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El gobierno en Israel otra vez en crisis

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El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que actuará conforme al Estado de derecho. Foto: AFP

MANEJAN ELECCIONES

Antes del 25 de agosto, Netanyahu y Gantz deberían alcanzar un acuerdo presupuestario o el Parlamento se disolverá y el país acudirá a las urnas en noviembre por cuarta vez en poco más de dos años.

La división en el Gobierno de coalición israelí crece hasta el punto de que ayer domingo quedó cancelada la reunión semanal del Gabinete y muchos sospechan que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quiere forzar nuevas elecciones.

Netanyahu “quizás quiera elecciones, pero yo no”, declaró su socio de Gobierno, Benny Gantz, que aseguró que luchará para mantener en pie al Ejecutivo, pero no cederá ante la demanda del primer ministro de aprobar un presupuesto anual en lugar de uno bianual.

Antes del próximo 25 de agosto, Netanyahu y Gantz deberían alcanzar un acuerdo presupuestario o el Parlamento (Knéset) se disolverá automáticamente y el país acudirá a las urnas en noviembre por cuarta vez en poco más de dos años.

Los presupuestos del Estado son el último encontronazo de tres meses de desacuerdos entre Netanyahu y Gantz: el plan de anexión de partes de Cisjordania, su concepción del sistema judicial o la gestión de la pandemia del COVID-19 ya habían evidenciado su incompatibilidad para gobernar.

“Queremos un presupuesto para el Estado, Likud (de Netanyahu) quiere un presupuesto político”, declaró ayer Gantz tras la inusual suspensión de la reunión.

Los medios locales hablan abiertamente de “crisis” gubernamental y aseguran que Netanyahu estaría manteniendo encuentros con diputados, incluidos posibles desertores de Azul y Blanco, para crear un Gobierno alternativo sin Gantz.

El ministro de Justicia de Azul y Blanco, Avi Nissenkorn, señaló también a Netanyahu en una entrevista con la radio pública Kan y le acusó de querer evitar la rotación en la jefatura de Gobierno que debería asumir Gantz en 2021, según el acuerdo de coalición.

El titular de Finanzas, Israel Katz, del Likud de Netanyahu, afirmó que se había cruzado “una línea roja” con la suspensión del Gabinete porque había un acuerdo para aprobar un plan económico de asistencia por la crisis del coronavirus. Por su parte, Azul y Blanco acusó al Likud de “incumplir sus promesas” y aseguró que “cualquier excusa es una mentira descarada”.

La crisis política en Israel es más que nunca económica con más de 850.000 personas -21% de la población- desempleadas.

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