ES FRONTERIZA CON UCRANIA
Se autoproclamó como república en 1990. Su capital es Tiraspol y cuenta con un 12% del territorio moldavo y un 23% de la producción industrial, más el control de vías de transporte y gasoductos.
Una serie de atentados ha sacudido en estos días a Transnistria, una región separatista de Moldavia, fronteriza con Ucrania, lo que ha reforzado las sospechas de que el presidente ruso, Vladimir Putin, tiene a esta zona entre sus objetivos.
El gobierno prorruso de esta región reportó al menos tres ataques, uno de ellos contra el edificio del Ministerio de Seguridad del Estado.
Rusia admitió el pasado viernes por primera vez que quiere crear un corredor terrestre desde el Donbás a la anexionada península de Crimea y reveló que su plan bélico no para ahí, sino que incluye tomar el sur para unirlo con Transnistria.
La autoproclamada República de Transnistria es un territorio de apenas medio millón de habitantes, en su mayoría eslavos, que rompió los lazos con Moldavia tras un conflicto armado (1992-1993) en el que contó con ayuda rusa, que ahora cuenta con unos 2.000 efectivos en la zona.
Es una región de una superficie de 4.163 kilómetros cuadrados -más chica que el departamento de Flores- en la orilla izquierda del río Dniéster.
Se autoproclamó como república el 29 de octubre de 1990. Su capital es Tiraspol y cuenta con un 12% del territorio moldavo y un 23% de la producción industrial, más el control de vías de transporte y gasoductos.
De ahí el interés mostrado por Moldavia, que se resiste a perder esta región, y también por Rusia, que apoya su independencia.
La parte rusa rechaza anexionarse a Rumanía, como quiere su sector de la población de origen rumano. Un desacuerdo que provocó en 1992 una guerra civil, apoyada militarmente por Rusia, y que causó unos 1.500 muertos.
El frágil armisticio del 21 de julio de 1992 pudo haber dotado a Transnistria de un “estatuto especial” a cambio de renunciar a la independencia, pero la región sigue defendiendo sus aspiraciones, y Moldavia, a su vez, no ha dejado de reclamar la integración de ambas zonas separadas por el río Dniéster y acusa a Rusia de ser la instigadora de la independencia de esa región.
El 1 de diciembre de 1991 Transnistria celebró elecciones presidenciales e independentistas, no reconocidas por Moldavia ni por la comunidad internacional, que convirtieron en presidente a Igor Smirnov.
Cuatro años después, el 24 de diciembre de 1995, en los comicios legislativos, se constituyó con 67 diputados el Parlamento bicameral y se celebró un referéndum constitucional, con un 81% de apoyos a su Constitución independentista.
Transnistria volvió a desafiar a Moldavia en las parlamentarias de diciembre de 2005 en las que compitieron una decena de partidos, todos ellos proindependentistas, incluidos los dos grandes rivales: República y Renovación.
Un referéndum del 17 de septiembre de 2006 -sobre la incorporación a Rusia o Moldavia- registró un abrumador “sí” (97%) a la anexión a Rusia.
Tras la invasión militar rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, el Parlamento moldavo declaró el estado de emergencia ante el temor de que Rusia active a sus soldados en Transnistria para apoyar un asalto sobre la ciudad ucraniana de Odesa, a menos de 100 kilómetros.
Más de 20.000 toneladas de armamento soviético están en Transnistria desde el fin de la Guerra Fría.
El 5 de marzo, las autoridades de Transnistria -su actual presidente es Vadim Krasnoselski- pidieron que se reconozca su independencia, después de que Moldavia solicitara formalmente entrar en la Unión Europea. Y ahora acusan a Ucrania de ser el responsable de la autoría de los ataques de estos días.
Rusia “sigue muy atentamente” la situación en la región, afirmó ayer martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. (Con información de EFE)
EE.UU. y Ucrania apoyan a Moldavia
Estados Unidos expresó su preocupación por la serie de explosiones en la región separatista moldava prorrusa de Transnistria, fronteriza con Ucrania. “Seguimos preocupados por cualquier intento potencial de escalada de tensiones”, afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, sin atribuir la autoría de las explosiones a Rusia.
“Reiteramos el llamamiento a la calma del gobierno moldavo en respuesta a estos incidentes y apoyamos plenamente la integridad territorial y la soberanía de Moldavia”, añadió.
Las explosiones recientes tuvieron como objetivo el ministerio de Seguridad del Estado, una torre de radio y una unidad militar y se produjeron días después de que un comandante ruso afirmara que los habitantes de esa zona de habla rusa de Moldavia estaban siendo oprimidos. Estas declaraciones generaron alarma en Moldavia, ya que Moscú dijo lo mismo después de lanzar la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajó a Moldavia poco después de la invasión de Ucrania como parte de una muestra de apoyo, tanto a la soberanía del país como a sus esfuerzos por acoger a los refugiados.
El asesor presidencial ucraniano Mijailo Podolyak acusó ayer martes a Rusia de tratar de “desestabilizar” la región de Transnistria. “La mala noticia es que si Ucrania no resiste, mañana el enemigo estará a las puertas de Chisinau”, escribió Podolyak en Twitter, en referencia a la capital de Moldavia. “La buena noticia es que Ucrania proporcionará seguridad estratégica en la región”, afirmó.