Nueva York
Los más de 15.000 esclavos africanos y negros libertos que en los siglos XVII y XVIII contribuyeron a la prosperidad de Nueva York, recibieron hoy el homenaje de sus descendientes y de la ciudad con la inauguración de un monumento donde entonces fueron enterrados.
"Este lugar es territorio sagrado", afirmó hoy Dirk Kempthorne, secretario de Interior de EEUU, departamento del que dependen los monumentos nacionales y entre ellos el African Burial Ground, el camposanto donde recibían sepultura los negros en los orígenes de Nueva York.
Kempthorne y una docena de oradores mas participaron en el acto de dedicación de un monumento erigido en memoria de miles de africanos enterrados entre 1690 y 1790 a las afueras de aquella próspera colonia.
Los discursos y los cánticos que amenizaron el acto tuvieron como denominador común reivindicar la dignidad y el sufrimiento de los miles de africanos que fueron forzados a dejar atrás cuanto tenían y que murieron sin participar de un progreso al que contribuyeron con su esfuerzo.
Los restos mortales de 419 hombres, mujeres y niños fueron descubiertos en 1991, durante la preparación del terreno para construir un edificio federal en el sur de Manhattan.
El alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, subrayó hoy que lo que se descubrió entonces en aquellas excavaciones "fue más que un campo funerario".
"Sacó a la luz una de las más incómodas y trágicas verdades en la historia de nuestra ciudad: que por dos siglos, la esclavitud estaba muy extendida en Nueva York", dijo Bloomberg.
Agregó que, con el acto de hoy, se honra a todos los que perecieron en esas circunstancias.
El presidente de EEUU, George W. Bush, proclamó en febrero de 2006 monumento nacional una parcela de unos 1.400 metros cuadrados entre las calles Duane y Elk de Manhattan.
Ese área es lo que queda del African Burial Ground, un cementerio de unas 2,8 hectáreas de extensión que, con el paso de los siglos, quedó casi oculto por calles y edificios.
Ese cementerio está considerado por los arqueólogos como el camposanto africano más extenso y antiguo de Norteamérica y calculan que allí se depositaron los restos de entre 15.000 y 20.000 africanos.
En la parcela que ha sobrevivido al paso de los siglos se ha levantado ahora un monumento de granito, denominado "Cámara Ancestral de Libación" y obra del arquitecto Rodney Leon, se compone de una sala por la que se accede a una plaza circular y que, en ambos casos tienen un intenso significado espiritual.
"La presencia de este memorial nos brinda la oportunidad de dar gracias a nuestros antepasados enterrados aquí", afirmó Leon.
Los primeros esclavos africanos llegaron en 1625 a la entonces colonia holandesa de New Amsterdam, antecesora de Nueva York y allí trabajaron como agricultores, en la construcción y en el comercio de pieles de la West India Company.
La importación y el comercio de esclavos se intensificaron y en 1709, ya bajo dominación británica, se creó el primer mercado de esclavos en el área actual de Wall Street.
En esa época alrededor del 15 por ciento de la población de la colonia era negra y, como no podían sepultar a sus muertos en terreno consagrado, usaban como cementerio una desértica parcela a las afueras de la ciudad.
En una de las zonas de césped que rodean ahora al monumento hay siete montículos alineados, que marcan los lugares en que se volvieron a enterrar, en 2003, los féretros con los restos que se habían descubierto en la década anterior.
El director del Centro Schomburg en Nueva York, Howard Dodson, dedicado al estudio de la cultura y la historia afroamericana, señaló que, además de ser esclavos, los allí enterrados sufrieron otras afrentas, como no poder enterrar a sus muertos en la ciudad, o que con posterioridad no se respetará el carácter sagrado de ese lugar o que se les borrara de la memoria histórica de esta ciudad.
"Este monumento dice a todos los que escuchen y vengan a verlo que los días de oscuridad e invisibilidad han terminado y que tenemos nuestro lugar en la Historia", aseguró.
EFE