Redacción El País
El poderoso huracán Melissa tocó tierra ayer martes en Jamaica con vientos feroces y lluvias torrenciales, convirtiéndose en la tormenta más fuerte que jamás haya golpeado la isla caribeña.
Melissa llegó a Jamaica como un huracán categoría 5 (la máxima) y vientos sostenidos de hasta 295 km/h, pero mientras se abría paso por la isla fue degradada a categoría 4 por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos. Sin embargo, el NHC advirtió que seguía siendo una tormenta muy “poderosa” con vientos de hasta 240 km/h.
“Esta es una situación extremadamente peligrosa”, informó el NHC en su último boletín. La isla de Jamaica sufrió crecidas y vientos extremos provocados por Melissa.
A pesar de acelerar un poco su desplazamiento, el huracán avanza lentamente, lo que aumenta el riesgo de inundaciones catastróficas y deslizamientos de tierra en Jamaica.
Su potencia supera la de algunos de los huracanes más devastadores, como Katrina, que arrasó Nueva Orleans en 2005. Siete muertes -tres en Jamaica, tres en Haití y una en República Dominicana- se han atribuido al deterioro de las condiciones meteorológicas provocadas por Melissa.
El lunes, el primer ministro jamaicano, Andrew Holness, advirtió sobre las consecuencias del huracán. “No creo que haya infraestructura en esta región que pueda resistir un huracán de categoría 5”, declaró.
“Para Jamaica será la tormenta del siglo hasta ahora”, afirmó Anne-Claire Fontan, de la Organización Meteorológica Mundial.
Melissa era esperado anoche en Cuba. El Consejo de Defensa Nacional cubano declaró la “fase de alarma” en las seis provincias del este (Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Camagüey, Granma y Las Tunas).
Las autoridades evacuaron a unas 650.000 personas en estas provincias, donde la población hacía acopio de víveres y trataba de asegurar con cuerdas los techos de sus hogares. Las clases y actividades laborales no esenciales fueron suspendidas.
Se pronosticaba hasta un metro de lluvia, con inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra también previstos en Haití, República Dominicana y Cuba.
Dos de las siete centrales termoeléctricas en Cuba, la columna vertebral del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), han sido detenidas por seguridad, al ubicarse en el probable trayecto de Melissa. Hay que tener en cuenta que, estas centrales son infraestructuras obsoletas y con un déficit crónico de inversiones.
El dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, en un comunicado a la población, indicó que va a ser uno de los mayores huracanes que azota el país y que la devastación será extensa.
Melissa va a impactar Cuba en su peor crisis económica en décadas, tras más de cinco años de contracción económica, elevada inflación, escasez de bienes básicos (alimentos, combustible y medicinas), fuerte pérdida del poder adquisitivo para empleados estatales y pensionados, dolarización creciente, derrumbe del peso en el mercado informal y migración masiva.
A las anteriores variables se añade la profunda crisis energética. Las frecuentes averías de sus obsoletas centrales termoeléctricas y la falta de divisas para importar combustible están provocando desde hace meses apagones de más de 20 horas diarias en extensas zonas del país.
Se teme que, como sucedió con el paso de Ian (2022) y Rafael (2024), se produzca un apagón nacional del que la isla tarde días en recuperarse. AFP, EFE
Huracanes y cambio climático
El meteorólogo Kerry Emanuel explicó que el calentamiento global está provocando que más tormentas se intensifiquen rápidamente, lo que eleva el riesgo de lluvias extremas. “El agua mata a mucha más gente que el viento”, dijo a la AFP. “El cambio climático provocado por el ser humano está empeorando todos los aspectos más graves del huracán Melissa”, señaló por su parte el científico climático Daniel Gilford.
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