Nuevos inventos para la batalla contra la epidemia de obesidad

Medicina. Aerosoles que quitan el apetito en un arsenal que se renueva

EFE

Los que creían que ya lo habían visto todo en la frustrada lucha de los estadounidenses contra la obesidad pueden prepararse para lo que se avecina: pulverizadores quita apetito, marcapasos estomacales y descargas contra el hambre.

Christopher Adams, licenciado en psicología y experto en biología molecular, es uno de los inventores de la nueva generación de productos como un pulverizador nasal que bloqueará el olfato y el gusto, lo que, según él, llevará a sus voraces usuarios a comer menos.

Adams, ex investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fundó Compellis Pharmaceuticals en 2003 con la intención de ayudar a los que tienen atrofiado el olfato y el gusto, pero descubrió pronto que la suya era una proeza titánica.

Lo que descubrió por el camino fue que los que no paladean ni huelen bien comen menos y raramente tienen problemas de sobrepeso, una conclusión en la que detectó "una oportunidad de negocio".

Clientes potenciales desde luego no faltan: 100 millones de estadounidenses tienen exceso de peso. Adams espera que el "CP404" salga al mercado en 2010, cuando tratará de hacerse con una porción del multimillonario pastel de productos contra la obesidad.

Entre las compañías que también planean comercializar en breve en Estados Unidos remedios contra el exceso de peso, está la farmacéutica francesa Sanofi-Aventis, que espera permiso para su píldora contra la obesidad, Acomplia.

La pastilla, que ya se vende en Gran Bretaña, desconecta los mismos circuitos cerebrales que despiertan el apetito cuando la gente fuma hachís.

Medtronic, la mayor fabricante mundial de dispositivos médicos, desarrolla un marcapasos gástrico que funciona a pila y que hace que el estómago se contraiga, lo que envía una señal de saciedad al cerebro.

Otra de las que ha agudizado la imaginación es Enteromedics, una empresa de Mineápolis que colabora con la Clínica Mayo en el desarrollo de un aparato conocido como "Maestro" que utiliza electricidad para paralizar el estómago.

Este renovado afán por una fórmula milagrosa contra el exceso de peso es recibido con cautela por los expertos.

Así, asociaciones como la Coalición de Acción contra la Obesidad alertan de que productos como el pulverizador nasal deben ir acompañados de otros tratamientos y un cambio en el estilo de vida para resultar eficaces. Instan al sentido común e insiste en la necesidad de hacer ejercicio y tener una mejor educación que permita a los que luchan contra los kilos saber qué alimentos son ricos en proteínas y bajos en grasas.

Los doctores insisten, por lo demás, en que la cirugía para reducir el estómago es la única solución permanente a la obesidad, aunque es una opción drástica y también peligrosa.

De ahí que la doctora Margaret Garner, de la Universidad de Alabama, insista en la importancia de la prevención.

"Veo a un montón de niños obesos y uno de los motivos es que han reemplazado la actividad física por otras sedentarias como ver la tele", dijo Garner.

La experta señala que resulta crucial atajar la raíz del problema para no llegar a lo que ella define como "obesidad mórbida" en la que se encuentran aquellas personas con 45 kilos o más de sobrepeso.

"Cuando se alcanzan esos niveles es muy difícil encontrar una solución", destaca Garner, para quien EE.UU. se ha convertido en un país con una dieta demasiado rica en grasa y azúcares añadidos, en la que las porciones no son razonables.

Mientras la situación siga "fuera de control", Garner cree necesario encontrar opciones seguras para tratar todos los niveles de obesidad, incluido el uso de dispositivos médicos de nueva generación.

Escepticismo: Las fórmulas "milagrosas" siguen sin tener el beneplácito médico

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