Publicidad

Alexander Vik, un billonario de Wall Street en el vino chileno

Compartir esta noticia
Calidad. Mientras que la mayoría de los vinos íconos chilenos se libera a los dos años, en Vik se esperan cinco. (Foto: Sergio Alfonso López - El mercurio/GDA)
Sergio Alfonso Lopez

Ejecutivos

El empresario pasó del boom de las puntocom a plantar una viña en el valle del Cachapoal

Alexander Vik fue por menos de 24 horas a Chile. Llegó para chequear la gestión de su propiedad de más de 3.000 hectáreas en el corazón del valle del Cachapoal, cerca de San Vicente de Tagua Tagua. Allí tiene una viña y un hotel. No se trata de cualquier viña, ni cualquier hotel. Este último califica como ultralujoso y lo han visitado desde el millonario David Rockefeller hasta la banda Coldplay. Cada una de sus 22 piezas tiene una estética específica que Alexander y Carrie, su esposa, eligieron. Cuadros de Roberto Matta y Anselm Kiefer están en el lobby. La botella ícono de la viña, VIK, se vende en más de 100.000 pesos chilenos (algo más de US$ 150).

En unos meses añadirá una decena de cabañas-cubo al público. El diseño básico de las cabañas-cubo se repite. Las paredes exteriores de vidrio permiten observar claramente el bosque. Además hay un amplio dormitorio, un baño con piso de mármol, paredes interiores de vidrio transparente y una alba bañera en la terraza. Todo mirando hacia el embalse que está en medio de la propiedad. Ese escenario sirve de soporte para un concepto estético diferente para cada construcción.

Vik durmió en la cabaña Hiroshige, dedicada al artista japonés del siglo XIX. En cada visita, su costumbre es alojarse en una habitación diferente para vigilar que tengan el estándar que busca.

Explica que vive siete meses al año en Mónaco y va a Chile unas cinco veces al año.

En Chile posee más de 3.000 hectáreas en el corazón del valle del Cachapoal, cerca de San Vicente de Tagua Tagua, donde tiene una viña y un hotel. Este último califica como ultralujoso y lo han visitado desde el millonario David Rockefeller hasta la banda Coldplay

Parte importante de su riqueza la formó en el boom de las acciones puntocom en los años 90. Cuando va a EE.UU., puede elegir entre su mansión en Connecticut, que perteneció a la familia Rockefeller, o un departamento en el Time Warner Center en Manhattan. En ese país se ganó fama de encantador y de apasionado por las artes visuales. También de ser un fiero inversionista bursátil, con peleas judiciales contra pesos pesados, como Deutsche Bank.

Hijo de madre uruguaya y padre noruego, Alexander Vik tiene 64 años, pero aparenta una década menos. Se crió en Suecia y en las Islas Canarias. Su padre tenía negocios financieros y hoteleros. Cuando llegó la hora de ir a la universidad, partió a Harvard. De ahí pasó por firmas de Wall Street, como Lehman Brothers.

Tras esa experiencia, se hizo asiduo inversionista, comprando y vendiendo acciones, entre otras, de empresas de comunicaciones y de seguros. En el 2000, Forbes lo puso, junto a sus hermanos Gustav y Erik, en el lugar 160 en el mundo en su ranking anual de millonarios. Hace poco la misma revista le asignó un patrimonio personal de, al menos, US$ 1.000 millones.

Arribo. En 2005 encomendó la búsqueda de los mejores terroir en Chile, Argentina y Uruguay para hacer "el mejor vino". (Foto:Sergio Alfonso López - El Mercurio/GDA)
Arribo. En 2005 encomendó la búsqueda de los mejores terroir en Chile, Argentina y Uruguay para hacer "el mejor vino". (Foto: Sergio Alfonso López - El Mercurio/GDA)

¿Por qué un animal de Wall Street llegó a plantar una viña cerca de San Vicente de Tagua Tagua, en el valle del Cachapoal? En parte por sus raíces uruguayas, en parte por su práctica deportiva.

Golfista, esquiador extremo y triatleta, en los años 90 solía correr en Burdeos, Francia, cuna de algunos de lo vinos más famosos del mundo. «Por las tardes y al anochecer salía a correr 15 o 20 kilómetros. Pasaba por una bodega súper famosa, increíble, todo el mundo la conocía. Sin embargo, a la vecina nadie la conocía. Este es el concepto de terroir, que el vino en estos metros es increíble y en el otro es como cualquiera», recuerda.

Hace poco la revista Forbes le asignó un patrimonio personal de, al menos, US$ 1.000 millones.

Antes, a mediados de los 80, fue por primera vez a Uruguay para presentar a su hija mayor a sus parientes. Las visitas se fueron repitiendo y con su esposa decidieron comprar una casa y después una estancia.

En 2005, le encomendó a un equipo de profesionales la búsqueda de un terreno en Uruguay, Argentina y Chile. El desafío era encontrar el mejor terroir de Sudamérica para hacer el mejor vino posible. Así llegó a un rincón del valle del Cachapoal, donde casi no había viñedos. En todo caso, no muy lejos están Apalta y Peumo, zonas que habían ganado fama por sus carmenere.

«Cuando estaba haciendo los análisis del proyecto, en los grandes châteaux de Francia me decían ‘Alex, antes de que las viñas tengan 40 o 50 años no vas a lograr la calidad óptima’. Pero dije ‘no tengo 50 años, tengo que ir más de prisa’. Hemos intentado hacer todo lo mejor posible. Llevamos 14 años trabajando», dice.

Su equipo pasó un año analizando temperaturas, vientos, el comportamiento del agua y el suelo del campo. Solo en ese último aspecto hicieron 4.000 calicatas —hoyos excavados para ver qué hay bajo la superficie—. Con esa información en la mano, definieron pequeños cuarteles. En 2006 plantaron las primeras de las 326 hectáreas de viñedos de la actualidad.

Hijo de madre uruguaya y padre noruego, Alexander Vik tiene 64 años, se crió en Suecia y en las Islas Canarias. Cuando llegó la hora de ir a la universidad, partió a Harvard. De ahí pasó por firmas de Wall Street, como Lehman Brothers.

Bastante ha cambiado el vino en estos años. VIK, la botella ícono, comenzó en 2009 como una mezcla de cabernet sauvignon, carmenere, syrah y cabernet franc. Su última versión embotellada, la 2015, es principalmente cabernet sauvignon, con una pequeña parte de cabernet franc. En esa evolución el vino se ha vuelto más elegante, largo y pulido.

Todavía queda un par de años para que el público conozca ese cambio. Mientras que la mayoría de los íconos chilenos se libera a los dos años, en Vik se esperan cinco. Se busca así asegurar una correcta evolución inicial del vino y que esté listo al momento de descorcharlo. Eso sí, tiene un costo financiero.

Se trata de una inversión de largo plazo. «Lo malo es que se tarda mucho tiempo en establecer un mercado y una posición. Lo bueno es que cuando lo estableces, debería ser bastante duradera. Las marcas son conocidas por décadas y décadas», explica. «Mucha gente podría decir que me compre un viñedo chico y sea feliz. Pero estaba más interesado en crear algo nuevo», agrega.

Negocio tradicional. La llegada de un nuevo jugador al mercado de vinos chilenos pone en alerta a competencia.
Negocio tradicional. La llegada de un nuevo jugador al mercado de vinos chilenos pone en alerta a competencia.

Alexander Vik reconoce que no tiene una relación cercana con otros viñateros chilenos. El mundo del vino es uno de los rubros más tradicionales de la economía local. No es raro encontrar familias que tienen más de un siglo en la actividad. La llegada de un millonario inversionista y su ambicioso proyecto son seguidos con atención.

«Nuestra meta es tomar las mejores cosas de los vinos del Nuevo Mundo, como fruta, cuerpo, color y frescor; con lo mejor del Viejo Mundo, que es más elegancia, más fineza. Vamos en muy buen camino», dice Vik. Su meta a largo plazo es «entrar en el panteón de los grandes vinos del mundo».

Hotel y bodega de diseño

Vik reconoce que con su esposa están más involucrados en la parte hotelera del proyecto. Se preocupan del diseño de las habitaciones, los servicios y las propuestas del chef. Una vez construido el hotel en una colina, llamaron a concurso para construir la bodega. Buena parte de su estructura está bajo tierra y los visitantes ingresan por senderos de cemento que flotan sobre una película de agua. Esa imagen fue recogida por varias revistas de moda y turismo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Chile

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad