Santiago de Chile - El ex dictador chileno Augusto Pinochet murió este domingo a los 91 años en Santiago, una semana después de sufrir un infarto cardíaco, sin haber sido condenado por ninguno de los actos denunciados durante su régimen de 17 años, que dejó más de 3.000 desaparecidos.
El doctor Juan Ignacio Vergara, jefe del equipo que atendía al ex dictador en el Hospital Militar donde estaba internado, informó que Pinochet "murió a las 14H15 horas (17H15 GMT)".
Cuarenta y cinco minutos antes Pinochet -quien encabezó una cruenta dictadura en Chile entre 1973 y 1990- había sufrido "una crisis cardiaca múltiple, una recaída brusca e inesperada; se le intentó resucitar", indicó.
Tras el anuncio, miles de detractores del ex dictador salieron a las calles y se congregaron en la céntrica Plaza Italia para celebrar su muerte en un estallido de júbilo.
Pero también, en las afueras del Hospital Militar, en un barrio exclusivo de Santiago, decenas de sus partidarios hicieron una espontánea manifestación en apoyo del ex dictador, que degeneró en desórdenes.
Los simpatizantes de Pinochet atacaron a la prensa y cantaron la Canción Nacional chilena e incluyeron una estrofa que honra a los soldados y que fue sacada del himno una vez que se restauró la democracia, el 11 de marzo de 1990.
La Iglesia Católica chilena pidió "serenidad y cordura" a los partidarios y detractores.
Los restos del ex dictador serán llevados al anochecer de este domingo a la Escuela Militar de Santiago, donde se instalará una capilla ardiente, informaron fuentes de su entorno.
El féretro permanecerá en ese recinto hasta que la familia, la institución castrense y el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet determinen el protocolo y la fecha de sus funerales.
En la última semana, Bachelet se encontraba en medio de una polémica sobre si el general debería recibir funerales de Estado.
Bachelet ya había indicado que le violentaría encabezar un funeral por el ex militar, responsabilizado por la muerte y desaparición de más de 3.000 personas durante su régimen, del que ella también fue víctima al haber sido encarcelada y torturada en 1975 en una de los centros clandestinos de la dictadura.
Isabel Allende, hija del ex presidente Salvador Allende, a quien Pinochet derrocó, dijo desde Madrid que "bajo ninguna circunstancia me lo puedo imaginar merecedor de un funeral de Estado. Por ningún motivo".
En Londres la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher -quien mantuvo una estrecha relación con Pinochet- dijo estar "profundamente triste" por la muerte del ex dictador.
Pero el gobierno laborista de Tony Blair tomó distancias y prefirió "rendir homenaje a los notables avances que Chile hizo durante los últimos 15 años como democracia abierta, estable y próspera", declaró la ministra británica de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett.
En España, tanto los partidos de izquierda como de derecha repudiaron al ex dictador, tras conocer la noticia de su muerte. El gobernante Partido Socialista Obrero Español calificó a Pinochet como "un personaje detestable de la historia", mientras la oposición de derecha del Partido Popular lo calificó como "una lacra para su país".
En París la abogada francesa Sophie Thonon, defensora de familias de desaparecidos franceses en Chile, expresó "un gran sentimiento de cólera contra esta justicia francesa, chilena, y la de otros países que no tomaron la medida del tiempo para juzgar a Pinochet".
Amnistía Internacional (AI) indicó este domingo que la muerte de Pinochet debe ser la ocasión para que los poderes públicos en el mundo tomen conciencia de la importancia de la celeridad de la justicia contra los responsables de violaciones de los derechos humanos al que el propio ex dictador "escapó ahora".
Pinochet encabezó un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973 en que derrocó a Allende, quien se suicidó ese mismo día en el Palacio de La Moneda.
Durante 17 años, Pinochet encabezó un régimen de mano dura que llegó a su fin en 1990, tras un plebiscito en 1988, en el que más del 53% de los votantes dijo "No" a la continuación de la dictadura.
Su alejamiento del gobierno no le impidió conservar el mando militar, que ocuparía durante los ocho años siguientes.
La derecha del país, que se ha desmarcado de la dictadura, subrayó que el gobierno de Pinochet sentó las bases económicas de la prosperidad chilena.
El ocaso para Pinochet empezó en 1998 cuando viajó a Londres y allí fue arrestado y expuesto a un juicio público.
Desde entonces fue sometido a numerosos juicios por violaciones a los derechos humanos y corrupción. Pero en ninguno de los casos fue condenado.
AFP