Protocolo: malas costumbres de los líderes argentinos

En la mira. La falta de diplomacia de presidentes es costumbre en la Casa Rosada; las anécdotas que pintan la situación.

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Especialistas en ceremonial coinciden, desde hace varios años, en criticar la displicencia de los líderes argentinos y recuerdan momentos inolvidables de falta de respeto a las reglas establecidas para el comportamiento público. Y desde Carlos Menem a Cristina Fernández, pasando por Fernando de la Rúa y Néstor Kirchner, nadie se salva.

La asesora de imagen argentina Karina Vilella, directora del Centro de Diplomacia que lleva su nombre, expone: "Toda persona que tenga exposición internacional tiene que practicar a la perfección el protocolo, porque es representante de un pueblo".

La experta protagonizó una polémica al señalar públicamente la impertinencia del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) por usar saco cruzado abierto y mocasines. Para reafirmar su posición, dice: "La verdad, a mí no me representa alguien que no se comporta como corresponde".

"ERROR" DIPLOMÁTICO. "El protocolo y el mensaje político han estado siempre estrechamente relacionados. No se pueden descuidar las normas ni las formas", afirma la asesora de imagen Claudia Servino, quien señala que en materia de protocolo los políticos argentinos dejan mucho que desear.

Servino coincide con Vilella y se refiere a la presidenta Cristina Fernández. "Algunas reglas de protocolo sucumbieron en el tiempo. Por ejemplo, la presidenta las transgredió cuando, durante la ceremonia de asunción de su segundo mandato, rompió el protocolo al evocar a su esposo durante la jura y al recibir la banda presidencial de manos de su hija menor y no del titular del Senado, como lo exigían las normas".

Respecto de la primera mandataria, Vilella se detiene en el tema del luto. "Sería hora de que disfrute de los colores nuevamente". Si bien explica que no hay una precisión protocolar al respecto, sostiene que el luto sí exige coherencia; es decir, mientras uno lo lleve, no deben existir bailes, ni brillos, ni transparencias.

"Nuestra presidenta tiene un estilo muy particular y, aunque está de luto, es un tanto excedida en maquillaje; también en el cabello", se queja y luego matiza: "Ella es una mujer muy linda que no necesita llevar el cabello suelto, ni excederse tanto en el color".

Vilella dice que Cristina protocolarmente cumple más las reglas ahora que cuando era primera dama. "En sus comienzos no le gustaba usar falda, entonces vestía muchos pantalones hasta que el protocolo le pidió que, por favor, llevara falda como corresponde. Y ella la puede llevar perfectamente bien", evalúa esta experta con casi 20 años en la asesoría de políticos y personalidades públicas.

LOS MODALES DE NÉSTOR. Según entiende Servino, el expresidente Kirchner también incumplió reglas. No sólo la cuestión de la vestimenta, que también señaló su colega, sino varias otras. Por ejemplo, recuerda cuando siendo primer mandatario faltó sin aviso a una recepción que la reina de Holanda había ofrecido en su honor en el Teatro Colón.

"Lo que tenía Néstor es que no preguntaba y tampoco toleraba que se le dijera cómo debía comportarse según el protocolo", apunta Vilella, quien estuvo cerca del gobierno del expresidente: en 2000 participó de la organización del acto de lanzamiento de la candidatura de Kirchner y, entre 2002 y 2004, fue profesora de ceremonial en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

DE LA RÚA, DESPISTADO. Las especialistas coinciden en que, históricamente, nuestros políticos desconocen el protocolo. Servino rememora: "Hace unos cuantos años, un 9 de julio (Día de la Independencia argentina), durante el desfile que el presidente Fernando de la Rúa presenciaba desde un palco junto con su nieta, la niña se subió a caballito sobre la bandera de ornamento, algo que se considera un agravio al símbolo patrio y figura como delito en el Código Penal".

Vilella suma otras anécdotas de De la Rúa. "En el inicio de su gestión, y durante un tiempo largo, los libros que daba de regalo estaban con la firma y el retrato del presidente anterior", cuenta y luego agrega otra historia: "En un momento en que el Presidente se levantó a despedir a una delegación japonesa, abrió la puerta pero, en lugar de la de salida, abrió la de un placard interno y quedaron los japoneses metidos ahí hasta tanto los rescató el jefe de protocolo de la Casa Rosada".

MENEM, UN PIONERO. Las expertas señalan que Carlos Menem acumuló un incontable historial de faltas protocolares. Por ejemplo, en una visita del expresidente a España -recuerda Servino-, su hija Zulemita optó por unos pantalones palazzo que no coincidían con lo que exigía el ceremonial; y, en otra ocasión, también en España, se presentó con minifalda ante la infanta Elena que, acorde a la oportunidad, llevaba su falda pasando la rodilla.

Vilella, que hizo dos viajes protocolares con Menem, recuerda las confusiones con los discursos y sus "problemas" con el inglés. "En la Cumbre Mundial de Energía de la que participó en Houston la diplomacia argentina, le preparó varios discursos porque él cerraba la cumbre en la comida de gala. Estaba tan contento, porque recién habíamos ido a la NASA y había estado jugando con el transbordador espacial, que cambió el discurso y contó lo bien que la había pasado en la NASA. Cerró diciendo que cuando se retirara de la Presidencia quería ser astronauta", recuerda Vilella. La gente lo ovacionó y hasta subió al escenario George Bush (por entonces presidente de EE.UU.( para entregarle una campera y un bate de béisbol de regalo.

"En Menem el error protocolar no se veía tan mal por su carisma. Además, pedía disculpas por su falta de protocolo y preguntaba cómo hacerlo bien", señala quien fue parte de su comitiva.

Los expertos en esta materia siempre dicen que cuando un político habla, más importante que lo que dice, es cómo lo dice. También, en gran medida, que se habla a través de su vestimenta y de sus modales. El protocolo actual se ha adaptado a los nuevos tiempos y está a tono con una sociedad moderna y globalizada. Sin embargo, no descuidar las formas sigue siendo el gran imperativo. Flexibilizar algunas pautas, no quiere decir desconocerlas.

Papelones Oficiales

MENEM. "Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón (...) y más adelante en otro planeta si se detecta vida", dijo el expresidente a unos niños en una escuela de la provincia de Salta en 2006.

DE LA RÚA. En 2000 fue al programa de Marcelo Tinelli. Allí un joven logró llegar hasta a él para hacerle un reclamo y tironearle de la corbata, hasta que la seguridad del mandatario logró sacarlo de allí. Luego, cuando De la Rúa iba a retirarse del plató, se confundió por qué lado debía salir, por lo que fue motivo de chiste. Tras su caída en 2002, dijo: "Con ese programa empezó la crisis de mi gobierno".

KIRCHNER. El 25 de mayo de 2003, el día que asumió la Presidencia, luego que Eduardo Duhalde le colocara la cinta presidencial, se puso a jugar con el bastón de mando. En vez de quedarse dentro de la Casa Rosada, decidió salir a Plaza de Mayo, a celebrar con sus seguidores. La ruptura del protocolo le costó un golpe en la cabeza con la cámara fotográfica de un periodista. Siguió camino con un tajo que sangraba. Luego, el resto de la ceremonia, la hizo con una curita.

FERNÁNDEZ. En 2008, la mandataria llegó tarde para la foto de grupo de mandatarios del G20, reunidos en Washington, y su retraso obligó a hacer nuevamente las tomas una vez llegó. Pero esto no sorprendió. Un año antes, en 2007, hizo lo mismo y obligó al resto de los presidentes a que la esperasen. Medios norteamericanos hablaron en su momento de que Fernández mostró así su desprecio al bloque.

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