BUENOS AIRES | EFE
Un equipo de médicos argentinos realizó una cirugía inédita en el país, y con escasos antecedentes en el mundo, para salvarle la vida a un bebé de 23 días y apenas 1,30 kilos que tenía una malformación congénita en su corazón.
En menos de una hora, el equipo integrado por 26 médicos del Hospital de Niños Pedro Elizalde, encabezado por el cirujano Florentino Vargas, logró reconstruir el corazón de Guadalupe, una beba que nació a término pero con una malformación que le impedía oxigenar normalmente su sangre, informó el diario Página/12.
Hace casi un mes, la beba pesó 1.480 gramos y le diagnosticaron una malformación cardiovascular llamada "tronco arterioso tipo II", que le impidió desarrollarse con normalidad.
Para salvarse, Guadalupe necesitaba una cirugía de avanzada que no le podían realizar en la clínica privada donde había nacido, por lo que se decidió trasladarla al Hospital de Niños, de carácter público.
Cuando llegó a ese centro de salud, la beba padecía "una insuficiencia cardíaca severa, edema pulmonar e hipertensión pulmonar", informó Vargas.
El miércoles pasado, le agregaron un tabique artificial para separar los lados izquierdo y derecho del corazón que estaban comunicados.
SEPARACION. Al no tener la separación natural, la sangre "limpia", oxigenada por los pulmones, se mezclaba con la sangre "viciada" del resto del organismo.
Los cirujanos también tuvieron que reimplantar la aorta que estaba mal ubicada y en vez de salir de la parte izquierda del corazón, estaba en el medio.
Para terminar, injertaron un trozo de arteria, que fue suministrado por el servicio de donantes, para unir las arterias pulmonares que no llegaban hasta el corazón.
Se trató de "una intervención muy compleja, sobre cavidades diminutas, y vasos extremadamente pequeños", dijo Vargas, quien explicó que el corazón de Guadalupe tiene el tamaño de una nuez.
Según médicos, "la niña evoluciona favorablemente dentro de los parámetros esperados".
Sin embargo, todavía tiene por delante cuatro días de pronóstico reservado ya que aún no se le ha cerrado el tórax para permitir que la nueva anatomía se adapte al cuerpo. Según los expertos, la literatura médica local no registra casos como el de Guadalupe y la internacional cuenta con escasos ejemplos.