La guerra contra el terrorismo
La decisión de Trump es criticada por expertos, que dicen que el régimen de Asad quedará firme.
Donald Trump dio por cumplida la misión de Estados Unidos en Siria. El presidente decretó la derrota del grupo yihadista Estados Islámico (ISIS) en ese país y anunció el retiro de las tropas estadounidenses, una decisión de gran impacto para el curso del conflicto sirio.
"Hemos derrotado al grupo ISIS en Siria, mi única razón para permanecer ahí durante la administración Trump", indicó el presidente en un tuit. Poco después, un funcionario de la Casa Blanca anunciaba a los medios en Washington el alcance del mensaje presidencial: "Retiro total" de Siria.
Actualmente hay 2.000 efectivos estadounidenses en Siria, la mayoría de ellos oficialmente en misiones de apoyo de entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas locales de combate.
La mayoría de las tropas están estacionadas en el norte de Siria, aunque un pequeño contingente está destinado en una base en Al Tanf, cerca de frontera con Jordania y con Irak.
Trump ya había expresado su escepticismo sobre la presencia en Siria y en marzo afirmó que quería traer las tropas de vuelta "pronto". Sin embargo, sus asesores y aliados internacionales le advirtieron las consecuencias de una retirada precipitada y la misión se extendió.
El anuncio no especificó qué efecto tendrá la retirada de las tropas en las operaciones aéreas en Siria, que Estados Unidos lleva a cabo desde finales de 2014.
¿Y los kurdos?
Estados Unidos apoya a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), que son la columna vertebral de una coalición árabe-kurda denominada Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Pero para Turquía, las YPG son una "organización terrorista activa" del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Turquía advirtió que lanzará una operación "en los próximos días" contra el territorio controlado por las fuerzas kurdas en el norte de Siria.
El vínculo entre Estados Unidos y Turquía, un importante aliado en la OTAN, se ha tensado en los últimos tiempos debido a esta alianza de Washington con los kurdos. La tirantez se agudizó cuando Estados Unidos estableció un puesto de observación en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía, que tenía como objetivo evitar altercados entre las fuerzas turcas y las YPG.
En un indicio de distensión, Estados Unidos aprobó ayer miércoles una venta de misiles a Turquía por 3.500 millones de dólares, un paquete que incluye 80 misiles guiados Patriot.
"Muchas preguntas".
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, indicó que este retiro marca una nueva fase en la campaña contra ISIS. "Hace cinco años, el ISIS era un grupo muy poderoso y peligroso en Medio Oriente y ahora Estados Unidos ha hecho que fracase su califato territorial. Estas victorias sobre el ISIS en Siria no marcan un final de la coalición global o de esta campaña", indicó. Para Sanders, esta es una "transición hacia una nueva fase de esta campaña".
Charles Lister, investigador principal del Middle East Institute de Washington, estimó que la decisión revela una visión "extraordinariamente cortoplacista e ingenua". "Esta medida va a parecer más como una retirada que una victoria y es otra evidencia más de la peligrosa imprevisibilidad del presidente estadounidense", afirmó Lister, y agregó que este panorama no solo favorece al grupo ISIS sino que también beneficia a Rusia, Irán y al dictador sirio, Bashar al Asad.
El ISIS lanzó una campaña fulminante que le granjeó enormes extensiones de territorio en 2014, cuando proclamó un califato a caballo entre Siria y Irak, con Raqa como su capital.
Según el Pentágono, al ISIS solo le queda un 1% de ese territorio que llegó a dominar en 2014.
Wendy Sherman, que fue la principal negociadora del acuerdo nuclear con Irán, el cual Trump abandonó, criticó la decisión al afirmar que retirarse no constituye una estrategia para Estados Unidos.
"Hubo progresos con el ISIS, pero Rusia quedó a cargo, Israel sigue en riesgo y Asad, un dirigente cruel, queda reafirmado. No hay una verdadera estrategia sobre Irán (...) Quedan muchas preguntas y pocas respuestas", afirmó.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró que respeta la decisión estadounidense de retirarse de Siria y advirtió que su país "se protegerá" ante la nueva situación.
Aunque retire sus tropas de Siria, Estados Unidos mantendría sus soldados en Irak, donde tiene unos 5.000 efectivos, lo que le permitiría lanzar ataques en suelo sirio.