INFORME
Con la reapertura de la oferta turística, las propuestas atraen a uruguayos y agencias de viajes, que encuentran una oferta de espacios abiertos, contacto con la naturaleza pocas personas
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Respetar las distancias
previstas por el Ministerio de Salud, estar el mayor tiempo posible en espacios abiertos, evitar las aglomeraciones. Pese a que el sector turístico está muy golpeado, las recomendaciones sanitarias en tiempos de COVID-19 calzan al dedillo en el turismo rural y eso se refleja en la actividad.«Esto no es normal. Tenemos ocho habitaciones, podemos alojar entre 16 y 20 y, desde que abrimos a fines de junio, casi todas se han copado», indicó Anne Wyaux, propietaria de Estancia La Paz, en Paysandú. Y tiene credenciales para afirmarlo: está en esta actividad hace 32 años con la estancia, que data de 1860. «Lo normal es recibir europeos, argentinos de octubre a marzo. Ahora vienen desde Montevideo, de la zona de Salto, de Colonia... familias completas, parejas de amigos, jóvenes con niños chicos», agregó.

Según datos del Ministerio de Turismo, hasta mitad de julio las capacidad hotelera que comenzó a funcionar en Uruguay estaba cercana a un 40%. Remo Monzeglio, subsecretario de la cartera, confirmó que el turismo rural recibió una fuerte demanda. «No tenemos datos, pero hay una tendencia a buscar este tipo de turismo, de estar en contacto con la naturaleza. Lo que sabemos es que las búsquedas por Internet de turismo rural, que incluye estancias, establecimientos agropecuarios, enoturismo, senderismo, entre otras, tienen cada vez más consultas y demanda», dijo el jerarca.
Marina Cantera, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural (SUTUR), coincide en que es un momento para mostrar el sector. «Es una gran oportunidad. Esto es turismo aventura, agropecuario, cultural... todo muy vinculado con lo que hay en la zona. Este 2020 había sido decretado por la Organización Mundial del Turismo como el año del turismo rural y era nuestra oportunidad para brillar. Cuando cae la pandemia dijimos ‘¿qué hacemos?’, pero ahora con los socios coincidimos que al final fue positivo y servirá para mostrar este tipo de turismo, distinto, personalizado».

SUTUR nuclea 40 socios. De ellos, abrieron 20 este mes. El resto lo hará entre agosto y septiembre. Según datos de la Sociedad, lograron 90% de ocupación los fines de semana y entre 15% y 25% entre semana. Cantera además está al frente del establecimiento Los Plátanos, en Treinta y Tres, en actividad desde el 2000. Comenzó como complemento a la ganadería y hoy es el 50% de los ingresos. En su caso, ofrece tres habitaciones y tuvo una ocupación cercana al 20%.
A impulsar este fenómeno del turismo rural también contribuyeron las agencias de viaje. «Antes la venta era con el boca a boca y la tecnología; pocas agencias de viaje locales vendían Uruguay para uruguayos. Con las fronteras cerradas, las tenemos ávidas por estos productos», aseguró Cantera.
Juan Aguirre, responsable del establecimiento Senderos del Lunarejo, en el kilómetro 223,400 de la Ruta 30 en Rivera (paraje Masoller), da fe de ello. «Están apostando al turismo rural. A mí lo que me pasó es que ya tengo ocupado el 70% de la agenda de los fines de semana de 2021. Y fue porque las agencias de viaje de Montevideo coparon todo, saben que a este producto lo van a vender», indicó. Tras la pausa por la llegada del coronavirus, Aguirre reabrió a inicios de julio «para grupos chicos». De las 22 camas de capacidad habilitó 13 y, si bien está en un 50% de ocupación, a partir del 15 de agosto y hasta el 17 de diciembre tiene todos los fines de semana reservados.

El cierre de fronteras acentuó el interés por el turismo interno, que «prendió muy bien», explicó Andrés Gil, director de e-commerce de 5MGroupTravel, que reúne a 13 agencias de viaje locales y tiene cerca del 40% del mercado local.
«Hay una alta demanda de turismo rural, de estar al aire libre, con la naturaleza. Son posadas o bodegas con poco alojamiento, cuanto más al aire libre más valorado es», remarcó. En 2019 el grupo lanzó Uruguay 365, una propuesta enfocada en experiencias locales pero a raíz de la pandemia este año sumaron alojamientos.
Francisco Lorente, gerente de Posada y viñedo Campotinto en Carmelo, compara esta situación a «otros tiempos», cuando «las agencias miraban hacia adentro». «En nuestro caso el 50% de las reservas venían de los canales online, ahora disminuyeron y se hacen directo o por las agencias», comentó.

La posada abrió el 2 de julio con 12 habitaciones con capacidad de hasta 30 personas de jueves a domingo y hasta ahora la actividad «sorprendió». «Tenemos prácticamente de acá hasta fines de agosto los fines de semana con alta demanda, aunque no estamos fascinados, porque son menores tarifas», aclaró Lorente. Aun así, reconoce que es algo «fuera de lo normal» para esta época del año.
Yanina Olivera, responsable de Posada Los Azahares en Colonia, a 5 kilómetros de Carmelo, vive una experiencia similar. «Abrimos el 1° de julio y nunca tuve tantas reservas como este año. Comencé a trabajar en 2017 y junio y julio no le encontraba la vuelta el uruguayo. Este julio he tenido muchas reservas», dijo. Su propuesta tiene cuatro habitaciones, pero habilitó dos «para reabrir de a poco».
Sin embargo, en caso que se requieran las alquila y asegura que «si hubiera habilitado tres las hubiera llenado seguro». «Abrí al 50% y tuve 80% de ocupación total, cuando en esta época no tenía prácticamente nada». Con reservas de fines de semana de aquí a agosto, ya confirmó ocupación plena de mediados de diciembre a mitad de enero de 2021.

Lucila Provvidente, al frente de la Posada de campo La Vigna Ecolifestyle, en Colonia Valdense, vive algo similar. «De todos los años que tuve este es el de mayor demanda de la historia. Abrí el 1° de julio, tengo cinco habitaciones para unas 11 personas y si hubiera tenido el doble las hubiera vendido; nunca me pasó esto en esta época. Sumaremos una habitación, pero no queremos aumentar más para no perder la escala». Hasta el 28 de agosto tiene todos los fines de semana ocupados, y no habilita entre semana porque está reservado para una empresa. Dentro de su propuesta, La Vigna ofrece quesos hechos en el lugar y utilizar vegetales de su huerta orgánica en las comidas.
La Casa los Jazmines, posada que está en Colonia hace 12 años, abrió a fines de mayo a pedido de los huéspedes, indicó Jelen Lorenzo, responsable del lugar.

«Habilité las seis habitaciones. Abrimos porque estábamos recibiendo muchas llamadas de clientes que ya habían venido y otros nuevos», explicó Lorenzo. Añadió que el establecimiento ya tiene totalmente alquiladas sus camas los fines de semana hasta mediados de septiembre, con desayunos incluidos.
Con un horizonte incierto, el presente parece sonreír al turismo rural. Para Wyaux puede ser una oportunidad para que se «afiance» entre los uruguayos. «Van a conocer cosas preciosas, mucho calor humano, sabores nuevo», concluyó.