FINANZAS DE BOLSILLO

Las icónicas escenas de Wall Street donde los inversionistas festejan a veces generan curiosidad. Es un mundo bastante alejado de quienes no son especialistas en la materia. Por eso, después de que se logra ahorrar una cantidad de dinero, puede surgir la iniciativa de querer invertirlo. Ahora, ¿cuáles son las opciones que se presentan? ¿Qué recomiendan los expertos? ¿Cuáles son las precauciones que se debe tener?

Si se piensa adquirir acciones y/o bonos, primero hay que saber de qué se trata cada opción.

Las acciones son “las partes en las que se divide el capital de una empresa”. Por lo tanto, cuando se compra una, se pasa a ser dueño de una porción de la compañía generando distintos derechos, explicó Omar Venerio, magíster en Finanzas de la Universidad de la República. Luego, está la acción que cotiza en Bolsa, que es un título valor que se puede comprar o vender durante la jornada bursátil en el mercado.

Por otra parte, el bono es “un instrumento financiero que otorga el derecho al inversor de recibir un flujo de fondos periódico en el futuro”. Pueden ser emitidos por un Estado o una empresa. Desde un principio se estipula “el monto, la moneda, el plazo, la tasa de interés —fija o variable— y la fecha de reembolso” del título, dijo Venerio.

Lo anterior depende del tipo de bono. Los hay con tasa fija —no cambia en el tiempo— y con tasa variable —se toma una tasa de interés de referencia— y de cupón cero —no existen pagos periódicos y se paga todo el capital al vencimiento.

¿DÓNDE SE COMERCIALIZAN? El acceso a estos instrumentos financieros es a través de una cuenta en un banco u otro participante del mercado de valores. El especialista en finanzas señaló que es importante “prestar atención a la comisión que hay que pagar por estas operaciones, que debe ser explícita para el inversor”.

VENTAJAS.  Ambos instrumentos financieros tienen puntos a favor. “La principal ventaja” de las acciones es que “se transan con facilidad en los mercados de capitales desarrollados”, comentó Venerio. Por lo tanto, la persona puede venderla de manera inmediata a “cambio de ‘caja’ —el activo más líquido que existe— a la cotización” de ese momento.

¿Qué es la cotización? Es la “tasación que segundo a segundo tiene un activo financiero según las órdenes de compraventa del mismo. O sea, se rige por la ley de oferta y demanda”.

Otra ventaja de la acción, según Venerio, es que la situación financiera y la gestión de las empresas que cotizan en bolsa se encuentran de forma pública. Por ende, “el potencial inversor puede acceder a dicha información”.

En cuanto al bono, la principal ventaja “es tener dos fuentes de ingresos”. Por un lado, “el cupón (interés) periódico y, por el otro, la apreciación del capital cuando se vende a un precio superior al de la compra”. A su vez, como existe una gran variedad de bonos, “el inversor puede posicionarse en cualquiera de ellos en función de sus expectativas a futuro”.

Por último, Venerio destacó que, ante una quiebra, “los bonos tienen prioridad respecto a las acciones. Los accionistas son los últimos en cobrar y lo hacen en función del monto residual luego de cubrir las deudas, siendo los bonos una de esas deudas”.

Matías Hofman, responsable de estrategias de inversión en SURA Uruguay, expresó que “lo fundamental como asesores de inversión es entender que la percepción de ventajas y desventajas puede ser distinta según el perfil de cada inversor”.

Además, advirtió sobre una posible percepción errónea. Aunque a veces la acción es más riesgosa que el bono, no siempre es así. Por lo tanto, se debe tener “especial cuidado en dónde y en qué se invierte”.

En el caso de Diego Rivero, director de Regum, aconsejó a las personas “que prefieren optar por una inversión conservadora, que privilegien el resguardo del capital invertido, pueden elegir la renta fija como los bonos”.

LA PRIMERA VEZ. Si nunca se invirtió en estos instrumentos financieros, se deben tener en cuenta algunas cosas. El principal consejo es que la persona se “asesore bien, que investigue y que entienda” de qué se trata. En un plano ideal, que consulte a distintos especialistas en la materia para escuchar las recomendaciones que brindan, aconsejó Rivero.

Asimismo, recomendó otras dos cosas. Una es “mantenerse alejado de inversiones que prometen retornos extraordinarios”. La otra es tener en cuenta que, si la promesa de rentabilidad es muy alta, el riesgo también lo será.

Hofman explicó que para ellos es “fundamental que cada cliente nuevo conozca al detalle los riesgos y oportunidades, y el mecanismo de funcionamiento de las distintas clases de activos. El fin de generar una expectativa correcta y deseada en cada inversor”.

Ahora, ¿cómo se elige en qué invertir?

De acuerdo a Hofman, depende de cada cliente. El perfil depende del conocimiento y de la tolerancia a las variaciones del mercado financiero, su edad, el horizonte temporal de inversión, el dinero disponible para invertir, entre otras cosas. Por ende, “la elección de instrumentos y la asignación de recursos es a medida para cada inversor”.

En el caso hipotético de contar con US$ 5.000 lo que recomendó es invertir en un fondo de inversión. La razón es que permite diversificar en varios activos, cosa que no “podría hacer de manera individual”.

Rivero señaló que “en general las opciones de inversión están reducidas con ese monto” y “tampoco había mucho lugar para la diversificación”. Sin embargo, destacó que sí se pueden adquirir bonos uruguayos. A su vez, afirmó que “son seguros, tienen un interés razonable” y las ganancias no pagan Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Por otra parte, Venerio comentó que “invertir en los mercados no requiere de grandes sumas de dinero. Depende de las condiciones que impone el agente o vehículo. Por ese monto sí se puede invertir” en bonos o acciones.
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LA PREGUNTA DEL EXPERTO: ¿Cuáles son los errores más comunes que cometen los inversores primarios y cómo evitarlos? 
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LA RESPUESTA:  Para quien no sabe sobre inversiones, surgen muchas dudas a la hora de dar los primeros pasos. Y, ante la falta de conocimiento, puede haber traspiés. Omar Venerio, magíster en Finanzas, contó que “el mayor error que se comete es juzgar una inversión por su pasado reciente, y en base a ello, determinar cuándo entrar al mercado”.

Además, el especialista señaló que incluso para los profesionales en la materia es difícil intentar determinar ese “momento justo”. Para aquellos que no están especializados en el tema, es una “mejor idea” invertir en “portafolios lo más diversificados que se pueda y a largo plazo, con horizontes de tiempo de varios años”.

En la misma línea, comentó que incluso el “stock picking (selección de valores) ?puede resultar extremadamente difícil y con malos retornos al final del día”. Por tanto, “se puede tornar atractivo invertir en ETF (fondos de inversión cotizados)”.

El segundo error, según Venerio, es intentar llegar a ser millonario de la noche a la mañana. “No conocí otro salvo el legendario inversor George Soros”, agregó.

Por último, marcó un tercer error: el “golpe de suerte”. Es pensar que, luego de que se obtuvo mucho rendimiento es poco tiempo, la situación se va a repetir.