde existe una suerte de amonestación si algún trámite prometido en determinada fecha (nos referimos a una respuesta), demora más de lo previsto, si no se hubiera producido algún episodio de fuerza mayor o algo similar.
Nos narraba anécdotas un economista, radicado en Londres, pero que antes vivía en Holanda, que en dicho país si algún expediente, trámite (que ahora todo es digital), demoraba en su respuesta, el usuario recibía un llamado de la oficina correspondiente, explicando las razones de lo sucedido.
Sí, estamos en Disney o eso parece y no pretendemos que se extrapole esa forma de actuar a nuestro país..., pero si no empezamos a transitar el camino de la rápida diligencia, más lejos estaremos como estamos de alcanzar ser un país desarrollado.
Pero vayamos a nuestro metier, que supone trámites en diversas dependencias del Estado Nacional y Gobiernos Departamentales.
Y aquí no nos estamos refiriendo a ningún partido político en particular, es un tema enquistado en los diversos estamentos, porque estamos hablando de una historia que viene desde la fundación de APPCU.
Y un ejemplo que grafica lo que venimos exponiendo: en la década del 90, un asociado de APPCU, promotor constructor, fue entrevistado por un diario matutino.
Un hombre versado, serio y con credenciales para pronunciarse. Recordamos el título de la nota ¨hay que prender fuego…” a una sección de un organismo, donde los promotores deben concurrir permanentemente. No podemos precisar el año, pero la década fue del 90.
Y créase o no, al día de hoy seguimos penando por esa misma sección…, hubo mejoras claro que sí, el factor humano jugaba y juega su rol, pero hoy 30 años después, seguimos como la noria, dando vueltas y vueltas.
No estamos adjudicando mala fe de nadie, ni actuación dolosa, pero indudablemente o viramos la cabeza 180 grados o seguiremos en este entramado burocrático, donde el sello de un jerarca se convierte en una presea que es imprescindible conseguir…
O como sucede, siempre existen contactos, amigos personales o similares, a quienes hay que acudir para que simplemente muevan un expediente de lugar, avanzando algunos casilleros.
Recordamos una prosa de Eleuterio Fernández Huidobro, refiriéndose a que la Reforma del Estado solo será posible con la anuencia de los funcionarios. Con la buena voluntad de los mismos.
Sucede, por lo menos en la experiencia de los promotores privados, que esas demoras que no terminan de apaciguarse, repercuten no solo en el ánimo de aquellos, sino se corre el riesgo (y ha sucedido), que se tronchen negocios de promoción inmobiliaria.
Millones de dólares que se invertirían en un proyecto determinado, quedan truncados porque sustancialmente el inversor que no es del palo y que está asociado al promotor, que sí lo es, saca su capital hacia otros destinos con un derrotero seguramente tal vez con menos rédito, pero que fluye y se concreta. Bien dicen que el capital es cobarde….
Con nuevo gobierno, se renueva la esperanza. La gremial viene manteniendo múltiples reuniones con jerarcas y asesores de éstos, explicitando la problemática en los diversos ámbitos con quienes nos toca relacionarnos.
Se nos comprende y asienten nuestra inquietud.
Nos queda interactuar como hasta ahora con los gobernantes y mantener la esperanza de que por fin todo será MÁS SIMPLE.
