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Inn Content para Dentons Jiménez de Aréchaga

Los nuevos sistemas de pagos plantean desafíos al sistema financiero

El Estudio Dentons Jiménez de Aréchaga brinda asesoramiento a actores tradicionales y recientes frente a los cambios que trae la tecnología

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Foto El pais.jfif
Mariela Ruanova, socia del Estudio Dentons Jiménez de Aréchaga.

La evolución en los últimos años del sistema de pagos nacional, con base en las nuevas tecnologías, supone un desafío que enfrentan empresas y el propio Banco Central, como regulador, y para lo cual las primeras cuentan con el apoyo del Estudio Dentons Jiménez de Aréchaga y sus oficinas en más de 80 países.

«Desde su origen el Estudio tuvo una presencia destacada en el sistema financiero, con importantes clientes en esa área. Ante la evolución tan dinámica del mercado el reto es muy grande y por ello nos hemos preparado en forma, para acompañar a nuestros clientes en esa transformación, así como a las empresas que deciden sumarse al mercado», afirmó Mariela Ruanova, socia de Dentons Jiménez de Aréchaga.

Según recordó, desde hace una década —aunque con notorio desarrollo en los últimos tres años—, se viene registrando una transformación importante del sistema de pagos. Aparecen nuevos modelos de pago que pretenden mejorar la experiencia del usuario, mientras aumenta su digitalización; a su vez, se verifica un incremento de la competencia, con nuevas empresas que se incorporan al ecosistema digital de pagos.

A su juicio, esto significa «un desafío» para las empresas tradicionales del sistema de pagos, como los bancos, que han debido acompañar el proceso, transformando sus modelos de negocios. También para las empresas fintech (servicios financieros basados en la innovación tecnológica), que están incursionando con fuerza. Todas con el objetivo final de que los consumidores financieros sean destinatarios de más y mejores servicios. De la misma forma, hay desafíos para el Banco Central como regulador, ante un escenario de nuevos paradigmas y marcada competencia, que debe establecer el rumbo, apoyándose en las mejores prácticas internacionales para su mejor regulación.

No hace tanto tiempo lo usual era cancelar las obligaciones con dinero en efectivo y utilizar las tarjetas de crédito solo para financiar compras. La ley de inclusión financiera incentivó el uso de medios electrónicos de pago (como las transferencias electrónicas) y generalizó el pago con tarjetas de débito. También aparecieron las emisoras de dinero electrónico y las tarjetas prepago, el primer hito en este camino. Hoy estas modalidades de pago también han evolucionado: transferencias instantáneas persona a persona en régimen 24/7, por alias sin indicar el número de cuenta; transferencias instantáneas persona a comercio a través de pago con QR (en vías de regulación), cheques digitales y ahora el fenómeno de tokenización de las tarjetas, que ya no existirán físicamente sino en el celular, entre otras.

Otro hito tuvo lugar en setiembre del año pasado con la apertura de la multiadquirencia. Uno de sus principales objetivos es beneficiar a los comercios, que ahora podrán elegir la empresa adquirente que procesará las operaciones con las tarjetas de crédito y débito, abandonándose así la situación monopólica preexistente, con empresas que procesaban y liquidaban con exclusividad para los sellos Visa y Mastercard. «Esta apertura a la competencia y a la innovación es un paso más en el desarrollo de un mercado de pagos más abierto e inclusivo», dijo la socia de Dentons Jiménez de Aréchaga.

«Son cambios muy importantes y vertiginosos, que implican nuevas regulaciones y nuevos actores, con el desafío de llegar a estar interconectados, ser interoperables y cumplir con los máximos estándares en materia de ciberseguridad», agregó.

En estos casos, lo habitual es que primero aparezca el negocio y luego la regulación. El Banco Central ha ordenado este proceso, a través de los objetivos postulados desde 2020 en los documentos denominados “Hojas de ruta sobre el sistema de pagos”. A través de su Oficina de Innovación analiza los nuevos modelos de negocios y genera mesas de trabajo con la participación de actores relevantes en la industria local y del extranjero, que aportan su conocimiento y experiencia. «Firmas como la nuestra participan aportando su experiencia, por el conocimiento del negocio que hemos adquirido al trabajar codo a codo con nuestros clientes, y por la visión jurídica que naturalmente debe tenerse presente al momento de regular. Una de las formas es observar cómo han transitado estos procesos las diferentes jurisdicciones. Dentons, como estudio internacional con oficinas en todo el mundo, nos nutre con mucha información. Por ejemplo, tenemos al alcance de la mano información de jurisdicciones de avanzada, como, por ejemplo, Singapur, un país clave en el área de los nuevos sistemas de pago. Es información que como estudio internacional también podemos aportador al regulador, y así lo hemos hecho», explicó Ruanova.

Objetivo: Seguridad

Otro de los objetivos es la ciberseguridad. «Se necesita que los estándares de seguridad sean fuertes y uniformes, pues los sistemas de pago para operar deben estar interconectados. De lo contrario, la debilidad de uno puede provocar un problema masivo. Igual de importante es reforzar los controles en materia de validación de la identidad del usuario y uso de los datos personales. Allí también estamos atentos a las novedades y a la mejor manera de asesorar», indicó Mariela Ruanova.

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