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Kim Jong-Un, el refuerzo bélico de Putin en la guerra de Ucrania

A cambio de armamento, según funcionarios de EE.UU., a Kim le gustaría que Rusia proporcionara tecnología avanzada para satélites y submarinos de propulsión nuclear, así como ayuda alimentaria.

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Kim Jong Un y Alexander Kozlov
Kim Jong Un y Alexander Kozlov.
Foto: AFP

The New York Times/AFP
Cuando el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, visitó al presidente Vladimir Putin de Rusia hace cuatro años, fue principalmente para mostrarse diplomático.

Pero ahora visita a Putin por segunda vez con la capacidad de suministrar algo que el Kremlin necesita desesperadamente: municiones que podrían ayudar a las fuerzas rusas en su guerra en Ucrania.

La reunión, anunciada por ambos gobiernos, se produce mientras Putin busca el apoyo de otros líderes opuestos al dominio occidental para su enfrentamiento contra Estados Unidos y la OTAN. Irán ha proporcionado asistencia militar directa a Rusia. India se ha negado resueltamente a condenar la invasión rusa, pero ha aumentado el comercio con Rusia, proporcionando a la economía rusa el dinero que tanto necesita.

Se espera que Kim y Putin se reúnan en la ciudad portuaria oriental de Vladivostok, donde Putin asistirá a un foro económico esta semana.

Las fotografías publicadas por los medios estatales de Corea del Norte ayer martes mostraron que el séquito de Kim incluía al ministro de Relaciones Exteriores Choe Son Hui y los mariscales Ri Pyong Chol y Pak Jong Chon, los dos funcionarios de más alto rango del ejército norcoreano.

Kim utilizó su método de viaje preferido durante sus raros viajes fuera de Corea del Norte: un tren blindado de movimiento lento.

Kim y Putin discutirán la cooperación militar entre sus países, incluida la posibilidad de que Corea del Norte suministre a Rusia más armas para la guerra en Ucrania, dijeron funcionarios estadounidenses y aliados al New York Times la semana pasada. Desde 2022, funcionarios estadounidenses han dicho repetidamente que Corea del Norte ha estado enviando proyectiles de artillería y cohetes a Rusia.

A cambio, han dicho los funcionarios, a Kim le gustaría que Rusia proporcionara tecnología avanzada para satélites y submarinos de propulsión nuclear, así como ayuda alimentaria. Si se alcanza algún tipo de acuerdo mutuamente beneficioso, podría transformar una relación que durante mucho tiempo se ha limitado a demostraciones públicas de cooperación y cantidades relativamente pequeñas de comercio, en algo más sustancial y, advierte Occidente, en una mayor amenaza para la estabilidad de la economía global.

Putin y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, han ordenado a la industria de defensa de Rusia que duplique la producción de armas, pero según la inteligencia occidental y ucraniana no consigue producir con la misma rapidez misiles que con la que los gasta en Ucrania. El año pasado fueron más de 10 millones de proyectiles.

Además, tiene que buscar en países “amistosos” dispuestos a exponerse a sanciones, tecnología de punta y microchips.

Shoigú fue recibido en julio pasado por Kim en Pionyang, quien transmitió a Rusia el “apoyo inquebrantable” de Corea del Norte en la guerra en Ucrania, una visita que fue evaluado por la inteligencia estadounidense como los preparativos para estas negociaciones.

Secretismo

La cumbre entre Putin y Kim está rodeada de secretismo. Hasta anoche no se había revelado ni el lugar ni la hora del encuentro, aunque todo indica que sería en Vladivostok en el marco de un foro económico que termina hoy miércoles.

Los dos aliados tienen previsto hablar de “temas sensibles”, sin prestar atención a las “advertencias estadounidenses”, se limitó a decir el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

“En la construcción de nuestras relaciones con nuestros vecinos, incluida Corea del Norte, lo importante para nosotros es el interés de nuestros dos países, y no las advertencias de Washington”, dijo Peskov.

Según Siemon T. Wezeman, del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, “es bastante creíble que Corea del Norte tenga grandes reservas de municiones compatibles con los sistemas de artillería utilizados por las fuerzas rusas”.

“Chantaje diplomático”

En este sentido, un acuerdo representaría “una violación inequívoca” de las resoluciones de la ONU que sancionan a Corea del Norte, apunta Wezeman.

Por su parte, el régimen norcoreano está buscando tecnologías avanzadas para satélites y submarinos de propulsión nuclear, así como ayuda alimentaria.

Estados Unidos dijo que la reunión es una señal de que Putin está “suplicando” ayuda para llevar a cabo sus operaciones en Ucrania.

Rusia y Corea del Norte tienen relaciones históricas y Kim Jong-un reiteró su apoyo a Putin en su guerra en Ucrania.

Según Andrey Lankov, de la Universidad Kookmin de Seúl, una cumbre Putin-Kim forma parte de un “chantaje diplomático amable” de Moscú hacia Corea del Sur, porque Rusia quiere disuadir a los surcoreanos de suministrar equipamiento militar a Ucrania.

Corea del Sur es un importante exportador de armas que vende a Polonia, un aliado de Ucrania, pero su política es de no suministrar armamento a partes directamente involucradas en conflictos armados.

La comunidad internacional, desde Estados Unidos a Asia, y Ucrania vigilan de cerca el desarrollo de la cumbre.

El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, recordó “que cualquier transferencia de armas de Corea del Norte a Rusia violaría múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”.

“No dudaremos en imponer nuevas sanciones si corresponde”, recalcó, y sostuvo que el hecho de que Rusia “tenga que rogarle a Corea del Norte apoyo militar” habla de la efectividad de las sanciones y controles a la exportación.

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