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Historiador con visión mundial asume el imperio

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Naruhito promete la renovación de la monarquía reinante más antigua del mundo. Foto: AFP.
Angel, Asteggiante

JAPÓN

Naruhito, experto en recursos hídricos y viaductos medievales, abre la era de Bella Armonía en Japón.

Después de 30 años y cinco meses de reinado, Akihito deja hoy martes el Trono del Crisantemo al príncipe heredero Naruhito, en la primera abdicación de un emperador de Japón en dos siglos. Así, Japón ingresa mañana 1° de mayo en el año 1 de la era imperial Reiwa (Bella Armonía) después de tres décadas de la era Heisei (Logrando la Paz).

Es la primera vez en 200 años que un emperador japonés cede el puesto en vida, en virtud de una ley de excepción hecha a medida para Akihito. Con las ceremonias de hoy, cede dos de los símbolos y tesoros imperiales que ha custodiado durante tres décadas: la legendaria espada Kusanagi y una joya de jade.

El nuevo emperador, el príncipe Naruhito, que asume mañana miércoles, deberá mantener un difícil equilibrio entre las tradiciones de una institución milenaria y su voluntad de acercar a la familia imperial a la realidad del mundo actual, al tiempo que protege a su esposa, con dificultades en su papel. Historiador de formación y proclive a saltarse la tradición y el rígido protocolo imperial, está llamado a avanzar en la modernización de la monarquía reinante más antigua del mundo.

Naruhito, de 59 años, se convierte en el emperador nipón número 126 al heredar el cargo, así como el legado de su padre de adaptar una institución milenaria al Japón contemporáneo. Su biografía diverge del guión prefijado para los príncipes herederos, por hechos como ser criado por su madre Michiko en lugar de por el personal del Palacio Imperial o estudiar en el extranjero en vez de limitarse a las universidades reservadas para la élite nipona.

Como su padre, decidió casarse con una plebeya, la princesa Masako. Durante la depresión que ésta atraviesa desde hace más de dos décadas, Naruhito la ha defendido y apoyado constantemente frente a las críticas procedentes de algunos sectores de la sociedad nipona, e incluso llegó a señalar al entorno de la Familia Imperial por sus problemas de salud.

Nueva visión

Los expertos en la Familia Imperial destacan el hecho de que tanto Naruhito como Masako hayan vivido y estudiado en el extranjero como uno de los principales factores diferenciales frente a sus predecesores. Esto les otorga “una gran base” para “adaptarse a una sociedad nipona cambiante donde cada vez hay más inmigrantes y más diversidad cultural”, y para ser capaces de “unir al pueblo aunque existan valores diferentes”, según explica a Efe el periodista Kazuo Okubo.

Naruhito cursó estudios post-universitarios en Oxford (Reino Unido) para investigar viaductos medievales, etapa descrita por él mismo como “una de las mejores de su vida” y durante la cual era asiduo de los debates académicos y frecuentaba los pubs locales.

El príncipe heredero primero estudió Historia y Humanidades en la Universidad tokiota de Gakushuin, una elección “difícil y poco habitual” en la Familia Imperial, donde sólo Naruhito y su tío, el príncipe Mikasa, eligieron esta rama de estudios, según el historiador y periodista Eiichi Miyashiro.

“Estudiar Historia significa indagar en la identidad del propio emperador y en sus raíces, y esto puede ser incómodo para él”, señala este experto, quien también cree que su papel como emperador se basará “en sus conocimientos históricos” y en la “perspectiva macroscópica” que se adopta en este campo.

Expectativa

Debido a sus conocimientos sobre el transporte por viaductos y la gestión de recursos hídricos, Naruhito fue nombrado en 2015 presidente honorario del panel de asesoramiento sobre Agua y Saneamiento de la Secretaría General de Naciones Unidas, y participado en diversos eventos internacionales. Muchas expectativas sobre el nuevo emperador se centran en si mantendrá la cercanía al pueblo que marcó el reinado de Akihito, así como una intensa actividad diplomática que le llevó a visitar numerosos países acompañado de la emperatriz.

Debido al estado de salud de su mujer, es previsible que Naruhito tenga una agenda exterior “más reducida” que la de sus padres, o que opte por “adaptarla y realizar visitas oficiales sin Masako”, según Okubo.

También se espera que incida en el pacifismo y en la defensa de la Constitución nipona característicos de su padre, lo que le podría acarrear quebraderos de cabeza al primer ministro, Shinzo Abe, partidario de reformar el artículo de la Carta Magna que limita las competencias nacionales en materia militar.

Descrito por quienes le conocen en persona como sincero y considerado hacia todo su entorno, Naruhito también ha mostrado su interés sobre problemas sociales y medioambientales como el envejecimiento demográfico, la pobreza infantil o el cambio climático.

El nuevo emperador también tendrá que afrontar durante su mandato la delicada cuestión de su futura sucesión y de la supervivencia a largo plazo de la menguante Familia Imperial nipona. Naruhito y Masako solo tienen una hija, Aiko, de 17 años, que no puede acceder al trono ya que la normativa de la Casa Imperial impide que lo hagan las mujeres, por lo que los siguientes en la línea sucesoria serían Akishino (hermano menor de Naruhito) y su hijo Hisahito, de 12 años, único nieto varón de Akihito.

En una declaración realizada hace casi un año, con motivo de la celebración de sus bodas de plata, Naruhito destacó la importancia de respetar las tradiciones de la familia imperial y al mismo tiempo “responder a los cambios en la sociedad”.

Seis saludos

En la ceremonia de asunción de Naruhito, estarán presentes miembros de la Casa Imperial y altos funcionarios de los tres poderes del Estado. Es un ritual que no está abierto a mujeres, pero esta vez sí estará presente una, Satsuki Katayama, la única ministra del gabinete del primer ministro Shinzo Abe.

Se espera que Naruhito pronuncie su primer mensaje como emperador. Los actos de la semana se cerrarán el próximo sabado con la primera comparecencia en público de Naruhito, quien, en seis ocasiones, cumplirá con el tradicional saludo desde los balcones del Palacio Imperial.

Donald Trump será el primer jefe de Estado que se reunirá con Naruhito, durante la visita oficial a Tokio que comenzará el 25 de mayo.

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