La fumata que llenó de humo la Sixtina

La Capilla Sixtina se llenó de humo durante el cónclave, cuando hubo que anunciar con una fumata blanca la elección de Joseph Ratzinger como Papa, relató al semanario alemán Der Spiegel uno de los cardenales electores.

El holandés Adrianus Simonis contó que hubo dos intentos antes de conseguir la fumata blanca, porque la chimenea no tiraba bien. "Hubo un momento en que toda la Capilla Sixtina se llenó de humo".

Por su parte, el arzobispo de Colonia, Joachim Meinser, relató que Ratzinger, en la cuarta votación, obtuvo "más votos de los tercios necesarios" para ser elegido, y que en el cónclave no se hizo ni campaña electoral ni propaganda.

Apenas estuvo claro que Ratzinger había sido elegido, contó Meinser, hubo un aplauso "espontáneo". El religioso agregó que el nuevo Papa, desde el momento de la elección hasta su investidura "parecía más bien desorientado".

En la cena, sin embargo, Ratzinger apareció de nuevo relajado y "como un Papa". El menú, compuesto por sopa de porotos, ensalada y fruta, fue muy sencillo porque las monjas encargadas de las comidas no tuvieron tiempo de organizar un menú especial.

No obstante, para celebrar, los cardenales consumieron helado y vino espumante.

Por su parte, el cardenal británico Cormac Murphy-O’Connor recordó el momento de suspenso cuando los cardenales comprendieron que tenían Papa.

"Cuando se alcanzó la mayoría, después de 77 o 78 votos, hubo una suerte de leve exclamación colectiva y todos aplaudieron", dijo Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster. Ratzinger, "inclinó la cabeza", dijo. "Creo que rezó una oración". ANSA y AP

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