La empresa B Pura busca crecer desde Argentina a la región

Pura

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Desarrolla tecnologías que eliminan contaminantes del agua según la zona.

Consolidada en 2008 bajo el nombre de Pura y el lema «cambiar el mundo a través del agua», la empresa argentina fundada por los hermanos Barrionuevo se dedica al desarrollo de productos con tecnología e innovación para el tratamiento de agua, tanto de uso para el hogar como comercial. Se trata de una familia que viene de tres generaciones dedicadas a trabajar la calidad del agua y su impacto ambiental.

La empresa se especializa en investigación y desarrollo de tecnologías que eliminan los contaminantes del agua, como el arsénico, que está presente en muchos puntos de Argentina. Pura ofrece productos adaptados a las diferentes zonas, según la calidad del agua y su tratamiento necesario. Comercializa entonces purificadores que eliminan ese contaminante cancerígeno.

«Nuestro objetivo es democratizar el acceso a agua de calidad, generando un impacto sustentable; que las personas puedan acceder a la mejor calidad de agua posible, muchas veces mejor que la envasada, pero sin impacto ambiental, porque el plástico no se recicla. Cada persona, cada familia, cada hogar, cada barrio, cada pueblo, cada ciudad necesita contar con agua de calidad, así como cada proceso productivo necesita hacer más eficiente el uso y manejo del agua, mejorando lo producido en sentido ambiental, social y económico», dice el socio Leandro Barrionuevo.

La mirada exportadora

En 2011, la empresa logró su primera exportación a México. Le siguieron España, Paraguay y Perú. «Planteamos un negocio a largo plazo. En este sentido, la variable riesgo juega un papel primordial. Si bien sentimos que el mercado argentino todavía da para seguir cosechando y crecer, queremos seguir abriendo espacios en otros mercados para bajar el riesgo país respecto a nuestro negocio», agrega.

Para este año, la empresa proyecta que sus exportaciones sean un 25% de las ventas.

Para este año, la empresa proyecta que sus exportaciones sean un 25% de las ventas. Además, sigue expandiendo sus mercados. Ya tiene oficinas en México, España, Perú y Paraguay, y también está en negociaciones con clientes de Uruguay, Chile, y EE.UU.

Uno de los mayores problemas que enfrenta es que todos los insumos para producir son importados. «Esto nos afecta de manera directa, por que no nos están aprobando las SIMI (Sistema integral de monitoreo de importaciones)», advierte Barrionuevo. «Esto es un gran contratiempo. (...) Lo más insólito, es que esos insumos no se fabrican en el país, y cuando pedimos respuestas solo obtenemos silencio por parte del gobierno», revela.

«Los vaivenes de las políticas económicas actuales que tiene Argentina en el marco del comercio internacional desalientan las exportaciones e inversiones en el país. Sin embargo, estamos orgullosos de compartir la dedicación de nuestro equipo de trabajo, que ha hecho posible avanzar en este camino, comenzado desde Argentina hacia el resto del mundo», finaliza Barrionuevo.

Llegar adonde aún no hay redes de agua

La empresa sumó el sello «B» y, desde que vendieron su primer producto hace 13 años, busca generar un impacto positivo y llegar adonde aún no hay redes de agua. La construcción de un nuevo modelo económico de «triple impacto» requiere empresas que equilibren el propósito y las ganancias. Las empresas B adoptan los más altos estándares de prácticas ambientales, sociales y de gobernanza y, como resultado, tienden a ser mucho más resilientes durante las crisis.

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